RDD-N25-Marzo-2022

20 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 25 - MARZO 2022 Hacia los 9-10 meses, los niños comprenden las primeras palabras: responden a su nombre dirigiendo la atención hacia quien les llama. En- tre el año y el año y medio ya apare- cen las primeras palabras. Algunos autores hablan de fase pre-léxica (hasta que los niños producen unas cincuenta palabras). Aquí encontra- mos un aprendizaje lento y gradual, ligado a contextos específicos y re- petitivos, y la utilización de las pala- bras es poco frecuente (todavía hay balbuceo y mucho apoyo en gestos). Posteriormente, en la etapa lingüísti- ca, el niño ya dispone de un lenguaje bastante comprensible que irá am- pliando de forma paulatina. De los 18 a los 24 meses, aproximadamen- te, hablamos de fase léxica. En esta fase se observa en muchos niños un incremento muy rápido del léxico, lo cual se ha denominado explosión lé- xica. Por otro lado, en este momento, una vez logradas las cincuenta o cien primeras palabras, los niños están preparados para empezar a combi- nar palabras. Alrededor de los 2 años en adelante (hasta en torno a los 30 meses) empiezan las combinaciones de palabras. Este incremento se po- dría explicar porque ha tenido lugar el descubrimiento del nombre, es de- cir, descubren que los objetos y las acciones se pueden nombrar. Un aspecto fundamental del desarro- llo del lenguaje es el desarrollo del lé- xico. Según Rodríguez (2011) apren- der nuevas palabras es una actividad constante en los seres humanos. Cada uno en su lengua materna asimila es- tructuras gramaticales, sintácticas, morfológicas, etc., que quedan fijadas y son estables; el léxico va más allá y su aprendizaje no se termina nunca. Tal y como afirma Baraló (2005), la necesidad de dedicar un espacio privilegiado para ello es necesario, sin embargo, la mayoría de los do- centes lo descuidan dejándolo en un segundo plano, por carecer, entre otros elementos, de ideas creativas para su aplicación en el aula. Dan- do lugar a que las actividades para el aprendizaje del vocabulario sean poco estimulantes y repetitivas. La enseñanza del vocabulario Uno de los objetivos de la ense- ñanza del vocabulario es que estas unidades léxicas pasen a la compe- tencia comunicativa del individuo. El léxico ocupa un lugar relevante ya que su uso correcto dará lugar a una riqueza del lenguaje y a una preci- sión lingüística adecuada. El vocabulario es un factor fun- damental para la comprensión (Cunningham y Stanovic, 1997; Scarborough, 2001), por lo que su instrucción en la edad preescolar debe ser una prioridad. Dado lo an- terior, conocer las estrategias de en- señanza más efectivas para esto es una necesidad impostergable (La- rrain y otros, 2012). Sin embargo, la manera de abordar la enseñanza del vocabulario parece no estar lo suficiente sistematizada olvidando, así, tanto el proceso cognitivo como lo referente a la propia estructura de los campos semánticos (Agustín y Barreras, 2007; Hasbún, 2005; Mo- hseni-Far, 2008). La posibilidad de considerar al vo- cabulario una competencia funda- mental y que, por ende, merezca un tratamiento de su enseñanza de manera directa, parte de la corre- lación directa que puede observar- se entre el vocabulario y el léxico, tanto receptivo (la capacidad que tie- ne un sujeto para interpretar textos, sean escritos u orales) como produc- tivo (la capacidad que tiene un sujeto para planificar, organizar y producir textos, sean escritos u orales). Sin embargo, los niños en ocasio- nes presentan un retraso en la ad- quisición del vocabulario, lo que puede causar dificultades a nivel escolar. Una parte importante del fracaso escolar se puede justificar por el desconocimiento de los alum- nos de ciertos términos básicos relacionados con las distintas ense- ñanzas curriculares de la Educación Infantil. García-Hoz (1999) puso de manifiesto la necesidad de resolver el problema de la integración de los distintos aprendizajes específicos para analizar con posterioridad en qué medida las enseñanzas pueden fundamentar la orientación forma- ción total del estudiante. Existen diferentes experiencias que pueden contribuir al aumento o crecimiento del vocabulario. Una de estas es a través de la instruc- ción directa en significados de pa- labras individuales (Beck, 2013). La otra es a través del aprendizaje incidental desde el contexto . La instrucción directa implica el uso de métodos mnemotécnicos, de si- nónimos y clasificación, definición y producción de oraciones. La revisión narrativa del vocabulario de Wright y Cervetti (2017) descu- brieron que las palabras enseñadas en ciertas intervenciones de ins- trucción directa eran efectivas para ayudar a los estudiantes a mejorar su comprensión lectora de un texto que contiene esas palabras, pero este efecto no se generalizó a otros textos, como los encontrados en pruebas estandarizadas. Sin embargo, otras investigacio-

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