RDD-N31-Septiembre-2023

12 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 31 - SEPTIEMBRE 2023 mulado y cuya atención se encuentra en activo, retiene con sentido la información de una forma más óptima. El reino animal ayuda al conjunto de las personas, pero de manera muy especial a los menores, a ser conscientes del medio físico y natural que les rodea a la vez que se alcanzan objetivos de desarrollo personal que en otro escenario no sería tan práctico, dinámico y ventajoso como mediante la educación asistida por animales. La intervención tiene un propósito clave de contribuir al progreso de los alumnos en el área socioeducativa, ser una herramienta a mayores para la aproximación a los contenidos curriculares, así como sembrar en nuestro alumnado beneficios motivacionales y recreativos que logren corregir el clima del aula, optimizar la comunicación emocional, crear vínculos afectivos, establecer hábitos saludables e incluso resolver conflictos desde la cooperación y empatía (Ridruejo, 2006). Los programas de intervención con animales necesitan de la unión entre el equipo docente del centro y los especialistas técnicos caninos para lograr las metas educativas a nivel grupo–aula que se pretenden alcanzar, mediante una formación previa tanto de maestros como escolares (Asociación Nacional de Perroterapia, 2022). Se deben concretar los objetivos y las líneas de actuación para no generar confusiones o contradicciones en la puesta en marcha del proyecto, las sesiones que se van a establecer a lo largo del curso, qué aspectos se van a trabajar según los intereses, capacidades y motivaciones del conjunto de alumnos y las estrategias que los docentes quieren obtener mediante esta educación asistida, velando también por el bienestar animal. Para Vila y Doñate (2013) una educación ambiental y en conexión con la naturaleza y con los seres vivos, potencia actitudes de respeto y afección que hoy en día necesitamos incrementar en nuestra sociedad para que los estudiantes del hoy sean ciudadanos comprometidos y responsables en el mañana. Estructura de la intervención educativa con animales En una intervención pedagógica de este perfil encontramos distintos factores y agentes que actúan de forma comunitaria, con una coordinación y pautas que favorecen la flexibilidad de las dinámicas que se van a poner en funcionamiento en el espacio del centro educativo, pero que a su vez encaminan la acción educativa a unas metas concretas. Tal y como indica Martínez (2008), los alumnos son los principales beneficiarios de esta actuación y es el colectivo al que va dirigido este programa educativo con la asistencia de animales, sobre todo perros, en el aula o espacios diversos del colegio. Los estudiantes pueden ser de distintas edades y etapas educativas, con algún tipo de discapacidad o sin diversidad funcional y pertenecientes a diferentes campos sociales como por ejemplo el trabajo con escolares en riesgo de exclusión social o de incorporación tardía al sistema educativo. El animal en sí, como puntúan Fatjo y Vilanova (2003), es el motor imprescindible para crear actividades y dinámicas que giren entorno al vínculo y relación que establece la mascota con los alumnos y viceversa. Tanto el equipo docente como el técnico o guía canino, forman en esta intervención un equipo multidisciplinar que trabajará codo con codo para dar lugar a situaciones de enriquecimiento didáctico y generar un espacio de aprendizaje para el alumnado muy diferente al que están acostumbrados. El especialista es el encargado de conocer las características y particularidades del animal para que, junto a la información y observaciones aportadas por los maestros o la comunidad educativa sobre el grupo de trabajo, puedan seleccionar al perro más opor-

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