RDD-N22-Junio-2021

4 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 22 - JUNIO 2021 L a sociedad actual se encuentra caracterizada por una rápida evolución en todos los ámbitos: cognitivo, afectivo, social, cultural y económico. Esta velocidad en el progreso y desarrollo de los individuos que conformamos dicha sociedad implica la renovación de la educación, entendiéndola como un proceso educativo que responda de manera ajustada y equilibrada a las nuevas demandas del siglo XXI, permitiendo la formación de personas que sean capaces de desenvolverse en un entorno cambiante de manera ajustada y adecuada, potenciando, por tanto, el desarrollo holístico del sujeto. De la misma forma que existe un cierto consenso en la necesidad de enseñar tecnologías, es de sobra conocido el discurso sobre la necesidad de innovación en la educación, discurso que inevitablemente suele venir de la mano del ya tan sobreexplotado término “TIC”, aunque en teoría no tendría nada que ver pero parece que hablar de innovación educativa nos evoca este concepto casi automáticamente. Si bien es cierto que el uso de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación en el aula ha supuesto una revolución en el modo de aproximar al alumnado a los diferentes contenidos educativos, así como han mejorado y profundizado los canales de comunicación entre educadores y educandos, no es menos cierto que el simple uso de las TIC no supone una innovación educativa propiamente dicha, puesto que la auténtica revolución radicaenlasestrategiasdidácticasqueseconfigurenydesarrollen con las TIC como herramientas de apoyo y mediadoras en el proceso de generar un aprendizaje más significativo. Sin embargo, parece haber tanta unanimidad en la forma de enseñar ciencia y tecnología, ya que es muy fácil que la opinión colectiva de la sociedad gire en torno a pensamientos tales como “es necesario que los alumnos se formen en nuevas tecnologías” y no tanto en los del tipo “es necesario replantear la formación de los docentes para que estén plenamente capacitados para enseñar materias científicas” o incluso “¿Cómo debe ser la didáctica, los recursos y los contextos para enseñar ciencia y tecnología de forma eficaz?”. Quizá tendremos que pensar, primeramente, en la tercera cuestión, en el cómo de la enseñanza de la tecnología, ya que los destinatarios de la formación son ya en su totalidad alumnos que han nacido en una sociedad plenamente digital, por lo que aprenderán de una forma totalmente diferente a los individuos de hace una o dos generaciones. El Equipo de Campus Educación Revista Digital Docente Editorial

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY1NTA=