RDD-N24-Diciembre-2021

25 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 24 - DICIEMBRE 2021 Distribución del alumnado A la hora de distribuir al alumna- do se trata de actuar según reco- mienda la legislación, agrupando a los alumnos por ciclos . Pero puede ocurrir, y es lo común, que el número de alumnos sea tan escaso que la repartición sea desde 1º hasta 3º de Primaria en un aula y desde 4º a 6º en otra. Incluso, sucede en oca- siones que comparten aula los más pequeños de educación infantil con 1º de primaria, creando aulas mixtas entre etapas escolares. Al limitado número de alumnos en el CRA se añade la existencia de alumnos temporeros . Atendiendo a la definición de Herrera (2014), son alumnos que han de viajar por dife- rentes localidades debido al trabajo temporal de los miembros de sus familias. Residen durante unos me- ses en un lugar concreto donde son escolarizados y cuando el trabajo escasea inician una nueva búsqueda en otras zonas. Esta realidad tiene como consecuen- cia un desigual número de alumnos durante el curso escolar que dificulta una distribución estable, por lo que es importante, como se ha dicho an- teriormente, contar con libertad orga- nizativa para crear contextos educati- vos en el centro donde se beneficie un aprendizaje global de los alumnos con aprovechamiento, en especial, por parte del alumnado que sufre las secuelas del fenómeno temporero 3 . Asignación de tiempos La asignación de tiempos y dis- tribución de horarios es un aspecto que va a depender, fundamental- mente, del número de alumnos y las aulas formadas, así como de la cantidad de centros que formen el Colegio Rural Agrupado. El equipo directivo organizará ho- rarios en los que los maestros itinerantes puedan cubrir las exi- gencias de todos los centros que están bajo el mismo CRA , buscan- do una disposición de las materias que favorezca tanto a éstos como al alumnado, conforme lo dispuesto en la legislación. Recursos ymateriales económicos Los CRA cuentan con los mismos recursos por parte de la Administra- ción Educativa que el resto de los cen- tros, pero tienen la dificultad de tener que repartirlos entre cada uno de los centros por los que está formado. Cuando hablamos de recursos ma- teriales como equipamiento para Educación Física (balones, aros, picas…), materiales impresos o juegos didácticos , por ejemplo, es más sencillo que vayan rotando con el maestro itinerante que se mueve entre los distintos centros. El hándicap se muestra cuando se trata de materiales TIC (pizarra di- gital, ordenador…), pues estos no son tan fáciles de transportar. Por ello, se ven más limitados que los centros no rurales a la hora de re- partir dicho material, siendo en la mayoría de las ocasiones insufi- cientes para formar aulas Plumier y ser aprovechados por la totalidad del alumnado. Actividades complementarias y extraescolares Un CRA dispone de la misma va- riedad de actividades complementa- rias y extraescolares que el resto de los centros que no lo son, adaptán- dose éstas al entorno en el que esté situado y la variedad de propuestas que se ofrezcan. Es cierto que existen ciertas diferen- cias en cuanto a colegios ubicados en zonas más urbanas. En los cole- gios agrupados en un CRA prevale- cerán las actividades más enfocadas a la actividad deportiva multiaven- tura, agrícola o artesanal por los recursos disponibles en el medio rural y su facilidad para obtenerlos. Estas actividades, al poder realizar- las cada escuela en su localidad, destacan por ser más individuales y fáciles de llevar a cabo. Las actividades organizadas en en- tornos más urbanos, como pueden ser visitar un teatro, un museo o un monumento importante , son en las que participan todos los centros que forman el CRA y suelen ser una especie de convivencia en la que se encuentran todo el alumnado y profesorado y comparten esa mis- ma experiencia. Para ello, disponen de servicio de autobús, siendo la recogida en la localidad donde se encuentra el colegio principal, tras- 3 Para conocer y entender en más profundidad dicho fenómeno, véase el informe “Temporeros y Educación. La atención educativa a los hijos de trabajadores temporeros”, elaborado por el Defensor del Pueblo Andaluz en 1997, José Chamizo de la Rubia.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY1NTA=