85 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Educación inclusiva y aprendizaje basado en el juego el aprendizaje basado en el juego se constituye como una estrategia a implementar dentro del aula, que aporta numerosos beneficios al alumnado. Resulta importante destacar que tiene un impacto significativamente positivo en la promoción de una educación inclusiva, especialmente cuando se implementa con un enfoque cooperativo y de concienciación social. En particular, los juegos tradicionales, cooperativos y los diseñados con fines sensibilizadores emergen como herramientas eficaces para mejorar las actitudes hacia la diversidad y fomentar entornos educativos más integradores. De hecho, tal y como se ha podido comprobar en la figura 3, se han observado resultados favorables en pro del trabajo cooperativo, la socialización y la participación activa tras la realización de juegos como el escape room, juegos cooperativos y la robótica. Este aspecto lo corroboran estudios como el de Coyago et al (2025), en el que al hacer mención al ABJ sostienen que fomenta la socialización, en cuanto la realización de actividades en grupo requiere una interacción, lo que estimula la comunicación; incrementa el interés y la participación gracias al carácter lúdico. Por lo que respecta a la robótica, resulta llamativo que, siendo un recurso que suele captar de forma notable la atención y el interés del alumnado, haya sido el recurso seleccionado por solo dos de los estudios de la muestra. De hecho, son pocos los estudios que teniendo la posibilidad de abordar la robótica como un recurso a aplicar dentro de la metodología ABJ, lo empleen finalmente. No obstante, se encuentran resultados favorables al hacer uso de ella, en aspectos tan relevantes como el trabajo cooperativo, el autoconcepto y la autoestima. Estos conceptos repercuten de forma considerable en las actitudes que posteriormente desarrollarán los alumnos y alumnas hacia la inclusión y la conciencia que adoptan de ella. En este caso en concreto, se ha profundizado en la robótica, pero se hace necesario mencionar que ésta, se incluye dentro de un amplio espectro de posibilidades asociadas a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, que tan presentes deben estar en las aulas del sistema educativo actual, y más aún, si se las considera como elementos favorecedores de un ecosistema escolar inclusivo. En este sentido, la competencia digital se identifica como una de las ocho competencias clave a desarrollar dentro de la etapa de la educación primaria, tal y como establece la LOMLOE. En esta misma línea, Triviño et al (2024), señalan que las tecnologías de la información y la comunicación son especialmente importantes para favorecer la inclusión de la diversidad del alumnado, sea cual sea su característica o condición. Tras estos resultados, se puede comprobar cómo tras la implementación el ABJ se potencian en la persona ciertas conductas y habilidades que favorecen un clima de inclusión en los centros escolares, tales como los citados hasta aquí: trabajo cooperativo, autoestima, autoconcepto, socialización, etc. Según Candiotti et al (2025), en el aprendizaje colaborativo se forman grupos pequeños de trabajo permitiendo que estudiantes con necesidades diferentes puedan sentir apoyo e integrarse para desarrollar habilidades sociales y aprender a valorar las contribuciones de los demás. Todos estos aspectos contribuyen de forma directa y positiva hacia una mayor comunicación entre iguales, a la aceptación del otro, a una mayor participación y, por consiguiente, a contar con el grupo de iguales. En palabras de Hurtado et al. (2023), una prioridad debería ser que cualquier estudiante se acepte y respete la diferencia, promoviendo así la inclusión en su entorno social, cultural y educativo. Nº 38 - SEPTIEMBRE 2025
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