movilización de enfermos

La movilización de los enfermos debe realizarse con cuidado y conocimiento. Traslado, posición y manipulación incorrecta pueden provocar lesiones y dolor. Por eso, es importante contar con una formación adecuada centrada en la seguridad para evitar cualquier accidente o lesión. Si eres un profesional de la salud o trabajas en el sector asistencial, debes contar con una preparación profunda en el movimiento, traslado y maniobra del paciente para garantizar su cuidado y seguridad.

Una forma adecuada de realizar la movilización de un paciente es empezando con movilizaciones pasivas de las diferentes articulaciones tales como los hombros, las rodillas, tobillos, codos y los músculos abdominales y glúteos. Con esto, se mejorará el tono muscular y fomentará el desarrollo funcional del paciente. Seguidamente, se transportará al enfermo mediante sillas de ruedas, camillas o cama preparada para el desplazamiento.

Es fundamental contar con profesionales cualificados e informados para la movilización de los pacientes. Por ello los cursos sanidad acreditados sirven para mejorar la seguridad y mejorar los resultados. La formación debe adaptarse a los estándares más exigentes de la industria y estar al día con el nuevo contexto de la industria de la salud.

Deben aportar unos conocimientos profundos en la movilización del paciente, incluyendo técnicas para la realización de movimientos, posiciones con la cama o silla así como aspectos de seguridad. El enfoque formativo se basará en ejercicios prácticos que faciliten el perfeccionamiento del movimiento.

Una vez comience la movilización, las maniobras más importantes a tener en cuenta son las siguientes:

Contraer los músculos abdominales y glúteos

La primera de las técnicas es contraer los músculos abdominales y glúteos. Esto permitirá mantener una mejor estabilización de la pelvis antes de iniciar la movilización.

Espirar en el momento de la fuerza

En el momento en el que se ejecuta una fuerza para levantar o mover al paciente, debe exhalarse en el momento exacto que se realiza. Esto ayudará a estabilizar el cuerpo y se mejorar la postura.

Acercar al paciente al máximo al centro de nuestro cuerpo

Una de las técnicas más importantes es acercar el paciente lo máximo posible al centro de nuestro cuerpo. De esta manera, se mantendrá la postura adecuada y se contará con mayor estabilidad y equilibrio, lo que previene cualquier lesión.

Levantar al paciente de forma gradual, suavemente y sin sacudidas

La mejor manera de levantar al paciente es de forma gradual, suave y sin sacudidas. Esto facilita el movimiento, reduce el riesgo de lesiones y aporta una mayor seguridad al enfermo.

Medios mecánicos

Existen en el mercado diversos aparatos que facilitan el traslado de un paciente de forma segura. Estos medios mecánicos van desde grúas hasta discos giratorios, pasando por transfer, sillas, camillas y sujeciones.

Por último, es fundamental contar con profesionales formados y cualificados para la movilización de los pacientes. Con formaciones que aporten un conocimiento profundo y actualizado en la movilización del paciente y ejercicios prácticos que aseguren un movimiento adecuado y unas técnicas esenciales para aplicar

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