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AÑO I - Nº 3 - FEBRERO 2017

ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

Al utilizar los recursos que ofre-

cen las nuevas tecnologías en la

implantación de las clases inverti-

das se está contribuyendo a reducir

el aislamiento en el que se ha en-

contrado la escuela convencional y

se ayuda a la formación de la ver-

dadera escuela del siglo XXI, ya que

es un método que ofrece una for-

ma de enseñar y aprender mucho

más personalizada y motivadora,

complementaria a otras metodolo-

gías activas con las que, además,

se puede combinar de manera na-

tural, como el Aprendizaje Basado

en Proyectos (ABP), Aprendizaje

Basado en Tareas (ABT) y el Apren-

dizaje Colaborativo (AC).

La enseñanza inversa es una gran

aliada con respecto a la atención a

la diversidad pues se adapta, me-

diante diversas estrategias, a los

distintos ritmos de trabajo de los

alumnos, así como a la atención

individualizada que brinda el profe-

sor, el cual tendrá más tiempo para

atender al alumnado, resolver du-

das y corregir sus propios errores.

Escuelas como

Clintondale High

School

, en Estados Unidos, avalan

esta metodología con datos tales

como su reducción del fracaso de

sus estudiantes, hasta en un 31%

en el área de Matemáticas, o un

22% en Ciencias en tan solo un se-

mestre.

El procedimiento de las

clases invertidas

Hay que partir de la premisa de

que las

Flipped Classroom

no se

basan únicamente en la elabora-

ción de vídeos o en la utilización

de recursos en línea para el desa-

rrollo de las clases. Es mucho más

que eso. Sí es cierto que se apo-

ya fundamentalmente en el uso de

las nuevas tecnologías, pero eso

no supone dejar de programar las

sesiones estableciendo objetivos,

marcando contenidos y procurando

el alcance de las competencias. La

elaboración de material audiovisual

debe ser paralelo a todo eso, sin

necesidad de tener una calidad pro-

fesional excelsa, sino únicamente

con la cualidad de saber transmi-

tir el contenido de la materia de la

misma manera que se haría en una

clase presencial. Para el alumno

esto no supondrá exclusivamente

un trabajo de visualización, sino

que requerirá de una actitud de re-

ciprocidad en la que tenga que inte-

ractuar con el vídeo, respondiendo

a preguntas que irán surgiendo a lo

largo de la proyección.

El método más sencillo para co-

menzar con estas sesiones sería

grabar en vídeo las sesiones edu-

cativas, realizar un

screencast

o

crear una presentación a la que se

le adjunte audio y voz. Son muchas

las modalidades. Finalizada la gra-

bación, ésta se pondría a disposi-

ción de los alumnos a través de un

canal propio de

Vimeo, YouTube

o

similar. También se podría utilizar

Google Drive

o

Explain Everything

y

conseguir muy buenos resultados.

A la hora de grabar vídeos, convie-

ne tener en cuenta dos aspectos: por

un lado, que éstos no sobrepasen los

10 minutos, aproximadamente, pues

concentrar las ideas clave y sintetizar

el contenido en poco tiempo aunque

es complejo, ayuda a los alumnos a

optimizar el tiempo de estudio; y por

otro, que para implementar en el aula

métodos apoyados en recursos digi-

tales es necesario tener en cuenta la

disponibilidad de los alumnos hacia

dispositivos de este calibre, así como

su acceso a Internet.

Una vez grabado el contenido del

vídeo, es preciso asegurarse de que

los alumnos lo visualizan de la for-

ma correcta, al igual que en la clase

convencional participan, atienden o

plantean dudas. Antes de

flipear

se

debe explicar detenidamente a los

alumnos en qué consiste el nuevo

método y a qué compromisos han

de llegar para su correcto desarro-

llo, con lo cual tienen que saber, pri-

mero de todo, que para que la clase

se desarrolle gratamente es nece-

sario que ellos realicen las tareas

que les son propias primeramente.

El docente les enseñará cómo ver

los vídeos, cómo responder a las

posibles cuestiones planteadas,

cómo realizar un glosario de térmi-

nos principales, anotar dudas, etc.,

lo cual ya constituye, en sí mismo,

un proceso de gran valor formativo.

El alumno ha de acudir a clase

con cuestiones que versen sobre lo

visionado, formulando posibles du-

das y haciendo posible una puesta

en común entre todos los compañe-

ros. Herramientas como

EduCanon

o

Edpuzzle

resultan muy sencillas y

útiles para insertar preguntas (tipo

test, de respuesta directa o simple-

mente de reflexión), de forma que

los alumnos no podrán seguir viendo

el vídeo si no las responden. Es en

puntos como este del proceso donde

el alumno adquiere más autonomía, y

descubre que él es responsable de su

propio aprendizaje, lo cual constituye

la naturaleza de este método.