Campuseducacion Sanidad

Los alimentos que consumimos cotidianamente tienen una variedad de riesgos que nos exponen a la infección y a la presencia de agentes patógenos. Esto ocurre debido a contaminantes en los alimentos provocados por distintas formas de contaminación microbiológica. Es por ello que es importante conocer la cadena epidemiológica para identificar los factores que contribuyen a la presencia de estos contaminantes en los alimentos.

Esta cadena epidemiológica es una secuencia cuyos elementos intervienen en la transmisión de un agente causal hasta un huésped susceptible. Estos elementos tienen que ver con el agente causal, la fuente de la infección, el mecanismo de transmisión, la puerta de entrada y salida y el huésped. Siendo estos los que permiten el desarrollo de una enfermedad. Por lo tanto, el conocimiento de estos elementos y los condicionantes que favorecen el desarrollo de los contaminantes son clave para prevenir la aparición y propagación de enfermedades.

Los contaminantes en los alimentos pueden ser microorganismos, tales como bacterias, virus, hongos, parásitos y algunos químicos. Estos agentes patógenos pueden estar presentes en alimentos como frutas, verduras, aves, carne y productos lácteos, entre otros.

Causas principales de contaminación de los alimentos

Las causas principales de la contaminación de los alimentos son el uso inadecuado de técnicas nucleares, la manipulación de alimentos realizada sin una buena higiene y seguridad alimenticia, la presencia de químicos en el agua y el suelo, la exposición a factores ambientales tales como el sol, el viento y la temperatura; y las plagas que pueden dificultan el mantenimiento de la calidad de los alimentos.

Tipos de contaminantes en los alimentos

Existen dos tipos de contaminación microbiológica en los alimentos: la contaminación primaria y la contaminación secundaria. La contaminación primaria ocurre cuando el microorganismo es directamente agregado a un alimento, mientras que la contaminación secundaria es el resultado de la manipulación de alimentos, el contacto con superficies contaminadas o la exposición a otros alimentos contaminados.

Esta contaminación se ve facilitada por el uso de técnicas nucleares o radiofármacos que estimulan el crecimiento y la multiplicación de los microorganismos. El uso incorrecto de equipos, los enfriamientos inadecuados, el desarrollo de múltiples superficies y la identificación insuficiente de los alimentos pueden contribuir también a la proliferación de microorganismos.

Medidas de prevención y control

Es importante tomar medidas de prevención y control para evitar el desarrollo de enfermedades relacionadas con los alimentos. Las medidas básicas para la limpieza y desinfección de los alimentos y el equipo de cocina deberían ser conocidos y empleados por los manipuladores de alimentos.

Los manipuladores de alimentos deben comprender la importancia de promover el estándar de higiene y seguridad alimentaria. Estas medidas incluyen la limpieza de superficies, la higiene de manos, el uso de guantes y delantales durante la manipulación de alimentos, y el almacenamiento seguro de los productos.

Además, se recomienda tomar medidas como evitar el contacto entre alimentos cocinados y crudos, el uso de equipos de cocina limpios y desinfectados, y el lavado adecuado de frutas y verduras antes de su consumo.

Es importante tener en cuenta que estas medidas son clave en la prevención de enfermedades y la propagación de los infectantes. Por lo tanto, es recomendable que todos los manipuladores de alimentos tomen cursos sanidad y cursos sanitarios online acreditados.

En conclusión, los microorganismos son uno de los principales contaminantes en los alimentos, son responsables de enfermedades transmitidas por los alimentos. Para evitar estas enfermedades, los manipuladores de alimentos deben conocer los conceptos básicos de la cadena epidemiológica y analizar los condicionantes que favorecen el desarrollo de los contaminantes, aplicar medidas de prevención y control y tomar cursos sanitarios para aprender cómo identificar y prevenir la propagación de los infectantes.