RDD-N26-Junio-2022

32 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 26 - JUNIO 2022 En cuanto a los datos, el último in- forme epidemiológico del Instituto Carlos III de Salud recoge que des- de el principio de la epidemia se han registrado en España 393.394 ca- sos de Covid19 en niños hasta nue- ve años, de un total de 5.273.256 casos totales en toda España. Eso supone el 7,46 % del total de los casos, sin embargo el porcentaje de hospitalizaciones es diez veces menor en proporción y supone el 0,78% del total de personas que han necesitado ser ingresadas. Por tanto, aunque a nivel de salud física apenas les haya afectado, en otras dimensiones sí que ha reper- cutido. A continuación, veremos cómo esta pandemia ha afectado a las distintas dimensiones de los niños: física, psicológica, social, emocional y lingüística. Dimensión física Durante el confinamiento, los ni- ños pasaban mucho más tiempo frente a las pantallas, su hábitos y rutinas cambiaron drásticamente, el sedentarismo se volvió más cons- tante de lo habitual y su alimentación en general empeoró. Lo que ha pro- vocado una mayor tasa de obesidad en los niños españoles y problemas a nivel digestivo como el estreñi- miento, debido a la fata de movi- miento, que es el motor de nuestro sistema digestivo. El movimiento corporal favorece en el intestino los movimientos peristálticos, necesa- rios para una correcta digestión. Gilberto Pérez, coordinador del Gru- po de Trabajo de Obesidad Infantil de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), explica que “la percepción en consultas es que está habiendo un empeoramiento de la ganancia pon- deral de niños y adolescentes y que se está produciendo un aumento de los casos de obesidad grave” . Dimensión psicológica y emocional Durante el confinamiento, los niños no podían asistir a la escuela, no po- dían salir a la calle a pasear, a jugar, los parques estaban precintados… Su movilidad estaba limitada, y ape- nas podían interaccionar con otras personas más que las de su propio núcleo familiar. La videollamada, Skype o las redes sociales era lo úni- co que les permitía entrar en contacto con sus familiares, sus amigos, sus compañeros. Esto supuso un duro revés para todos, pero especialmen- te para ellos, ya que en la infancia la interacción entre iguales es algo fundamental para su pleno desarro- llo, a través de la interacción con sus iguales aprenden a tomar conciencia de sus propias limitaciones y posi- bilidades, aprenden a gestionar sus emociones y su comportamiento, desarrollan la capacidad de la em- patía, regulan su propia conducta en general e interiorizan las normas que rigen la convivencia social. El estar sin estos contactos durante meses ha afectado en gran medida a su sa- lud mental y emocional. Los efectos psicológicos derivados del afrontamiento de situaciones desconocidas, como la reducción de la actividad social y el confinamien- to domiciliario, y de las vivencias de separación de padres y familiares debido al aislamiento por contagio, los duelos sin despedida por falleci- miento por civid19, la incertidumbre y el miedo a la enfermedad y al con- tagio, han aumentado la incidencia de sintomatología ansiosa y depre- siva en la población infanto-juvenil. Algunos especialistas en psiquiatría infantil afirman que el aumento de consultas por ansiedad, depresión y autolesiones es algo que preocu- pa en gran medida a los pediatras españoles, y han sido situaciones que a raíz de la pandemia han creci- do notablemente. Muchos de estos síntomas son consecuencias de la incertidumbre, el exceso de noticias, el distanciamiento social y familiar, la ausencia de rutinas, el abuso de pantallas, los ritmos irregulares de sueño y un patrón de alimentación menos saludable. Además de todo esto, hubo unos meses al inicio de la pandemia en el que los niños eran considerados supercontagiadores, ya que era muy difícil detectar los casos de la enfermedad en niños y se creía que, aunque desarrollaban en me- nor medida la al enfermedad, eran más capaces de contagiarla. Esta información errónea fue transmitida por los medios de comunicación, sin contrastar la información y sin datos relevantes que apuntarán la veracidad de los datos, por lo que hubo gran rechazo hacia los niños. Cuando paso el confinamiento y ya podíamos salir a la calle a pasear con los niños, la gente se apartaba y en muchos lugares, pedían incluso que no entraran. Este rechazo social hacia los niños, supuso para ellos un trauma, ya que veían como las personas se alejaban de ellos y no les permitían en muchas ocasiones participar en la vida social. Un estudio realizado en la Universi- dad Miguel Hernández (España) y la Università degli Studi di Perugia (Italia) sobre las alteraciones produ- cidas en el comportamiento infantil

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