Previous Page  18 / 48 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 18 / 48 Next Page
Page Background

18

ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO IV - Nº 15 - SEPTIEMBRE 2019

nales recogieron en su articulado el

derecho y el deber de la educación

de los niños (en España, por ejem-

plo, el artículo 27 de la Constitución

española de 1978), y se regularon

las consecuencias legales del no

cumplimiento por los padres, los

niños y los poderes públicos de di-

cho deber.

Finalmente, el fracaso escolar

está relacionado con problemas de

conducta en las aulas, así, la falta

de respeto hacia el profesorado ha-

brá abierto el debate sobre el pro-

blema de la autoridad del docente

ante sus alumnos, existiendo a este

respecto diversas posturas que

variarán desde las centradas en el

diálogo de todos los agentes socia-

les implicados en la práctica edu-

cativa, tales como las familias o los

agentes sociales, hasta el recono-

cimiento del rango de autoridad en

la figura del profesor para dotarlo

de fuerza y los recursos necesarios

para realizar su labor.

Propuestas de cambio

Aunque la situación actual en

nuestro sistema educativo ha mejo-

rado notablemente, todavía siguen

apareciendo casos de fracaso esco-

lar. Para evitarlo, pueden seguirse

las siguientes propuestas de cam-

bio.

• Lamotivación del alumno

y la educación en valores

Una buena manera de motivar al

alumnado es explicándole para qué

sirve la asignatura en cuestión, o

qué aplicación tiene en la vida dia-

ria, pero de poco sirve explicarle de

qué sirve una materia si después se

les sigue enseñando de manera ru-

tinaria y aburrida. Ello debe remitir-

nos a la reflexión sobre la figura del

educador más allá de la de un mero

transmisor de conocimientos.

Los docentes deben ser los en-

cargados de la educación en valo-

res de sus alumnos, con una total

implicación en su labor de ense-

ñanza, implicación que debe ser

extendida fuera del aula, prestan-

do en todo momento la ayuda y el

asesoramiento necesario a familia y

alumnos, así como coordinándose

adecuadamente con el cuerpo de

profesores en una actitud cons-

tante de innovación y experimenta-

ción, además de teniendo en cuen-

ta las necesidades específicas de

cada alumno, prestando especial

atención a las demandas persona-

les y emocionales de los mismos,

las cuales, en un gran número de

casos, pueden estar detrás de gra-

ves problemas sociales, familiares

o emocionales.

• Analizar las dificultades

en las relaciones

personales y familiares

Podemos apreciar cómo las rela-

ciones entre el equipo docente y las

familias estarán en numerosas oca-

siones caracterizadas por una gran

tensión entre las partes, llegando

incluso a situaciones de amenazas

e insultos que delatarán la pérdida

de autoridad del profesorado en la

realidad actual, así como al favore-

cimiento por parte de los padres de

un reiterado absentismo escolar.

Estas situaciones serán, a su vez,

incrementadas debido a una defi-

citaria situación sociolaboral por

parte de las familias, lo cual dege-

nerará en situaciones de fracaso

escolar por parte de los alumnos,

sumado a la negativa valoración de

la propia educación por parte de

sus familias.

• Valorar la escuela como el

lugar donde los niños son

felices

Podemos observar que la es-

cuela, más allá de los estereotipos

de un lugar aburrido donde los ni-

ños reciben pasivamente el saber,

podrá representar un espacio de

conocimientos y participación ac-

tiva y conjunta, donde diversión y

educación no solamente no han de

estar reñidos, sino que formarán un

binomio que, fundamentalmente en

las edades más tempranas, resulta-

rá necesario para la concepción de

la educación como un saber aplica-

do y valedero para la vida.

Así, la principal vía de solución

para sustituir la vieja idea, presente

todavía en los alumnos, de la es-

cuela como un lugar prácticamente

de castigo por el de un lugar donde

los alumnos puedan ser felices, ha

de radicar en un cambio sustan-

cial en la propia concepción de la

escuela, así como del papel de la

educación.

Es, pues, necesario erradicar de

una vez por todas la concepción

tradicional del saber fundamentado

en la mera transmisión pasiva de

conocimientos, donde el docente

imparte su cátedra y los alumnos

no participan en su proceso de