RDD-N29-Marzo-2023

7 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 29 - MARZO 2023 • Una institución escolar que forma, a lo largo del curso académico, al personal docente sobre diferentes aspectos vinculados al tratamiento educativo a la diversidad con la intención de que este pueda actualizar sus conocimientos previos sobre el mismo y dar una educación oportuna a los aprendices con tales peculiaridades en particular (esta característica es importante para que el profesorado pueda dar una educación inclusiva que sea correcta y para que este pueda cooperar con su desempeño profesional a la creación de una escuela íntegramente inclusiva). El liderazgo escolar e inclusión educativa En un centro educativo, un líder escolar puede ejercitar a la vez distintas clases de liderazgo: transaccional, moral, docente… según las finalidades que desea alcanzar para que la institución mejore su funcionamiento y, por tanto, pueda dar una educación de mayor calidad al alumnado en general, sin necesidades especiales o con ellas. En este sentido, se puede afirmar que no en todos los centros escolares un líder pedagógico debe ejercer los mismos tipos de liderazgo escolar y que en cada uno de estos la puesta en marcha de unos u otros tipos depende, fundamentalmente, de las modificaciones que se estimen que hay que hacer sobre los mismos. Así pues, si se pretende que una escuela se convierta en un lugar verdaderamente inclusivo, una de las primeras decisiones será adoptar un liderazgo igualmente inclusivo. Se ha de entender por liderazgo escolar inclusivo aquel proceso de influencia que sucede entre el líder y sus seguidores, a través del cual tanto éste como aquéllos establecen una cultura inclusiva, buscan la mejor manera para dar una adecuada respuesta educativa a la diversidad, y llevan a cabo prácticas encaminadas a la inclusión. Con todo lo dicho, se puede asentir que una entidad escolar íntegramente inclusiva no se puede concebir sin la práctica apropiada, por parte del líder escolar, de un liderazgo escolar inclusivo. Por otro lado, se ha de tener en cuenta que no siempre con el ejercicio correcto de un liderazgo escolar inclusivo se logra la total inclusión educativa de los educandos con y sin necesidades especiales en una escuela ordinaria puesto que para conseguir dicho propósito es preciso que los miembros de la comunidad escolar se posicionen a favor del cambio y todos colaboren en la misma dirección: la construcción de una organización educativa inclusiva. Una de las formas de lograr esto es que todos los profesionales educativos participaran del propio liderazgo, acompañando al líder escolar y proponiéndole ideas para que, con la conveniente ejecución, la plena inclusión educativa de los discentes se produzca, de manera real, en su respectivo centro escolar. También, puede ser interesante que durante la práctica del liderazgo escolar inclusivo el líder educativo y sus seguidores se cuestionen el modo en que están llevando a cabo su trabajo y si este favorece o no el que la escuela pueda ser inclusiva para que, de esta manera, puedan reconducir sus tareas a tiempo sin perder de vista el objetivo que anhelan alcanzar. Finalmente, no podemos concluir este punto sin comentar que, ciertamente, el camino hacia la plena inclusión por medio de un liderazgo eficaz se ve muchas veces entorpecido debido a los impedimentos derivados de las políticas educativas de los centros ordinarios, las cuales son, en muchas ocasiones, incapaces de desarrollar un verdadero tratamiento educativo a la diversidad. Los motivos suelen ser varios, pero generalmente se refieren a políticas obsoletas, sentimiento de incapacidad ante el cambio o inseguridad de los miembros de trabajar con nuevos mecanismos diferentes a los tradicionales. Se ha de tener presente, en consecuencia, que muchos de estos centros se convierten, a veces, en verdaderos desafíos para el líder educativo el cual, sin los medios oportunos, puede creer que no será capaz de hacer frente a semejantes conflictos. La figura del líder escolar A grandes rasgos, se considera al líder escolar a aquella persona que con sus acciones procura influir a los diversos miembros que forman parte de la comunidad educativa para mejorar o cambiar entre todos, en mayor o menor medida, diferentes aspectos de la institución educativa; siempre teniendo en cuenta que dentro de ésta la educación ha de ser de calidad y equitativa para todos los educandos integrados en ella. El líder educativo es aquella persona (o equipo de personas) capaz de provocar la liberación, desde dentro, de la energía interior de otros seres humanos, para que éstos voluntariamente se esfuercen por alcanzar, del modo más eficaz, eficiente y confortable posible, las metas que dichos seres humanos se han propuesto lograr para su propia dignificación y de la aquellos con quienes conviven. (Gento, 2011) Los líderes educativos deben ser profesionales que ejerzan su trabajo desde la vocación, con conocimientos y experiencias previos que le ayuden a desempeñar correctamente sus funciones, que conozca muy bien la organización escolar en la que trabaja para que los cambios que ejecute dentro de ella puedan resultar exitosos y que, sobre todo, tenga una serie de competencias (como la capacidad de comunicación y persuasión, actitud positiva, segura de sí misma, innovadora, motivadora, capacidad de escucha activa, empatía, paciencia, responsabilidad, perspectivas de futuro, deseo de mejorar en su desarrollo profesional docente, etc.) que le permitan ser un líder ejemplar. Por lo tanto, no todos los sujetos que constituyen la comunidad escolar pueden ser líderes

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