Creatividad en la Enseñanza

La necesidad de evolucionar desde lo tradicional hacia lo innovador

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Creatividad en la Enseñanza

Constantemente surgen estudios que analizan el complejo mundo educativo, concluyendo con numerosas orientaciones para el profesorado. Una de ellas ha sido la necesidad de incluir la creatividad en la enseñanza pero, ¿Qué es la creatividad?, ¿Cómo se potencia la creatividad?, ¿Quién juega el papel creativo: el docente o el alumno? En este artículo serán objeto de reflexión estas y otras cuestiones relacionadas con la creatividad dentro del aula.

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CREATIVIDAD EN LA ENSEÑANZA

Si hay algún lema que haya cobrado bastante fuerza dentro del entorno educativo, ese es el llamado “aprender a aprender”. Con él se entiende que el proceso de enseñanza – aprendizaje debe conducir a que el alumno alcance las habilidades para iniciarse en el aprendizaje, siendo capaz de continuar aprendiendo de forma cada vez más eficaz y autónoma. De hecho, esta se constituye como una de las competencias clave[1] que debe adquirir el alumnado.

Si ahondamos en esta idea veremos que la docencia se relaciona estrechamente con metodologías impregnadas de palabras tales como “motivación”, “creatividad”, “integración” y un largo etcétera. Centrándonos en la segunda mencionada, ¿Quién puede decir que la creatividad es la baza que apoya la competencia para aprender a aprender dentro de su aula? o, incluso, ¿Quién conoce lo que significa o su importancia dentro del aprendizaje? Para dar respuesta a estas cuestiones, reflexionaremos acerca de la pareja enseñanza – creatividad.

[1] A partir del año 2004, la Unión Europea se plantea la necesidad de establecer una serie de competencias clave para el aprendizaje que sirviera como referencia para los sistemas educativos de los países miembros, entendiendo éstas como “un paquete multifuncional y transferible de conocimientos, destrezas y actitudes que todos los individuos necesitan para su realización y desarrollo personal, inclusión y empleo”. Todo esto da lugar a la Recomendación 2006/962/EC, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de diciembre de 2006, sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente, donde se insta a los Estados miembros a “desarrollar la oferta de competencias clave”.

¿Qué es la creatividad?

Si analizamos la literatura académica concluiremos que existe un largo listado de definiciones de creatividad pues, a priori, resulta un concepto difícil de definir. Como veremos a continuación, algunas de estas versiones se centran en la persona, otras en el proceso, y otras se ciñen exclusivamente al producto puramente creativo.

Enumeraremos algunas:

  • Guilford (1952): “La creatividad, en sentido limitado, se refiere a las aptitudes que son características de los individuos creadores, como la fluidez, la flexibilidad, la originalidad y el pensamiento divergente”.
  • Kinnon (1960): “La creatividad es un proceso que se desarrolla en el tiempo y que se caracteriza por la originalidad, el espíritu de adaptación y el cuidado de la realización concreta. Este proceso puede ser breve, como una improvisación musical, o muy largo como los años que precisó Darwin para crear su teoría de la evolución. La verdadera creatividad consiste en un proceso que cumple al menos tres condiciones: Implica una idea o respuesta nueva o estadísticamente muy infrecuente; La idea debe adaptarse a la realidad: solucionar un problema o alcanzar una meta, Es preciso que esta idea sea evaluada y desarrolla hasta su aplicación final.
  • Piaget (1964): “La creatividad constituye la forma final del juego simbólico de los niños, cuando éste es asimilado en su pensamiento”.
  • Amabile (1983): “La creatividad no es un rasgo de personalidad, ni una habilidad general, sino que puede verse como la conducta resultante de una constelación particular de características personales, habilidades cognitivas e influencias ambientales. Esta conducta, que se pone de manifiesto en productos o respuestas, sólo se puede explicar de una forma completa mediante un modelo que abarque estos tres conjuntos de factores”.
  • Gardner (1999): “La creatividad no es una especie de fluido que pueda manar en cualquier dirección. La vida de la mente se divide en diferentes regiones, que yo denomino ‘inteligencias’, como la matemática, el lenguaje o la música. Y en una determinada persona puede ser muy original e inventiva, incluso imaginativa, en una de esas áreas sin ser particularmente creativa en ninguna de las demás”.

