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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO III - Nº 11 - SEPTIEMBRE 2018

de profesiones.

Sin embargo, en la última déca-

da del siglo XXI, resulta interesante

destacar que, partiendo de los prin-

cipios básicos del coaching como

forma de vida, Juan Fernando Bou

(2007) creó el término

coaching

educativo

, con todo lo que ello

ha supuesto principalmente en la

enseñanza formal no universitaria

(esto es, en Educación Primaria y

Educación Secundaria Obligatoria)

durante los últimos diez años.

Puesto que “coach” significa “en-

trenar”, el entrenador, el “coach”,

debe dirigir a sus alumnos, bus-

cando la consecución de metas a

través del desarrollo de distintas

destrezas que mejorarán su vida.

Dentro de esta jerga, el

coachee

sería aquella persona que protago-

niza el proceso de entrenamiento o

aprendizaje.

Consideraciones en

torno al “Coaching

Educativo”

Según Bou (2009), el modelo

educativo en coaching debe ser

cooperativo, no directivo, y poten-

ciar en el alumnado los procesos

para ‘aprender a aprender’

1

, ya que

se parte de la idea de que el apren-

dizaje fundamentado únicamente

en transmitir información ocasiona

frustración en los alumnos, por lo

que es necesario cambiar esa idea

de aprendizaje.

El cambio educativo que se pro-

duzca, entonces, debe ser autén-

tico, debiendo así considerar las

emociones y el pensamiento propio

de los alumnos, y el coaching es

una gran oportunidad para lograrlo.

Aquí entrarían en juego, entre otros

conceptos, los postulados propios

de la educación sobre la

Inteligen-

cia Emocional

2

(Goleman, 2005).

El coaching es una metodología

que favorece el máximo desarrollo

personal y profesional de los indivi-

duos e influye en la transformación

de éstos, provocando cambios de

perspectiva, incrementando la mo-

tivación, el compromiso, la respon-

sabilidad y, por último, el aprendi-

zaje.

Por tanto, el coaching promueve

cambios cognitivos, emocionales y

conductuales que amplían la capa-

cidad de acción de la persona. En

este sentido, Bou (2009) resalta

que el docente debería poseer una

serie de cualidades o destrezas que

le faciliten desarrollar las tareas

que le son propias como profe-

sional educativo, tales como saber

escuchar, ofrecer disponibilidad a

sus alumnos, ser competente en su

materia, etc.

El coaching educativo, tal como

se ha comentado anteriormente, no

está fundamentado en la instruc-

ción directiva por parte del coach,

sino que ayuda a crear las condi-

ciones necesarias para aprender

y crecer. Se trata de una metodo-

logía experiencial en la que tanto

profesores como alumnos alcan-

zan soluciones mediante su pro-

pia autorreflexión, dejando de lado

las barreras que pueden imponer

tanto las creencias potenciadoras

(O’Connor y Lages, 2005) como las

creencias limitantes o limitadoras

(Bou, 2009) y, paralelamente, los

individuos, que experimentan el

coaching como forma de vida, co-

nectan con el aquí y el ahora de ma-

nera que se convierten en personas

más resolutivas y creativas.

El coaching, a rasgos generales,

y en particular el coaching edu-

cativo, se centran en un diálogo,

denominado

Método Socrático

3

,

entre los diferentes agentes, cuya

función consiste en desarrollar una

serie de habilidades específicas.

Para los profesores, el coaching

permite conocer sus propios erro-

res con el objetivo de poder modi-

ficarlos mientras, por la otra parte,

el coaching ayuda a crear entornos

educativos y estrategias en el aula

más experienciales y enriquecedo-

ras para los alumnos.

Los profesores pueden tener

sesiones con profesionales del

coaching o aprender distintas es-

trategias de coaching para educar

mejor a sus alumnos. Sin embargo,

1

La competencia “Aprender a aprender” es una de las siete competencias clave reconocidas por la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre para la Mejora

de la Calidad Educativa, siguiendo con las recomendaciones de la Comisión Europea de establecer una serie de competencias clave para el aprendizaje

que sirviera como referencia para los sistemas educativos de los países miembros, entendiendo éstas como “un paquete multifuncional y transferible de

conocimientos, destrezas y actitudes que todos los individuos necesitan para su realización y desarrollo personal, inclusión y empleo”.

2

La Inteligencia Emocional fue estudiada, primeramente, por Salovey y Mayer (1990) y, posteriormente, y por lo que ha sido ampliamente más reconocida,

por Daniel Goleman (2005).

3

Método dialéctico para la indagación o búsqueda de nuevas ideas, conceptos o prismas subyacentes en la información. Fue descrito por Platón en los

diálogos Socráticos, reconociendo a Sócrates como el padre de la filosofía moral.