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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO III - Nº 11 - SEPTIEMBRE 2018

lo largo de toda su vida, prestando

especial importancia a los periodos

de transición propios que aconte-

cen en el seno escolar (Álvarez y

Bisquerra, 2012).

En el modelo canario se estable-

cen tres niveles de actuación para

cada una de las etapas educativas:

• El nivel primario actúa en la pre-

vención inespecífica y general a

cargo de la comunidad educativa.

• El nivel secundario procede a la

prevención específica o de riesgo

de manera proactiva.

• El nivel terciario abarca la pre-

vención reactiva, grupo relacional

dañado correspondiente a los dos

últimos niveles.

Todo ello debidamente apoyado

con el Plan de Convivencia Positiva

Proactivo, basado en el diálogo, la

disciplina positiva, la cultura de paz

y en los principios que estipula el

Decreto de Convivencia 114/2011

de 11 de mayo, con los equipos de

mediación

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y con las estrategias de

convivencia positiva que se hayan

concretado llevar a la práctica.

El papel del alumnado

Como podemos observar el

alumnado cobra protagonismo

como propio agente de desarrollo,

autogestión y participación demo-

crática dentro de la prevención de la

violencia y el fomento de un clima

positivo y pacífico de convivencia

escolar. Entre sus principales fun-

ciones podemos destacar:

• La elaboración, por consenso, de

normas.

• El establecimiento de mecanismos

que permitan la prevención y de-

tección de conflictos.

• La creación de un comité de bien-

venida y acogida a los nuevos

alumnos.

• La creación de juntas de delegados.

• La gestión de grupos de media-

ción y dinamización de alumnos

ayudantes y dinamizadores de

zonas comunes.

El papel del

profesorado

El profesorado, por su parte,

tendrá un trabajo a realizar en red

y de manera cooperativa fijando

unos calendarios referentes para

la convivencia y acreditación de la

mediación escolar. Debe organizar

grupos de trabajos para elaborar

proyectos de implementación del

modelo de convivencia positiva y

realizar jornadas finales de “Buenas

Prácticas”.

Para poder realizar un trabajo de

prevención de la violencia desde la

escuela es necesario tener en cuen-

ta las modificaciones y los cambios

en los contenidos académicos que

hay que llevar a cabo, así como la

transformación de la metodología

escogida para que tengan cabida,

por ejemplo, ciertas actividades

con contenidos explícitos orienta-

dos a la educación en valores, la

educación intercultural, el aprendi-

zaje de estrategias para prevenir el

racismo y la xenofobia, la violencia

de género, el desarrollo de habilida-

des de comunicación, las habilida-

des sociales, la gestión emocional,

etcétera.

Entendemos que la convivencia

positiva no es solamente un modelo

a implantar en los centros educati-

vos, sino que es todo un modelo de

vida comunitario, escolar, social y

culturalmente hablando, siendo los

diferentes programas, proyectos,

modelos y estrategias que favorez-

can la convivencia escolar una de

las mejores inversiones y garantías

que la sociedad puede ofrecer hacia

el espacio educativo.

Una correcta gestión escolar nos

garantiza una mejor coordinación

entre docentes, equipo educativo,

claustro y agentes educativos, todos

ellos enfocados en el objetivo de la

mejora del plan de actuación, de las

estrategias y el establecimiento de

normas para la mejora de la convi-

vencia escolar, así como para el fo-

mento de una cultura de paz.

Velázquez Alemán, S. (2018, septiembre).

Ideas para gamificar el aula. Convivencia

Escolar. Modelos de gestión.

Campus

Educación Revista Digital Docente

, Nº11, p.

10-16. Disponible en:

https://www.campuseducacion.com/revista-

digital-docente/numeros/11/

Cómo citar:

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Cada centro deberá disponer de un servicio de mediación en un plazo no superior a cuatro años desde el año escolar junio de 2014, regulado por la Orden

de 27 de junio de 2014.