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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO IV - Nº 16 - DICIEMBRE 2019

clase, desarrollando cualquier tipo

de actividad. Por el contrario, pue-

de sentir aversión a alguna tarea de

manera más específica, típicamente

aquellas tareas que requieren el uso

oral de la lengua extranjera (Pihko,

2007).

El problema principal es que este

tipo de ansiedad no suele ser fácil-

mente detectable, aunque el docen-

te puede guiarse a través de cier-

tas manifestaciones relacionadas

con síntomas típicos de estados

de nerviosismo como: abandonos

pasivos del acto comunicativo; mo-

vimientos compulsivos con pelo,

pies o papeles; risas nerviosas;

comportamientos bromistas, etc.

Aunque se ha intentado estable-

cer una serie de conclusiones sobre

esta tendencia a evitar el uso oral

de la lengua extranjera que se está

aprendiendo, es extremadamente

difícil proveer una explicación cla-

ra. Posiblemente, la razón por la

cual los investigadores no pueden,

a día de hoy, establecer ciertas con-

clusiones es la compleja naturaleza

que caracteriza la DAC-LE de los

alumnos, puesto que integra una

serie de dimensiones del lengua-

je de tipo psicológico, lingüístico,

educativo y comunicativo que tra-

dicionalmente se han investigado

por separado (Pawlak y Mystkows-

ka-Wiertelak, 2015). Por tanto, con

el propósito de formular conclusio-

nes más precisas, sería necesario

prestar una mayor atención a todos

y cada uno de los factores que ejer-

cen algún tipo de influencia, tanto

en el interés por parte del alumno

el uso de una lengua extranjera de

manera oral como en el rechazo de

ésta.

No obstante, queda claro, pues,

que los términos

DAC-LE

,

ansiedad

y motivación

están intrínsecamen-

te interrelacionadas, puesto que,

tal y como las investigaciones re-

lativas al campo de la adquisición

de segundas lenguas subrayan, la

actuación oral haciendo uso de la

lengua extranjera del alumno mejo-

ra cuando la motivación aumenta y

la ansiedad desciende (MacIntyre,

2007) y como resultado obvio de

esta combinación, la DAC-LE del

alumno también se incrementa. Por

ello, es esencial que el docente cree

un ambiente en el que el alumno se

sienta relajado y así, se vea capaz

y seguro a la hora de participar en

conversaciones reales dentro del

propio aula (Kang, 2005). Es más,

una atmosfera como la que acaba

de ser descrita contribuirá con-

secuentemente a la adquisición

exitosa de la lengua extranjera por

parte del estudiante. En efecto, los

esfuerzos pedagógicos deben es-

tar enfocados a la tremendamente

laboriosa tarea de conseguir que

el papel del docente en el aula sea

más efectivo, ya que es la persona a

cargo de crear este entorno de cal-

ma y confianza, además de contri-

buir a la motivación del alumnado.

Aplicación docente

Con vistas a la aplicación de to-

das estas ideas a la práctica do-

cente, cabe destacar la importancia

de los programas basados en el

Aprendizaje Integrado de Conteni-

dos y Lenguas Extranjeras

(AICLE;

en inglés

Content and Language

Integrated Learning,

CLIL). A pesar

del hecho de que en la actualidad

AICLE goza de una enorme popula-

ridad en toda Europa, Norteamérica

y Australia, sus origines deben ser

situados en Canadá, a través de una

serie de programas de inmersión

en lengua francesa implementados

en la década de los años sesenta.

Sin embargo, el acrónimo CLIL fue

acuñado por primera vez en Europa

en 1994, momento en el cual fue

definido como cualquier contexto

educativo en el que una lengua adi-

cional es usada como medio tanto

de enseñanza como de aprendiza-

je. Cabe destacar que dicha lengua

adicional no suele tratarse de la

primera lengua de los alumnos par-

ticipantes. Por otra parte, para que

un contexto pueda ser considerado

AICLE, este entorno debe presentar

un doble foco de atención, es de-

cir, debe centrarse en la adquisición

tanto de contenidos lingüísticos

como no lingüísticos. No obstan-

te, uno de los dos siempre es más

predominante que el otro (Marsh,

2002).

En este ámbito, los estudios lleva-

dos a cabo por Menezes y Juan-Ga-

rau (2015) con alumnos participan-

tes en programas AICLE deben ser

señalados. Dichos estudios indica-

ron que

el dominio de la lengua

extranjera de estos alumnos esta-

ba tan estrechamente unido a su

DAC-LE que los estudiantes que

presentaban los niveles más ele-

vados de la DAC-LE demostraron

un mayor dominio de la lengua

extranjera, tanto en la asignatura

de inglés fuera del programa de

AICLE, como en las asignaturas

impartidas a través de la lengua

extranjera dependientes de dicho

programa.

Por ende, esta última

investigación, entre otros estudios