Previous Page  14 / 56 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 14 / 56 Next Page
Page Background

14

ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO III - Nº 12 - DICIEMBRE 2018

En base a estos hallazgos, el con-

dicionamiento clásico se basa en que

una persona aprende a responder

ante un estímulo teniendo en cuenta

que anteriormente no respondía a ese

estímulo de la manera en que lo hace

tras exponerse al mismo.

El condicionamiento

operante

Cuando hablamos del condiciona-

miento operante nos basamos en la

relación que existe entre las acciones

que realizamos y las consecuencias

que estas traen. En otras palabras, el

acto “opera” en el medio ambiente de

donde vienen los estímulos.

En este contexto, nos encontramos

con dos situaciones: Por un lado, en-

contramos que un comportamiento

es más probable que se repita si las

consecuencias que le siguen son po-

sitivas (refuerzo positivo) y, por otro

lado, encontramos que un compor-

tamiento es menos probable que se

repita si las consecuencias son nega-

tivas (refuerzo negativo o castigo).

De todas formas, tenemos que

tener en cuenta que no siempre las

consecuencias positivas actúan como

refuerzo, ni todas las negativas como

castigo. Es decir, si una acción posi-

tiva no aumenta la probabilidad de

que se vuelva a suceder la conducta

deseada, no se trataría de un refuerzo

y viceversa, si una acción negativa no

disminuye la probabilidad, no está ac-

tuando como castigo. A continuación,

analizaremos las diferentes categorías

(Ribes, 1983):

• Refuerzo positivo:

Se trata de ofre-

cer algo del agrado del niño para

que la situación se vuelva a dar (una

alabanza de la profesora cuando

han contestado correctamente).

• Refuerzo negativo:

Se trata en qui-

tar algo que no le gusta para con-

seguir aumentar la probabilidad de

que vuelva a ocurrir algo deseable

(si Leo se ha portado bien, hoy no

tiene que recoger el aula).

• Castigo positivo:

Se trata en dar

algo que no gusta al niño para que

la conducta no vuelva a ocurrir (una

pegatina roja a los niños que se han

portado mal).

• Castigo negativo:

Se trata de qui-

tar algo positivo para disminuir la

probabilidad de que una conducta

ocurra (si te portas mal, no verás

los dibujos).

Aspectos positivos del

castigo

Correctamente utilizado, el castigo

puede ser una buena técnica de modi-

ficación de conducta, pero hay que ser

muy cautos en su aplicación.

Sin entrar en lo correcto o incorrec-

to que puede llegar a ser, es cierto que

el castigo es una medida rápida para

corregir una determinada actitud. Es

una medida que se adopta en el mo-

mento en que aparece una conducta

deseada y no se necesitan demasia-

das herramientas para llevarlo a cabo.

Además, la actitud inadecuada se sue-

le terminar al momento, sin dar pie a

nada más.

El castigo puede tener ventajas: El

castigo es un método rápido, lo que

es fundamental con conductas que

pueden producir un daño físico grave.

Sus efectos son más rápidos que los

de otros procedimientos de reducción

y permite la eliminación de conductas

indeseables que interfieren con la emi-

sión, la instigación o la enseñanza de

conductas alternativas

(Bado y Gar-

cía-Grau, 2011).

Aspectos negativos del

castigo

Uno de los principales aspectos ne-

gativos del castigo es, según afirman

muchos autores, que es un recurso

que genera sentimientos negativos a

la persona que está siendo castigada.

Además, bajo el miedo a ser castiga-

do, se genera la mentira, para intentar

escapar de una situación que se sabe

será molesta o indeseable. Por eso,

siempre que sea posible, tenemos

que estar atentos para que los jóvenes

no utilicen argumentos basados en la

mentira.

Por otro lado, cabe comentar que el

castigo suele tener un efecto temporal

y transitorio en la manera de actuar

del niño. Es muy difícil, por no decir

imposible, lograr erradicar de manera

duradera la conducta negativa. Sim-

plemente el castigo nos servirá para

“tapar” un poco la conducta que lo

más probable sea que vuelva a apa-

recer.

También, es importante tener mu-

cho cuidado para no hacer un uso

excesivo de los castigos ya que como,

al principio de aplicar esta medida co-

rrectora parece funcionar al instante,

se suele abusar de ella.

Por último, el castigo puede gene-

rar que la persona castigada, en este

caso el niño, sienta inseguridad hacia

la persona que impone los castigos,

cambiando su percepción de ella.