RDD-N22-Junio-2021

20 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 22 - JUNIO 2021 rece, por lo tanto, indiscutible, y es una de las principales líneas de tra- bajo del programa Erasmus+. Tan- to el Tratado de Maastricht (1992) como el Tratado de Ámsterdam (1999) remarcaban la importancia de potenciar las acciones de movi- lidad para poner en marcha una For- mación Profesional mejor. También, la propia Comisión Europea deter- mina la importancia de acercar la escuela a la empresa a través de tres líneas de actuación básicas (1995): • La apertura de la educación al mundo laboral mediante el co- nocimiento de las empresas y la comprensión de los cambios que influyen en las actividades de pro- ducción. • La implicación de la empresa en la formación, no solo de los jóve- nes estudiantes, sino también de los empleados de la propia orga- nización. • El impulso de la cooperación entre empresas y centros edu- cativos fomentando la figura del aprendiz a escala europea, lo que proporcionará un valor añadido tanto para los jóvenes como para las compañías. • Y es que los beneficios de partici- par en las movilidades del progra- ma Erasmus+ en sus distintas ac- ciones están fuera de toda duda independientemente del prisma bajo el que se miren. Una cifra superior al 70 % de los estudian- tes que participaron en Erasmus+ declara entender mejor qué quie- ren hacer en sus futuras carreras profesionales, y alrededor del 90% avalan que las capacidades adquiridas les son de gran ayuda en su vida cotidiana. • Pero las bondades de los progra- mas Erasmus+ no solo benefician al alumnado, ya que las institucio- nes participantes se consideran mejor preparadas para la transfor- mación digital. También contribuye a una mejor labor docente como se constata del siguiente dato: más del 80 % de los profesores consi- dera que su participación en un proyecto internacional se tradujo en la puesta en marcha de planes de estudios más innovadores. Ventajas de la internacionalización de los centros para la comunidad educativa Como consecuencia del fenómeno de la globalización, la educación ha ido desarrollando, durante las últi- mas décadas, estrategias de ense- ñanza- aprendizaje que dan respues- ta a las demandas del alumnado, que no son otras que la necesidad de poder manejarse en una sociedad multicultural e interconectada, en la que el avance tecnológico crece de manera exponencial. La internacionalización de la educa- ción es la llave que abre la puerta de estas demandas de los estudiantes, la mejor herramienta para poder for- mar a los profesionales del futuro, ya que permite alejarse del irracional aislamiento pedagógico en el que muchos docentes se desenvuelven. Como afirma De Wit (2011), la in- ternacionalización ha pasado de ser una cuestión estratégica reac- tiva a una proactiva , de valor añadi- do a la corriente principal, y también ha visto evolucionar sustancialmen- te su enfoque, alcance y contenido. Como docentes es nuestra obligación desarrollar en el alumnado habilida- des y competencias que les permitan acostumbrarse a nuevos entornos sociales cambiantes, así como a dis- tintas culturas y formas de trabajo. En un mundo en el que la informa- ción fluye a nivel global, resulta im- prescindible que hagamos nuestras las buenas prácticas implementa- das en las culturas educativas más avanzadas. Por ello, es fundamen- tal aprovechar las ventajas que nos ofrecen la puesta en marcha de mo- vilidades formativas como las que nos brinda el programa Erasmus+, estancias de intercambio de buenas prácticas en las que conozcamos de primera mano cómo se trabaja en otros sistemas educativos. La importancia de la internacionali- zación de los centros para el alum- nado, la comunidad educativa y la sociedad en general está fuera de toda duda, pero para llevar a cabo este proceso es primordial contar con un claustro comprometido, que sea capaz de entender la im- portancia del proceso, afrontar los retos que supone adaptarse a los nuevos paradigmas educativos y hacerlos propios. No obstante, son los equipos di- rectivos los responsables últimos de internacionalizar a los centros educativos ya que, como sostienen Pérez y Curós (2006), el proceso de internacionalización solo será posible si cuenta con los recursos y el pro- tagonismo necesarios para ponerlo en marcha, y solo si se incluye como una calificación significativa para los docentes la internacionalización tiene una oportunidad de ser implementa- da y prosperar en la institución.

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