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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO V - Nº 18 - JUNIO 2020

pación que éstos tienen acerca de su

futuro laboral o la incertidumbre que

les supone la elección de un itine-

rario académico. De esta situación

emana la necesaria implantación en

los centros de programas de ayuda

a la toma de decisiones pensados

específicamente para adolescentes.

Pensamiento

adolescente

Para Betancourt (2003), la toma

de decisiones en adolescentes es

un proceso mediante el cual deter-

minan

qué quieren ser y qué quie-

ren hacer

, por lo que establecen las

metas que quieren alcanzar y, en

consecuencia, escoger los caminos

a seguir y la forma de solucionar sus

problemas. El proceso de toma de

decisiones es, también, una forma

de demostrar el nivel de autoestima

y el aprecio por ellos mismos, atre-

viéndose a perseguir lo que merecen

por el esfuerzo que depositaron en

un proyecto, asumiendo la respon-

sabilidad de su propio futuro.

Considerar la toma de decisiones de

los adolescentes como un campo

de estudio independiente del mismo

proceso en otras etapas del desarro-

llo es algo a considerar si se tienen en

cuenta sus aspectos diferenciadores,

ya que presenta diferencias según la

etapa vital y la edad de cada persona.

Es precisamente en este periodo

adolescente cuando la

emoción,

impulsividad, autocontrol

está más

latente e influye en mayor medida

que en otros periodos vitales, debi-

do a la confluencia de dos sistemas

neurobiológicos diferentes (sistema

socioemocional y sistema del con-

trol cognitivo), con tiempos de ma-

duración distintos que pueden pro-

vocar que los individuos presenten

mayor predisposición a la toma de

riesgos ya que no cuentan con las

suficientes pautas conductuales que

aún se encuentran sesgadas (Mi-

chelini, Acuña y Godoy, 2016).

A la hora de estudiar el

pensamien-

to adolescente

cabe preguntarse

sobre qué decisiones son las que se

les hacen más difíciles, sobre qué

tipo de cuestiones suelen reflexionar

y cómo es realmente su proceso de

toma de decisiones. Según Santana

(2013), las respuestas a estas cues-

tiones varían en función de la edad

y el nivel educativo del adolescente.

Por ejemplo, los alumnos de primer

curso de Bachillerato indican las

cuestiones relacionadas con los es-

tudios y los itinerarios académicos

como las decisiones más complica-

das de abordar, aspecto que parece

lo suficientemente lógico teniendo

en cuenta las perspectivas de futuro

inmediato que se presentan ante los

estudiantes de esta etapa educativa.

A este respecto, cabe señalar aspec-

tos externos que inciden enorme-

mente en la transición de los jóvenes

a la vida laboral en la actualidad y

que impiden que la toma de decisio-

nes en este proceso sea libre. Real-

mente, subyace la dependencia de

un sistema productivo impredecible

que va modificando los perfiles pro-

fesionales en función de las exigen-

cias del mercado (Santos y Muñoz,

2015). Así, los jóvenes afrontan su

transición a la vida laboral con bajas

expectativas laborales, gran escepti-

cismo y bajos niveles de motivación

(Andrés y Ponce de León, 2016).

El proceso de toma de

decisiones

Entre las causas que dificultan de-

cidir sobre los temas mencionados,

las principales suelen ser la impor-

tancia de las decisiones y las conse-

cuencias que éstas tengan. Además,

puesto que la relación con los igua-

les adquiere una gran relevancia du-

rante esta edad, la opinión que éstos

tengan también será un hecho que

intervenga en la toma de decisiones.

En esta línea, Fernández, Ortega y

Romera (2012) indican que las fa-

ses por las que pasa un adolescente

no siguen un patrón idéntico para

todos, sino que cada individuo ex-

perimentará un desarrollo diferente

con distintas vivencias.

Sobre cómo es el propio proceso

interno, o psicológico, de la toma de

decisiones, es preciso hacer men-

ción a los distintos

estilos de deci-

sión

, según el Modelo de Conflicto

de Decisión propuesto por Jannis y

Mann (1977).

En este modelo, se sostiene que la

toma de decisiones conlleva conflic-

tos que generan estrés. Este estrés

se ve alimentado por la preocupa-

ción por pérdidas objetivas y la pre-

ocupación por pérdidas subjetivas.

Según esta teoría existen cuatro

pa-

trones de decisión

:

• La “Vigilancia”, corresponde a un es-

tilo adaptativo de toma de decisión;

• La “Complacencia” a las decisio-

nes que se toman con la intención

de complacer a terceros;

• La “Hipervigilancia” es una forma

de actuación por pánico;

• La “Evitación” trata de solucionar

el problema escapando de la si-

tuación.

Entre los 13 y los 17 años los adoles-

centes alcanzan de forma gradual el