A pesar del enfoque que cada autor le haya dado al concepto de creatividad, se pueden apreciar una serie de ideas comunes en todas las concepciones sobre la creatividad:

  • La creatividad está relacionada con la novedad, lo inesperado o lo sorprendente.
  • Se asocia al acto de querer cambiar o transformar la realidad.
  • Supone inventar algo nuevo (o al menos, con algún rasgo novedoso).
  • Tiene conexión con la capacidad de proponer ideas nuevas de cara a resolver problemas o enfrentarse a determinadas situaciones.

También es importante matizar cómo hemos pasado de concebir la creatividad como un don que poseen las personas con intereses artísticos a entender que cualquiera es capaz de desarrollar proyectos creativos. Esto está íntimamente relacionado con el trabajo que debemos hacer dentro del aula para que nuestros alumnos potencien su creatividad.

Importancia de la Creatividad

Una vez que desterramos la concepción sobre que la creatividad es únicamente pintar un nuevo lienzo, componer una canción de la nada o crear un diseño extraordinario, descubriremos la verdadera importancia de la creatividad. No hay que irse muy lejos, pues son las propias situaciones cotidianas las que nos muestran cómo los pensamientos creativos ayudan a resolver nuestros problemas. Al final, la creatividad es algo innato a nuestra condición de ser humano y al sentimiento más primitivo, la supervivencia. En este sentido, ser creativos nos aporta alternativas y soluciones a las dificultades que nos encontraremos en el día a día.

Por lo tanto, fomentar la creatividad entre nuestro alumnado repercutirá en una serie de ventajas en su desarrollo personal y también intelectual como son, entre otras:

  • Incentiva la adquisición de nuevos conocimientos.
  • El alumno se convierte en el agente de su propio aprendizaje.
  • Fomenta una actitud positiva ante las nuevas situaciones, evitando el conformismo.
  • Dota de herramientas para una mejor adaptación al cambio.
  • Posibilita entender la realidad desde diferentes perspectivas.
  • Facilita la resolución de conflictos.
  • Desarrolla la comunicación y mejora las relaciones sociales.
  • Aumenta la autoestima.

¿Por qué dejamos de ser creativos?

A pesar de sus ventajas, hoy en día, seguimos desterrando la creatividad a un segundo plano, dejándola reducida a las primeras etapas de la vida. ¿Dónde estamos fallando? ¿Por qué cumplir años implica dejar de ser creativos?

Según algunos investigadores, los niños son cada vez menos expresivos en lo que se refiere a sus emociones, menos enérgicos, habladores, cómicos y vitales. Igualmente, su aptitud para relacionar cosas en apariencia irrelevantes ha disminuido junto con su capacidad para sintetizar o ver los problemas desde otras perspectivas.

Estas y otras son algunas de las conclusiones a las que llega Kyung Hee Kim en un estudio realizado sobre la creatividad[1]. En él, analiza determinadas medidas creativas a partir de los datos extraídos de casi 300.000 adultos y niños estadounidenses.

Uno de los factores clave que intervienen en este proceso de pérdida de creatividad son los propios comportamientos erróneos que transmitimos a nuestros jóvenes dentro y fuera del aula. En este sentido, algunos de los patrones que debemos evitar son:

  • Trasmitir la fantasía o los sueños como una pérdida de tiempo.
  • Cultivar el miedo a equivocarse.
  • Estimular el conformismo.
  • Mostrar una actitud negativa en cuanto al hecho de asumir riesgos.

[1] Kyung Hee Kim. (2011). The Creativity Crisis: The Decrease in Creative Thinking Scores on the Torrance Tests of Creative Thinking. Creativity Research Journal. 23 (4). 285-295.

El docente creativo

El proceso de creatividad dentro del aula debe empezar por el propio docente. El docente creativo es la primera pieza de este puzle pues sin él ninguna experiencia creativa terminará por dar los resultados esperados.

