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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO III - Nº 12 - DICIEMBRE 2018

de sus hijos. Existe por otro lado,

un relajamiento de los métodos de

socialización más comunes de la

familia tradicional como lo son los

autoritarios y represivos. Las rela-

ciones familiares, por su parte, se

estrechan ensalzando la afectividad

y acortándose las distancias entre

padres e hijos.

En cuanto a las funciones de la

familia como pilares sobre los que

se sustenta la organización de la

misma, podemos apreciar que han

variado en la actualidad con res-

pecto a la familia del pasado, pu-

diéndose agrupar en las siguientes

categorías (Martín y Gairín, 2007):

• Función económica:

la familia

ha dejado de ser entendida como

unidad económica de producción

para ser entendida más bien

como unidad económica de

consumo.

• Función de protección:

en la

familia de antaño se buscaba la

seguridad mientras que en la

actual hay una búsqueda clara de

la felicidad.

• Función sexual y de

reproducción:

de vivir la

sexualidad como un tabú se ha

pasado en la actualidad a una

mayor naturalidad al respecto.

• Función afectiva:

la familia

debe ser fuente de satisfacción

personal para todos los

miembros que la configuran,

tanto a nivel emocional, como

de dependencia, pertenencia,

admiración, utilidad, deseo de

agradar y ser querido.

• Función educativa:

en esta

función ha existido una

delegación de la misma hacia la

escuela que en la actualidad se

está intentando recuperar. Lo

que es cierto es que los padres

se encuentran en numerosas

ocasiones sin las herramientas

necesarias para dar respuesta a

esta función, por lo que también

se hace necesario formar a los

padres en el arte de educar.

• Función socializadora:

entendiendo la socialización

como el proceso bidireccional

entre una persona y sus

semejantes con el objetivo de

introducirla en la aceptación de

las pautas de comportamiento

social y adaptarse a ellas.

• Función recreativa:

mientras

que en el pasado el ocio familiar

se vivía en casa y en grupo, en

la actualidad el ocio familiar

adquiere menor protagonismo

y es mucho más individual, en

parte, por el gran desarrollo de

las TIC.

• Función religiosa:

esta función

es de las más deterioradas con

respecto a épocas anteriores,

puesto que ya no es tan común

en las familias hechos como

rezar por las noches, bendecir la

mesa o asistir juntos a misa.

Todas estas funciones conllevan

la interiorización de unos u otros

valores que se impregnan como

creencias y configuran la persona-

lidad del que lo adopta orientando

su conducta en una dirección de-

terminada.

Influencia del estilo

educativo familiar

La educación familiar es de suma

importancia, y en consecuencia,

educar desde la familia es educar

en unos valores que acompañarán

a los hijos en sus diversas interac-

ciones con el mundo exterior.

En este sentido, Martín y Gairín

(2007) señalan que lo que se pre-

tende con la educación familiar es

recuperar la responsabilidad de los

padres en la transmisión de unos

determinados valores, de manera

que la incorporación de los hijos

sea a una sociedad lo más demo-

crática y justa posible. Ahora bien,

cabría preguntase cómo es la edu-

cación familiar.

A este respecto, Torralba (2004)

afirma que esa educación familiar

puede ser de tipo fundamental, in-

formal, global, inevitable, soberana,

permanente, profunda, realista y de

sentido común.

Por tanto, se puede decir abier-

tamente que los valores están pre-

sentes en cada uno de nosotros,

perduran en el tiempo y espacio en

cuanto a su significado, aunque va-

rían adaptándose a las nuevas cir-

cunstancias. Del mismo modo, se

adquieren transmitiéndose median-

te la experiencia, por lo que son

educables. Además, cada familia se

inclina hacia unos y otros valores

determinados, aquellos que con-

sidera más adecuados, y normal-

mente se hace de forma implícita,

incluso un mismo valor puede que