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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO III - Nº 12 - DICIEMBRE 2018

Garaigordobil (2011) señala, tras

revisar varias investigaciones espa-

ñolas, que en España sufrimos ente

el 3% y el 10% de victimización

grave.

En las primeras investigaciones

se destacaba que los implicados

en la dinámica social del bullying

se centraban únicamente en dos

roles: por un lado, los alumnos

que padecían las intimidaciones o

agresiones de sus compañeros (las

víctimas) y por otro lado, los que

realizaban los actos de intimidación

o agresión (los agresores). (Ortega

y Mora-Merchán, 2000).

Más adelante, se señaló que el rol

de víctima no era homogéneo y que

se podían distinguir mínimo dos ti-

pos de víctimas: clásicas (sin previa

provocación) y víctimas proactivas

(que provocaban) (Pikas, 1989).

Posteriormente, se demostró que

la mayoría de los alumnos están

presentes cuando otro está siendo

victimizado por el agresor o agre-

sores y, aunque sea de forma pa-

siva, están formando parte de este

fenómeno (Ortega y Mora-Mer-

chán, 2000). En esta misma línea,

Pepler y Craig (1995) indicaron

que, en las situaciones de bullying,

en un 85% de los casos había otros

alumnos presentes, lo que llevó a

Sutton y Smith (1999) a preguntar-

se si la presencia de estos alumnos

tiene algún tipo de influencia en esa

situación de acoso. Estos autores

señalan que gran parte de los que

están presenten muestran actitudes

negativas o neutras ante el acoso.

Por lo que es necesario e impor-

tante tener en cuenta el resto de los

alumnos que no están directamente

implicados para dirigir las interven-

ciones y prevenciones también ha-

cia este colectivo.

La intencionalidad de

los estudios

Las diferentes intervenciones

y acciones de los distintos países

han estado enfocadas a diversos

ámbitos, pero la mayoría coinciden

en dirigir sus estudios hacia el ám-

bito social, proponiéndose conse-

guir dos objetivos principalmente

(León, Gómez, Castaño, López y

García, 2011).:

• Investigación epistemológica de

la gravedad de este fenómeno en

cada contexto cultural del país

en cuestión a través de cuestio-

narios u otras herramientas para

recabar información.

• Propuesta de intervención di-

rigida a todas las personas im-

plicadas: individuales (víctima y

agresor), familiares, personal del

centro educativo (organización y

políticas educativas) y sociales

(marco legal y políticas sociales).

También influyen las variables

medidas en las investigaciones, las

cuales se dirigen, mayormente, ha-

cia el curso escolar, el género o el

estatus de las personas implicadas

en el conflicto (agresor, testigo y

víctima), (García, 2015).

El tratamiento con este fenómeno

ha cambiado notablemente en los

últimos años, ya que al principio no

se intervenía, sino solamente se es-

tudiaba la situación, pero ahora las

investigaciones se centran más en

la realización de campañas de pre-

vención en los centros educativos.

Por otra parte, se ha demostrado

que existen una serie de perfiles

principales: agresores, víctimas,

observadores o perfiles mixtos

(agresores agredidos y víctimas

agresoras); y otros perfiles se-

cundarios: ayudantes del agresor,

defensores de la víctima y adultos

(Avilés, 2006). Sin embargo, tam-

bién hay que señalar que no exis-

ten perfiles puros y que adoptan

diversidad a partir de los individuos

y las circunstancias. De ahí la im-

portancia de valorar las diferencias

entre perfiles y dentro de ellos. Y

esto es aún más importante en las

víctimas, debido a las consecuen-

cias que le supone el acoso. Por

supuesto, no hay un único tipo de

víctima (pasiva, provocativa, agre-

siva, reactiva, etc.), ni permanecen

siempre en esa situación (Avilés,

2006).

En relación con las intervencio-

nes centras al alumnado predomi-

nan las propuestas entre iguales las

cuales se organizan en dos grupos:

las que se centran en el apoyo emo-

cional y las que van dirigidas a la

educación entre iguales, como por

ejemplo el aprendizaje cooperativo.

Según León, Gozalo y Polo (2011)

es una metodología muy útil para

disminuir las conductas de acoso

en el aula.

Convivencia Escolar

Hasta esta última década no se

había considerado importante y

necesario que los docentes toma-

ran como tarea educativa la educa-

ción de la convivencia, o incluso la