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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO V - Nº 20 - DICIEMBRE 2020

de incertidumbre, pero también

de grandes posibilidades y desa-

fíos. Resulta imposible concebir un

centro educativo de calidad, si los

miembros que la componen se re-

sisten al cambio, todo cambia, todo

se transforma (Antúnez, 2006).

La siguiente definición recoge de

forma sintética y operativa los as-

pectos básicos de la innovación

educativa: “Modificación conscien-

te, intencionada y sistemática que

produce cambio en uno o más ele-

mentos del proceso educativo o de

la organización escolar, con el ob-

jetivo de su mejora” (Sancho et al.,

1992, p. 70).

Por ello, lo primero es determinar las

carencias de nuestro centro educati-

vo para tratar de mejorar sus puntos

débiles a través de propuestas de

mejora y de innovación, tanto desde

el profesorado como desde las fami-

lias, contribuyendo a su vez a que la

comunidad educativa tenga unmayor

grado de implicación en él. Todo pro-

ceso de innovación, en cuanto que es

un proceso de definición, construc-

ción y participación social, de capa-

citación y potenciación de institucio-

nes educativas y sujetos (Escudero,

1988, 1989), no puede entenderse

al margen de su contexto específico.

Por tanto, la escuela se convierte en

la unidad básica de cambio (Escude-

ro, 1990). En palabras de Pratzner

(1983) “a no ser que la escuela como

sistema social se convierta en foco

del cambio social, la adopción de

programas y reformas difícilmente

ocurrirán” (p. 22)

En cuanto a la introducción de las

TIC y las TAC, el reto en la escuela

es lograr que todos se beneficien

y las utilicen, con el mejor sentido

de la equidad, la eficiencia y la efi-

cacia. Jonassen, Howland, Moore y

Marra (2003), plantean cinco princi-

pios que debe tener en cuenta una

innovación con tecnologías: que el

aprendiz es un sujeto activo, que el

aprendizaje sea constructivo, coo-

perativo y que las tareas sean autén-

ticas, cercanas a la realidad de los

alumnos. Si no, se limitará a repro-

ducir los viejos usos metodológicos

y didácticos (Montero, 2007).

Estrategias de

planificación

A la hora de introducir innovacio-

nes en el centro escolar, es nece-

sario adoptar distintas estrategias

de planificación. Tal como señala

Martín (1996), podemos hablar de

planificación técnica de centros en

la medida en que se haga de for-

ma fundamentada y reflexiva, con

un soporte teórico firme y unas

propuestas de realización técnica,

sin olvidar la necesaria incorpora-

ción de los preceptos legales que,

en cada caso, sean de aplicación”

(p. 128). Por todo ello, cada centro

escolar debe elaborar y utilizar una

serie de instrumentos de planifica-

ción, es decir, unos documentos

institucionales –permanentes y con-

tingentes-, con el objeto de facilitar

su tarea organizativa, así como de

dar coherencia y favorecer la activi-

dad educativa. La vigencia de dichos

documentos tiene una periodicidad

variable, dependiendo de la finalidad

de los mismos, pero en cualquier

caso deben ser funcionales.

Modelos pedagógicos

Forest (2006) considera: “que las

familias necesitan un marco de refe-

rencia para orientar, guiar y educar a

sus hijos, porque este mundo cam-

biante de incertidumbre e inestabi-

lidad potencia miedo, inseguridad y

confusión en los padres y madres,

ya que las viejas creencias, la edu-

cación recibida y los valores vividos

parecen no servir para educar la ge-

neración actual” (p. 40).

La enseñanza del siglo XXI está fun-

damentada en competencias, en la

que no solo el docente debe mani-

festar que conoce, sino que también

sus alumnos demuestren que han

conseguido potenciar sus destre-

zas y se puedan aplicar de manera

eficaz en su entorno. Para ello, es

muy importante la introducción de

la innovación pedagógica que posi-

bilite al alumno convertir su práctica

formativa con el fin de solventar los

problemas de su clase.

Diversos autores y corrientes educa-

tivas y psicológicas (Fröebel, Mon-

tessori, Comenio, Piaget, Skinner,

Ausubel, Vigotsky, etc.) se hallan en

la base de la educación y, como pro-

fesores, es fundamental conocer-

los ya que desde la transformación

educativa se siembra que el docente

no sea el protagonista del proceso

educativo del alumnado y que, por

lo consiguiente, tendrían que desa-

rrollar su propia hipótesis. Eso sí,

recopilando aquellas aportaciones

que más nos ayuden a realizar bien

nuestro trabajo; pero desde un es-

cenario abierto, siempre y cuando

favorezcan a la mejora de la calidad

y eficacia del sistema.

Modelo educativo

El modelo educativo no se va a

asemejar con ninguna corriente pe-

dagógica ni psicológica específica,