Previous Page  31 / 40 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 31 / 40 Next Page
Page Background

31

ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO I - Nº 3 - FEBRERO 2017

Relación entre resiliencia

e inteligencia emocional

Implicaciones en el desarrollo de

competencias socioemocionales

La resiliencia y la inteligencia emocional son conceptos que se relacionan

entre sí e igualmente importantes no sólo para el manejo de las emociones

y el control del estrés, sino para el logro del bienestar subjetivo e, incluso, la

felicidad, más allá de la condición socioeconómica o las adversidades que

cada persona esté destinada a afrontar. Además, mantienen una particular

relación en el desarrollo de las competencias socioemocionales, con lo que

ambas capacidades, y las competencias asociadas a las mismas, podrían

entrenarse, potenciarse y robustecerse si se pusieran operativas de manera

conjunta en el terreno educativo.

JUAN MANUEL NÚÑEZ

LOZANO

• Licenciado en Psicopedagogía

• Diplomado en Magisterio de

Educación Especial

• Máster en Psicología,

Educación y Desarrollo

• Asesor de Necesidades

Educativas Especiales en

Centro de Innovación y

Orientación Educativa (Irún,

País Vasco)

JON MIKEL LUZARRAGA

MARTIN

• Licenciado en Pedagogía

• Diplomado en Educación

Social

• Máster de Multilingüismo en

Educación

• Doctorando en Educación,

Escuela, Lengua y Sociedad

(Gipúzkoa, País Vasco)

E

n las últimas décadas se viene

registrando un creciente interés

científico vinculado al conoci-

miento de las características y aplica-

ciones de los constructos inteligencia

emocional y resiliencia (Blanes, Gis-

bert y Díaz García, 2014). En efecto,

tanto los modelos de inteligencia

emocional como los de resiliencia

hacen referencia a un conjunto de ha-

bilidades de procedencia psíquica que

influyen positivamente en la conducta,

ya sea para afrontar una adversidad,

en el caso de la resiliencia, como en el

manejo y el control de las emociones,

en el de la inteligencia emocional (Fer-

nández y Ré, 2006).

En principio, asumimos que la in-

teligencia emocional es una capaci-

dad que permite conocer y manejar

las emociones propias y las de los

demás, de sentir satisfacción y ser

eficaces en la vida (Goleman, 1996).

La resiliencia, por su parte, se vincula

a nuevos parámetros de conductas

que permiten superar los sucesos es-

tresantes o traumáticos que pueden

acontecer en el diario vivir (Brooks y

Goldstein, 2010).

Ahora bien, ¿Cuál es el nivel de in-

teligencia emocional y el nivel de resi-

liencia que tiene cada persona? ¿Cuál

es la relación existente entre ambos

términos?

Si en los comienzos del estudio de

la inteligencia emocional el interés se

focalizó principalmente en el escla-

recimiento de la naturaleza del cons-

tructo y en su forma de operacionali-

zación (Salovey y Mayer, 1990), más

recientemente, los estudios se han

orientado a constatar los efectos de

una buena inteligencia emocional en

el desempeño social y/o educativo de

las personas. Tal como indican Blanes,

Gisbert y Díaz García (2014), la línea

de investigación actual toma en cuen-

ta dos aspectos de crucial relevancia:

por un lado, la necesidad de estable-

cer la utilidad y el rol que cumple la in-

teligencia emocional en diversas áreas

vitales de las personas; por otro lado,

la necesidad de evaluar la relación de

la inteligencia emocional con otras va-

riables importantes en el desarrollo y

bienestar de los individuos, como es

el caso de la resiliencia.

En esta línea de investigación, estu-

dios realizados sobre la relación entre

las emociones positivas y la construc-

ción de la resiliencia, indican que la

experiencia de este tipo de emocio-

nes se asocia con la implementación

de estrategias de regulación de los

eventos negativos o estresantes, la

presencia de recursos físicos, psico-

lógicos y sociales para afrontar expe-

riencias de adversidad y el desarrollo

de la capacidad de resiliencia (Brooks

y Goldstein, 2010). En otros términos,

los sujetos resilientes manejan y com-

prenden mejor sus emociones, lo que

podría vincularse también a mayores

niveles de inteligencia emocional. En

consecuencia, es posible postular, si

se concibe exclusivamente la resilien-

cia como la capacidad de fortalecerse

ante situaciones de crisis o traumáti-

cas, como una competencia funda-

mental para el desarrollo de la inteli-

gencia emocional.