Previous Page  20 / 56 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 20 / 56 Next Page
Page Background

20

ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO III - Nº 12 - DICIEMBRE 2018

bién necesario) por llamar enseguida

la atención del alumnado. Eso no evi-

ta que tengamos que elegir bien qué

proyectarles (no todas las películas

implican lo mismo ni son adecuadas),

preparar la materia, invitarles a que

desvelen las claves y la importancia

de lo que allí puedan ver, interpretar y

percibir, incluso, cuando no les suscita

ninguna reacción.

También ahí podemos encontrarnos

con situaciones que nos permiten sa-

ber cuáles son las flaquezas o desco-

nocimientos del mismo grupo. Pues

es una senda de ida y vuelta, totalmen-

te dinámica y activa si lo proponemos

así, en la que visualizar un filme sea

todo menos pasivo, todo menos con-

sumir imágenes.

El hecho de que el cine no pueda

contar verdades no es óbice para que

no sirva como una fuente útil para

entender nuestro mundo, tanto como

una posibilidad de hacerlos regresar

(ficticiamente) al pasado, como de

proyectarles hacia el futuro. Incluso,

nos reporta entender sus inquietudes

y comprender las sensibilidades de las

nuevas generaciones

1

.

Ejemplos prácticos del

tratamiento del cine de

ficción y documental

Mayormente, la teoría es una cosa

y la traslación al aula de sus funda-

mentos es otra bien distinta. Hemos

de pensar, como ocurre con el cono-

cimiento, que las películas deben ser

seleccionadas para los distintos nive-

les a los que podrían estar destinadas.

La selección de filmes es, por ello, una

pieza clave para proceder a trabajar en

el aula. Y, a veces, no siempre se toma

en cuenta y es cierto que adquiere un

carácter subjetivo, pero no por eso

debe evitarse sostener un cierto crite-

1 - Algunos títulos muy recomendables son:

Sand, S. (2005). El siglo XX en la pantalla. Cien

años a través del cine. Barcelona: Crítica; Breu,

R. (2014). La historia a través del cine. 10 pro-

puestas didácticas para secundaria y bachillerato.

Barcelona: Graó; Almacellas, M. A. (2015). Seguir

educando con el cine. Madrid Digital Reasons;

Marzábel, I. y Arocena, C. (2016). Películas para

la educación. Madrid: Cátedra; Valero, T. (2018).

El Mundo Actual a través del cine. 25 historias de

película. Madrid: Alianza Editorial.

rio. También, es verdad que los alum-

nos están acostumbrados a ver, sin

muchos filtros, un exceso de imáge-

nes tanto en el cine, la televisión como

en toda clase de formatos digitales (In-

ternet, videojuegos, etc.) de los que no

tenemos demasiado control. Por eso,

nos toca ser hábiles, dirigir y encauzar,

después de todo, esa avalancha hacia

la crítica y a su adecuada valoración.

En otras palabras, colocar una serie de

elementos que les invite a ser cons-

cientes del significado de lo que están

viendo y los modelos y actitudes que

están percibiendo.

El análisis fílmico es una prác-

tica que dirige sus esfuerzos a es-

clarecer tanto lo que manifiesta o

significa, lo que dice, una película

como la manera en que dice lo que

dice. Y ello mediante el atento es-

crutinio de la forma en la que lo ex-

presa

” (Marzábel y Arocena, 2016).

Un ejemplo destacable, sin ir más

lejos, para 1º o 2º de ESO respecto al

cine documental sería Camino a la es-

cuela (2015), de Pascal Plisson.

En este caso, es el acercamiento a

través de pequeñas historias de las vi-

cisitudes de diferentes niños de países

o territorios agrestes, que tienen unas

dificultades muy grandes a la hora de

asistir a la escuela. Son experiencias

vitales que exploran la capacidad de

empatía, asertividad y comprensión de

la vida en otros lugares tan diferentes

a los nuestros en donde las escuelas

están, mayormente, cerca de casa,

en barrios donde vivimos (lo más

peligroso es cruzar la calle), y donde

cuentan con los medios de transporte

adecuados para ir a los centros edu-

cativos. En el documental se encuen-

tran con situaciones casi increíbles, de

niños y niñas que han de atravesar la

sabana con el riesgo de que les mate

un elefante, sortear barrancos, ríos o

acercarse a caballo, porque no tienen

otro medio para ir a la escuela. Es una

realidad construida para que sea en-

tendida, reconocida y asumida por el

espectador. Y, por lo tanto, no es una

realidad pura.

El montaje, la música o la elección

de los planos no son inocentes, tienen

una intención y es ilustrar y hacer visi-

bles otros marcos sociales donde los

niños vean la escuela no como un cen-

tro de reclusión, sino de oportunida-

des. Todos tenemos una historia que

contar, personal, diferente y, a veces,

alejada del modelo ideal mostrado.

Otro documental, que completaría

al anterior, muy digno de interés sería

Fuego en el mar (2016), de Gianfranco

Rossi, que se ocupa de mostrarnos la

cruda realidad de los inmigrantes que

pretenden cruzar el Mediterráneo con

sus endebles embarcaciones.

Un hecho que lo tenemos muy pre-

sente en los telediarios, ante nosotros,

que genera recelo, prejuicios o que no

percibimos como propio, valorando

a los que sufren estas situaciones de