RDD-N23-Septiembre-2021

8 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 23 - SEPTIEMBRE 2021 Fomento y reducción de conductas Asimismo, las técnicas de modifi- cación de conducta se pueden clasi- ficar recogiendo estas en dos grupos de estrategias de intervención: por un lado, las técnicas para el fomento de comportamientos adecuados y, por otro, las técnicas para reducir y extinguir conductas inadecuadas. Tomamos como referencia las aporta- ciones de Gómez y Cuña (2017): • Técnicas para el fomento de comportamientos adecuados -- Imitación o modelado: a través de la observación se enseña una nueva conducta al niño, de tal modo que mediante la imitación de un modelo (que puede ser el maestro o un compañero) se enseña la conducta apropiada. El modelo debe ser adecuado para que el alumno pueda imitar su comportamiento, de forma que ha de ser prestigioso y sig- nificativo para el alumnado, sen- cillo, que se observe con clari- dad en modo en que se premian las conductas tanto del modelo como del imitador, que el alum- no participe activamente y que todas las tareas se refuercen. -- Reforzamiento positivo: consis- te en ofrecer una gratificación o premio que el niño reciba por haber realizado una conducta adecuada, reforzando esos com- portamientos deseados para que así tiendan a repetirse o a man- tenerse. Además de ponerse en práctica para que aumenten las conductas apropiadas también puede usarse para desarrollar en el discente nuevas conductas. • Técnicas para reducir y extinguir conductas inadecuadas -- Contratos de conducta o de contingencia: esta técnica está indicada para alumnos con cier- ta responsabilidad. Involucra un acuerdo escrito entre el alumno y el docente que será el resul- tado previo del diálogo y nego- ciación sobre las consecuencias a asumir por la conducta a re- gular. Así pues, se recomienda incluir en dicho contrato los datos personales del alumno, las conductas que se quieren alcanzar, conductas específicas que originaron el contrato, con- secuencias que se obtendrán, revisiones, modificaciones a realizar, así como firmas y fecha. -- Economía de fichas: su uso en la modificación de conductas disruptivas o indeseadas se basa en el refuerzo positivo ante la presencia de las conductas de- seadas y en el castigo para las contrarias. En el primer caso, se suman puntos o fichas, inter- cambiables por objetos o recom- pensas de diferentes valores. Por lo contrario, el castigo im- plica restar puntos ya obtenidos con la buena conducta. Para im- plementarla se sugiere escribir en una cartulina las conductas a eliminar, ubicándola en un lugar visible para los niños. Periódica- mente, se hará un recuento de los puntos obtenidos por cada alumno para ser reemplazados por las recompensas las cuales serán acordadas previamente entre el alumnado y el docente. -- Extinción: el objetivo que se busca con esta estrategia de intervención es disminuir las conductas problemáticas no re- forzando la conducta disruptiva al no prestar atención cuando el alumnado lleva a cabo la misma, buscando así que el discente cese este tipo de com- portamiento al sentir que de esa forma no se le prestará la atención que busca. -- Aislamiento: esta técnica suele ser más eficaz que la anterior; trata de retirar al alumno del ambiente donde está realizando la conducta inapropiada durante un tiempo determinado. El pro- blema de aplicar esta estrategia de intervención en el ámbito es- colar es la elección por parte del docente del lugar donde aislar al discente (pasillo del centro, lugar del aula, etc.) y en conse- cuencia la supervisión de este. Asimismo, al aplicar esta técnica se debe tener en cuenta que el tiempo no debe ser muy extenso y que debe estar ajustado en pro- porción a la conducta realizada. Protocolo de actuación para la gestión de las in- teracciones Además de las técnicas de modifi- cación de conducta expuestas, es recomendable contar con un plan de

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