Un docente creativo puede definirse como un compendio de las siguientes características:

  • Se trata de una persona metódica con habilidad para trabajar de forma continua y sistemática.
  • El orden que establece en su trabajo no viene marcado por la rigidez si no por la flexibilidad.
  • Transmite con claridad los objetivos y finalidad del proceso de enseñanza – aprendizaje que ha programado.
  • Tiene la capacidad de transformar la información que le da a los alumnos para que ellos mismos sean los que la trabajen desde una perspectiva creativa.
  • Cuenta con gran variedad de técnicas para estimular la creatividad dentro del aula.
  • Resuelve las dudas con respuestas creativas con el fin de suscitar la reflexión e indagación.
  • Se interesa por el aprendizaje de sus alumnos.
  • Escucha con interés y respeto las ideas innovadoras.
  • Establece una comunicación bidireccional con el alumnado.
  • Busca sacar el potencial creativo de cada uno de sus alumnos.

Pautas para reforzar la creatividad

Cada vez son más los centros y docentes que se suman a la introducción y fomento de la creatividad dentro del aula. Impulsar la creatividad no tiene por qué ser un proceso complejo. Veamos algunos pasos:

El mobiliario ya no estorba

Si pensamos en cualquiera de las clases a las que hemos asistido recordaremos que los pupitres estaban colocados en filas, en forma de pasillo. Esta disposición tradicional llega hasta nuestros días, salvándose en aquellos casos en los que los alumnos acuden al laboratorio o a los talleres. Si bien puede ofrecer la ventaja de dotar al profesor de un control sobre el comportamiento general, minimiza las posibilidades de interacción del alumnado.

Para que la distribución de un aula permita el desarrollo de metodologías creativas debemos reorganizarla de tal forma que se potencie la comunicación y participación entre los alumnos. En primer lugar, si se cuenta con pupitres individuales es necesario que los alumnos los muevan y unan. En este caso, existen varias opciones dependiendo si se desea trabajar a nivel global o por grupos. Las alternativas más adecuadas son colocar las mesas en forma de círculo (o de U) o también agruparlas por parejas y/o conjuntos.

Como segunda opción, existe la posibilidad de sustituir los pupitres individuales por mesas grandes y sillas con ruedas, ofreciendo una flexibilidad total.

Visualizar y respirar creatividad

A veces el desencadenante de la creatividad está en los elementos que nos rodean. En este sentido, más allá de la distribución que le demos al aula, también es importante que el alumnado esté en contacto directo con fuentes de inspiración. Para fomentar el pensamiento creativo se puede disponer, por ejemplo, de un aula con colores vivos, murales con ideas creativas desarrolladas en cursos anteriores, tablón de lluvia de ideas y mapas conceptuales, materiales para hacer manualidades, rincón con libros de investigación, espacios específicos para la creación, plantas naturales, etc. El objetivo es diseñar espacios con recursos y estímulos variados que inviten a la creación.

Ellos deciden

La tendencia general cuando marcamos una tarea o un proyecto es pautar hasta el más mínimo detalle, desde la presentación hasta la bibliografía recomendada. Y, al final, terminamos evaluando trabajos que parecen un calco unos de otros mismos. Olvidamos que con tantas especificaciones limitamos la creatividad del alumno, no le dejamos margen para la creación. Condenamos una actividad con potencial en algo tedioso, rutinario y falto de imaginación. El contrapunto está en permitir que el alumno tenga libertad para diseñar, construir, programar, etc. e imprima sus propias innovaciones a cada proyecto.

Reflexionamos todos

Existe una segunda parte en la puesta en práctica del punto anterior. No se trata únicamente de dejar que el alumno elija cómo desarrollar su proyecto para, posteriormente, entregarle una calificación. Si hacemos esto no conseguiremos culminar el proceso creativo. No hay que olvidar que la creatividad siempre se encuentra estrechamente relacionada con la reflexión. Es indudable que el alumno creativo esperará de nosotros y de sus compañeros una retroalimentación. Por este motivo, debemos dedicar tiempo para la reflexión entre los propios alumnos y entre alumno y docente.

NO a las respuestas correctas y Sí a los errores

¿Por qué el mundo debe ser blanco o negro? Debemos enseñar a los alumnos que todas las respuestas son una posibilidad, que existen tantas como colores en el universo. Si nos obcecamos en reducir las ideas a buenas o malas solo conseguiremos limitar su creatividad. En la misma línea, es necesario transmitir la importancia del verbo intentar y que, al final, el objetivo es el aprendizaje que se extrae del proceso. Si, por el contrario, penalizamos sus ideas y fallos el camino de la creatividad, se torcerá en el de la frustración.

