RDD-N31-Septiembre-2023

54 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 31 - SEPTIEMBRE 2023 Parada 4. Suelos en un saladar costero. Solonchak. La última parada de la excursión sería en el humedal de la marina de El Carmolí, situado entre los pueblos costeros de Los Urrutias y Los Alcázares, un saladar costero seleccionado por su valor ecológico y por presentar diversas figuras de protección ambiental como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y LIC (Lugar de Interés Comunitario). Se encuentra en la orilla del Mar Menor y es un lugar tan bonito que lo disfrutaremos comiendo allí. El docente les presentará las características más importantes de este suelo llamado Solonchak (FAO, 2014) que son la presencia de muchas sales, que se pueden ver en superficie por cristales blancos, que los alumnos pueden coger e identificar como la sal que echamos a la comida, ya que son cristales fundamentalmente de cloruro sódico o halita. En este ambiente tan salino sólo pueden vivir plantas adaptadas, que se llaman plantas halófilas “amigas de las sales” tales como sarcocornias, suaeda vera, etc., son especies capaces de sobrevivir en terrenos difíciles por la elevada concentración de sal del suelo mediante distintas adaptaciones morfológicas o fisiológicas para lograr compensar ese exceso de salinidad. La fauna que albergan los saladares, al igual que la vegetación, es muy singular, y se encuentra perfectamente adaptada a las severas condiciones que imponen estos ecosistemas tan particulares. En este hábitat vive fauna especial, como las comunidades de flamencos. Observarán detenidamente la vegetación y el suelo cubierto de cristalitos de sales. Se les hablará también de la formación del Mar Menor, laguna salada originada al cerrar una barra de arena, que es la Manga, una bahía del Mar Mediterráneo. Es un ecosistema también digno de conservar que se encuentra muy amenazado y que ha tenido episodios graves por la llegada de fertilizantes de los suelos cultivados en las inmediaciones y de metales de la zona minera que hemos visitado. Los pictogramas que trabajarán en esta parada son: suelo, sal, cristal, flamenco, vegetación halófila y Mar Menor. Al finalizar esta parada se realizará un juego llamado “La pelota preguntona” que consiste en que los alumnos en un corro deben ir pasándose una pelota pequeña que se les proporcionará de uno en uno en la que tienen que ir haciéndose preguntas de uno a uno, es decir, un alumno cuando le pasen la pelota y la tenga en sus manos debe responder la pregunta que le ha realizado el compañero que le ha pasado la pelota. Durante el trayecto de vuelta en el autobús, se podría plantear un debate entre todos poniendo en común lo que han visto y aprendido, compartiendo sus experiencias y opiniones personales y realizando una autorreflexión sobre lo aprendido. Resultados y discusión El desarrollo de esta propuesta sobre edafología, que hemos expuesto de modo abierto para que pueda ser recreada y adaptada a distintos grupos de alumnos, fue llevada a cabo con el alumnado de quinto curso de Educación Primaria y sobre dicha experiencia reflexionaremos para argumentar los beneficios y ventajas obtenidos. Los alumnos prepararon la excursión con mucha ilusión y recibieron con agrado el material que se les suministró previamente, como los pictogramas. Estaban deseando que llegara el día de la salida. La salida resultó un éxito porque además de que se presentó un día soleado con un tiempo magnífico, los alumnos recibieron con mucho interés las explicaciones dadas en cada una de las paradas, se mostraron receptivos y muy comunicativos y activos, preguntando todas sus dudas e inquietudes. El ambiente era muy distendido y se encontraban cómodos con sus compañeros y con los docentes, a los que conocían desde el inicio de curso. Fueron anotando en cada una de las paradas, en las fichas que se les suministró, todas las características que se les pedían (uso del suelo, vegetación, pedregosidad, fauna, presencia de actividades humanas, etc.) y añadieron muchas otras anotaciones de aspectos que a ellos les llamaron la atención, como si había basura en las inmediaciones, si estaba suelto o apelmazado al pisar, si había ganado o casas cerca. Describieron la vegetación si la había, cogiendo algunas ramitas para llevárselas y preguntar después a alguien más entendido en botánica de qué especie se trataba. Observaron exhaustivamente la fauna presente, todo tipo de “bichos”, que algunos de ellos querían llevarse también. También hay que decir que hicieron bastante ejercicio y aunque no llegó a ser una clase de educación física, corretearon mucho alegremente arriba y abajo en las diferentes paradas, siempre supervisadas por los profesores y sin alejarse del punto de explicación.

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