RDD-N29-Marzo-2023

37 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 29 - MARZO 2023 que es “normal” para chicos y chicas. Si construimos una sociedad igualitaria desde la escuela, esta se convertirá en una realidad tangible. La coeducación no es una metodología, no se trata de un modelo que podamos aplicar en ciertas actividades o tareas, ciertos días, en ciertos lugares y momentos. Debe ser un principio que lo envuelva todo, que condicione con sus pilares el desarrollo, ahora sí, de la metodología didáctica, que deberá estar supeditada a la propia coeducación. A continuación, destacamos las principales directrices que se deben tener en cuenta a la hora de diseñar tareas y actividades en el marco de una situación de aprendizaje coeducativa: • Incorporar, a los ejemplos y problemas planteados, situaciones de la vida cotidiana de alumnos y alumnas relacionadas con el mundo doméstico, uso de objetos tradicionalmente asignados a un sexo, juegos… que supongan, además del clásico contexto real de aplicación, una oportunidad para fomentar la igualdad. • Fomentar en las niñas actitudes de confianza y seguridad ante las actividades académicas y su aprendizaje. Uno de los principales bloqueos del cambio reside en el propio conformismo de niñas y mujeres. • Fomentar el uso no sexista del lenguaje en la comunicación. Todos hemos escuchado la excusa de “esto se dice así y así se establece en la RAE”, lo cierto es que la lengua es un recurso dinámico construido por un grupo social, medios como la RAE solo lo recogen y categorizan. Los ciudadanos son el motor para este cambio. • Desarrollar una actitud crítica ante los mensajes que transmiten los medios de comunicación y los mensajes publicitarios. Si el discente es capaz de localizar estereotipos y juzgarlos, tendrá todas las herramientas para cuestionarlos y suprimirlos. • Conocer y desarrollar actitudes de respeto a la dignidad y a la integridad física y moral de las personas. • Favorecer la igualdad de sexos y géneros, analizando la discriminación de las mujeres en la sociedad. Esto sumado a la propuesta de nuevas ideas para el cambio situará al alumnado como protagonista del progreso. • Incorporar el estudio del papel de la mujer en los diferentes momentos de la historia y valorar cómo, a pesar de los impedimentos de la sociedad, nos han permitido estar donde estamos, logrando numerosos hitos e incluso desbloqueando conocimientos que posteriormente los hombres han utilizado. • Propiciar el conocimiento y empleo de las Tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento (TAC) para fomentar la comunicación y la cooperación igualitaria. • Desarrollar actitudes de respeto y tolerancia ante las diferentes identidades, así como la responsabilidad de responder con determinación cuando se presencie cualquier tipo de discriminación. • Implicar recursos y materiales que fomenten la igualdad, para lo que será de suma importancia un análisis previo al uso por parte del alumnado. Para conseguir el logro de estos objetivos convertidos en principios, proponemos una serie de orientaciones metodológicas, el punto de salida para una verdadera coeducación: • Potenciar el análisis crítico de la realidad y de las ideas previas del alumnado mediante lluvias de ideas, cuestionarios, encuestas o fomentando la libre expresión de ideas en las conversaciones del aula. • Proponer situaciones compartidas que permitan cuestionar la información que aparece en la prensa escrita o digital, publicidad e incluso series de televisión con la finalidad de efectuar investigaciones en las que se detecten fenómenos sexistas y proponer alternativas (aprendizaje-servicio). • Participación en la elaboración de normas de convivencia y valores sociales aceptados: potenciar habilidades como la discusión de grupo, el diálogo, búsqueda de metas comunes, entre otros. • Implicar a la comunidad educativa en su conjunto, pues como señala Santos (1984) un proyecto educativo elaborado y desarrollado por toda la comunidad escolar tiene la gran ventaja de la coherencia y de la eficacia. De esta manera, aunque estamos trabajando en la sociedad del futuro, podremos implicar a la sociedad del presente y, quizá, agilizar el proceso contando con su participación. Los maestros y maestras del siglo XXI tenemos la oportunidad de luchar contra las injusticias y desigualdades, a través de la coeducación, para formar, organizar y planificar la escuela que realmente se merece el alumnado y de esta forma la educación sea un núcleo fuerte capaz de hacer frente a las ideologías, dogmas y políticas que promueven odio y violencia. Una experiencia para la igualdad; un camino hacia la coeducación Una vez analizada la igualdad de género como meta imprescindible para la sociedad en su conjunto y la influencia que la educación (escolar y familiar) tiene en su consecución, por encima incluso de las propias políticas, vamos a presentar una breve propuesta que permita materializar las directrices anteriores y sirva como referencia para el diseño de situaciones de aprendizaje para una verdadera coeducación. Como muestra de que la coeducación, como hemos afirmado antes, va más allá de simples actividades bajo la etiqueta “igualdad de género”, convirtiéndose en una base durante toda la educación independientemente de

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