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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO III - Nº 10 - JUNIO 2018

pectativas de futuro le esperan.

Precariedad laboral

Actualmente España se encuentra

sumida en una situación de preca-

riedad laboral que afecta a todos

los colectivos, siendo uno de los

más afectados los jóvenes debido a

las complicaciones que experimen-

tan para incorporarse al mercado

laboral tras finalizar sus estudios y

sin poseer ningún tipo de experien-

cia previa. Esta situación, como es

normal, provoca al estudiante cierto

miedo a lo desconocido, el cual se

suma a las inquietudes propias de

la adolescencia. Con esta realidad,

lo que es esencial es la transforma-

ción de ese sentimiento de miedo

e inseguridad en posibilidades y

oportunidades.

Estamos hablando de una nue-

va realidad socioeconómica en la

que predominan las incertidum-

bres y la necesidad de flexibilidad

y adaptación, sustituyendo así las

certidumbres y las seguridades que

aportaban los modelos de eman-

cipación y tránsito a la vida adulta

de las sociedades industrializadas

(Montiel, 2009). Durante el perío-

do de expansión del capitalismo

industrial, los modos de transición

de los jóvenes cambiaron hacia

formatos cambiantes y con direc-

ciones no siempre predecibles.

Pasaron de ser un recorrido lineal

con final conocido desde la educa-

ción al trabajo, hacia el itinerario

actual de tránsito a la vida adulta

con modulaciones (Bordieu, 2000),

pues dependen de una variedad

de situaciones que muchas veces

modifican su rumbo, diluyendo los

proyectos. Algunos autores definen

estas nuevas modalidades como

«trayectorias reversibles, laberínti-

cas o yo-yo» (López, 2002; Macha-

do, 2002a).

Es imprescindible que desde el

sistema educativo se prepare al

alumnado a enfrentarse el día de

mañana a su futuro con determina-

ción ya que tal y como señala Gual-

tero (2011), es notorio ver cómo

cambian las exigencias en las dife-

rentes etapas de la vida. Así pues,

en la infancia y adolescencia se

promueve la inmediatez y la facili-

dad para conseguir todo, en cambio

en el momento de acceder a la vida

adulta se reclama a los jóvenes lo

opuesto. Tal como reclama el “or-

den económico” actual, se exige a

los jóvenes madurez para saber es-

perar o capacidad y serenidad para

adaptarse a las situaciones cada

vez más inciertas y cambiantes.

Esta situación se contempla como

contradictoria pues se exige aque-

llo que no se cultivó, justamente en

el momento ideal para hacerlo.

La necesidad de una educación

y orientación mejores en estos

tiempos de crisis económica para

superar las dificultades actuales

es evidente. Desde la orientación

educativa hay que preparar a los

jóvenes para los grandes retos que

les depara un futuro indeterminado

e incierto. Así pues, lo que se pre-

tende con la preparación para el

futuro laboral es formar personas

emprendedoras, seguras de sí mis-

mas e ilusionadas ante su futuro la-

boral. Todo esto conlleva una tarea

difícil a estas edades pero a través

de una metodología que funcione

mediante múltiples iniciativas pue-

de ser posible. Robinson (2009)

considera que el único modo de

prepararse para el futuro es sacar

el máximo provecho de nosotros

mismos, convenciéndonos de que

al hacer esto llegaremos a ser todo

lo flexibles y productivos posible.

En el supuesto de que mañana el

mundo se volviera del revés, si he-

mos conseguido nuestro potencial

descubriríamos la forma de utilizar

nuestras habilidades para acomo-

darnos a los cambios.

La orientación laboral

Actualmente la orientación hacia

un futuro laboral en los centros

educativos de Educación Secun-

daria se limita a la elección de los

planes futuros según la capacidad

del alumno, mostrando distintos

itinerarios posibles.

Para llevar a cabo nuestra re-

flexión, nos centraremos en estu-

dios tales como el de la Universidad

Politécnica de Valencia en el que

Campillo (1991) constató que los

puntos más desconocidos por los

alumnos se referían sobre todo a la

búsqueda de empleo. Por lo tanto,

se llegó a la conclusión de que se

necesita una formación en habili-

dades para el empleo para adquirir

confianza en uno mismo y saber lo

que las empresas valoran en sus

candidatos.

Desde el punto de vista de Rodrí-

guez (2002), hoy en día se pide que

el joven posea cierta competencia

para enfrentarse a los cambios,

usando competencias de alto nivel

como la capacidad de análisis, de