Notas, pinceles, imágenes y letras dentro del aula

¿Cuántos profesores hacen verdadero hincapié en trabajar contenidos multidisciplinares dentro del aula? Si el índice de respuesta es bajo significa que nos estamos olvidando que hay vida más allá de nuestra materia. ¿Dónde queda el arte, el cine, la música, la literatura y la cultura en general? Quizá debamos enseñar geometría desde las obras de arte o los fenómenos físicos que se esconden tras las películas.

Nuevo término: Flipped Classroom

Este modelo pedagógico defiende la importancia de trasladar parte del proceso de enseñanza – aprendizaje fuera del aula para emplear el tiempo de clase en otros procesos cognitivos de mayor complejidad. En definitiva, radica en que los alumnos realicen las tareas menos activas en casa de tal forma que, el tiempo de trabajo en el aula sea para aquellas actividades que implican una mayor participación e interacción y requieran de la presencia y asesoramiento del profesor. Con esta técnica los alumnos estudiarían y prepararían la unidad didáctica con anterioridad a la clase, gracias a los materiales multimedia entregados por el profesor. Y, posteriormente, en el tiempo de aula, se incluirían discusiones de grupo, juegos de rol, estudios de casos o cualquier proyecto dinámico para profundizar sobre el tema. Este tipo de metodología ofrece muchas ventajas siendo una de ellas el fomento de la creatividad y el pensamiento crítico.

En busca de grandes ideas

El método del Estudio de Caso nos permite relacionar los contenidos vistos en el aula con situaciones reales. Gracias a él, los alumnos tratarán de resolver problemas reales a través del análisis, innovación e ideas creativas. El papel del docente es únicamente de facilitador y guía, fomentando la participación del alumnado. Para desarrollar actividades como esta se emplea la lluvia de ideas, o Brainstorming, que consiste en generar gran cantidad de ideas originales sobre un tema concreto en un ambiente no estructurado. En definitiva, es un valioso recurso que va a permitir que los alumnos perciban la utilidad de lo visto dentro del aula al tiempo que se incentiva su curiosidad, capacidad analítica y creatividad.

Gamificar el aula

Quien dijo aquello de que aprendemos jugando estaba en lo cierto. Aprender a través del juego es una técnica ampliamente explorada por muchos docentes, especialmente en las primeras etapas académicas. No obstante, los juegos pueden ser trasladados a cualquier edad constituyéndose como una técnica de aprendizaje muy efectiva y que a día de hoy cada vez gana más adeptos, dando lugar a lo que se conoce como la gamificación de la enseñanza. Los juegos ofrecen muchas ventajas como pueden ser estimular la atención, mejorar las relaciones sociales o proporcionar habilidades para la resolución de conflictos y aceptación de la derrota. Igualmente, crear un nuevo mundo alrededor del juego con elementos de fantasía y personajes inventados fomentará su creatividad.

En estas páginas no se ha pretendido contener la fórmula mágica de cómo ser creativo dentro del aula, porque la verdad es que no existe tal poción o ecuación exacta. Este artículo ha sido elaborado con la intención de que el propio docente reflexione sobre su forma de abordar los procesos educativos. Debe analizar si sus prácticas se ajustan a lo que pedagógicamente se ha estudiado que mejora el proceso de enseñanza – aprendizaje, haciendo autocrítica. A partir de ese punto, introduciendo los ejemplos mencionados, podrá mejorar de manera progresiva como docente creativo.

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El artículo Creatividad en la enseñanza. La necesidad de evolucionar desde lo tradicional hacia lo innovador forma parte del número 8 de Campus Educación Revista Digital Docente un proyecto destinado a la divulgación de publicaciones de carácter educativo que permite la difusión del conocimiento y pretende el enriquecimiento de toda la comunidad educativa.

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Verónica Domínguez García
Verónica es Licenciada en Administración y Dirección de Empresas y Máster Universitario en Formación del Profesorado. En la actualidad, trabaja como Profesora en San Cristóbal de la Laguna (Santa Cruz de Tenerife)