Muestra de Temario de Preparación de Oposiciones de Maestros

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Pedagogía Terapéutica                                                                                          Tema 16  

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Para asegurar un auténtico desarrollo normal en el niño ciego, tanto los padres como 

los profesionales debemos modificar mucho de las antiguas actitudes utilizadas en su 

ayuda. El niño necesita esta ayuda esencialmente en los primeros años de su vida, 

período en el que se forma las bases de toda su futura experiencia y aprendizaje. 

Hay que comprender la necesidad de los alumnos y alumnas ciegos. Si el niño ciego 

vive más como ciego que como niño, se irá convenciendo cada vez más de la diferencia 

que lo separa de los demás y tendrá por inaccesible el mundo de los videntes y se 

encerrará en sí mismo esperando que los demás vayan a su encuentro el niño ciego 

debe hacer la mayoría de las cosas que hace cualquier niño, aunque deba conseguirlo 

a través del aprendizaje directo de cada acción o cosa, por muy sencilla que sea, 

aprendida por el vidente por imitación espontánea, lo cual exigirá más tiempo, más 

estímulo, más información directa, más esfuerzo, más ayuda en su realización, en el 

caso del niño ciego. 

Los problemas visuales tienen pues una gran importancia en el ámbito escolar, puesto 

que pueden dificultar los aprendizajes del niño. Por ello, se puede decir que no se 

pueden establecer unas características de la deficiencia válidas de modo absoluto para 

todos los sujetos, éstas van a depender de: 

El momento de aparición 

La existencia de dificultades asociadas 

La progresión o no de la alteración visual (pronóstico favorable o desfavorable). 

La presencia o no de restos visuales 

La actitud de los padres. 

Vemos por tanto, el carácter interactivo las necesidades educativas especiales de los 

niños con deficiencia visual, las dificultades que presentan en el aprendizaje no sólo 

van a depender del alumno sino también del entorno en el que se desenvuelve y de la 

respuesta educativa que se le ofrece. 

Podemos encontrar el caso en el que un déficit grave puede ser compensado con un 

buen contexto educativo y también lo opuesto, una necesidad educativa leve, puede 

intensificarse en un entorno deficitario. Por ésta razón la intervención educativa no 

debe estar solo centrada en el alumno, sino también en el contexto. 

3. Aspectos diferenciales en las distintas áreas del desarrollo.

El déficit visual no causa necesariamente problemas en el desarrollo psicológico. El 

niño tiene un conocimiento restringido del mundo que le rodea, la cantidad de 

información y de estímulos que percibe es menor que la de los videntes, pero en casos 

de déficits leves no implica un menor conocimiento del ambiente. En casos de déficits 

importantes o graves, el mismo organismo recurre a vías de conocimiento distintas, las 

cuales, debidamente desarrolladas, con orientación y apoyo, pueden suplir el órgano 

visual muy satisfactoriamente. 

Con respecto a las características psicológicas de los niños ciegos, no existen unas 

características especiales específicas de los invidentes (Rosel, 1979), o bien no existen 

características psicológicas que no tengan o puedan aparecer en niños "normales";