93 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Autores como Cassany (2006) y Camps (2010) destacan que el aprendizaje del lenguaje se produce de forma más efectiva cuando se sitúa en contextos reales, especialmente si esos contextos permiten al alumnado participar activamente como emisores y receptores con una finalidad comunicativa auténtica. La creación de programas de radio, boletines escolares y noticiarios permite precisamente esa experiencia significativa del lenguaje, en la que el alumnado utiliza la lengua para comunicar lo que piensa, siente y vive dentro y fuera del aula. Asimismo, el enfoque actual del currículo reconoce la importancia del lenguaje en el desarrollo de otras competencias, como la competencia digital, la ciudadanía activa, la alfabetización mediática o la competencia personal y social. Desde esta visión integrada, el lenguaje ya no se considera solo una herramienta de comunicación, sino también una vía de acceso al pensamiento, a la cultura y a la vida democrática (MEFPD, 2022). Participación, cultura escolar y comunidadeducativa La LOMLOE incorpora de forma explícita el principio de participación activa de toda la comunidad educativa en el desarrollo del proyecto educativo del centro. El artículo 121 de la Ley Orgánica 2/2006, de Educación (modificada por la LOMLOE), establece que los centros docentes deben promover la colaboración con las familias y la participación del alumnado en la vida escolar como elementos clave para mejorar la calidad de la educación. En este sentido, el proyecto se enmarca dentro de un enfoque de escuela inclusiva y participativa, que reconoce el valor de las voces múltiples y la necesidad de construir una cultura de centro basada en el diálogo, la corresponsabilidad y la transparencia. Como señala Bolívar (2006), una comunidad educativa cohesionada y comunicativa constituye un factor decisivo para el éxito académico, la convivencia y la equidad educativa. La participación de las familias, a través del AMPA y de los espacios generados por los medios escolares, permite reconstruir los vínculos entre el hogar y la escuela, especialmente en contextos donde estos lazos pueden haberse debilitado. Asimismo, el proyecto actúa como catalizador de la participación del alumnado, ofreciéndole un rol activo en la toma de decisiones, en la creación de contenidos y en la dinamización de los canales de información escolar. Este enfoque relacional y participativo conecta con las aportaciones de Freire (2005), quien defendía una pedagogía del diálogo, en la que todos los sujetos implicados se reconocen como interlocutores válidos en la construcción del conocimiento y la transformación de la realidad. Proyecto de Comunicación Integral en la Comunidad Educativa Nº 38 - SEPTIEMBRE 2025
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