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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO IV - Nº 13 - MARZO 2019

forma complementaria, como jue-

gos de torneo por equipos, puzles,

grupos de investigación y equi-

pos de rendimiento por divisiones.

El docente tendrá que promover

que los elementos de carácter psi-

cosocial estén siempre presentes en

el trabajo cooperativo, reflejando el

buen funcionamiento interpersonal

del grupo, la interacción cara a cara

de los miembros, la responsabili-

dad individual, la interdependencia

positiva y la asignación de roles.

Técnicas de

intervención en el aula

Puesto que el aprendizaje coo-

perativo se basa en la interacción

entre alumnos es imprescindible

que éstos se agrupen entre ellos,

formando equipos de entre cuatro

a seis discentes, ya que un núme-

ro inferior o superior dificultará el

trabajo de cooperación. Por otro

lado, deben contar en todo mo-

mento con la ayuda del profesor,

que tendrá un rol de apoyo, sien-

do el guía del aprendizaje de los

alumnos y supervisando las tareas

a partir de la observación directa.

Lo importante ya no es que los

alumnos aprendan a “trabajar en

equipo”, como así pueden ellos

argumentar, sino que se genere

en ellos la necesidad de trabajar

conjuntamente con los demás,

de ayudarse y colaborar en cual-

quier tarea o situación. Por ello,

como objetivo primordial destaca

la participación igualitaria de todos.

Estructuras

de aprendizaje

cooperativo

Podemos tener en cuenta dos ti-

pos de estructuras para trabajar la

cooperación en el aula, que si se apli-

can correctamente, pueden poner en

juego habilidades que se encuentran

relacionadas directamente con el

desarrollo de las competencias cla-

ve para el aprendizaje permanente.

Dichas estructuras se corresponden

a algunas de las destacadas en la ta-

bla anterior (Fig. 2), por lo que las

completaremos con las propuestas

de Pujolàs (2008), De la Herrán y

Paredes (2013) y Escamilla (2014):

• Estructuras cooperativas sim-

ples:

son técnicas fáciles de

aprender y aplicar, y se pueden

llevar a cabo a lo largo de la cla-

se, trabajando varias actividades

“tipo” en el desarrollo de las uni-

dades didácticas. Algunos de los

ejemplos más sencillos para po-

ner en práctica en el aula son:

1. Lectura compartida

Un alumno de cualquier equipo

lee el primer párrafo de un texto.

El siguiente ha de explicar qué ha

leído su compañero y hacer un re-

sumen, y el próximo ha de decir si

el resumen es correcto o si se ne-

cesita ampliar/mejorar. El segundo

alumno lee el segundo párrafo, y

así sucesivamente hasta terminar

el texto.

2. Parada de tres minutos

Cuando se produce una explica-

ción en clase, se realiza una parada

de tres minutos. En este tiempo,

cada equipo ha de reflexionar y

pensar sobre la explicación, pre-

parando preguntas o dudas sobre

dicho tema. Una vez transcurridos

los tres minutos, cada portavoz

planteará una pregunta de las que

se hayan pensado para solucionarla

entre todos.

3. Cadena de preguntas

Todos los equipos elaboran una

pregunta sobre la unidad trabajada,

y el portavoz le plantea la cuestión

al grupo que tenga a su lado, el cual

debe tratar de responderla, y así

sucesivamente. Se irá cambiando

el orden de la ronda.

4. Folio giratorio

El docente propone una tarea a

los equipos. En esta, un miembro

empieza a escribir su parte en un

folio, y lo va pasando a los compa-

ñeros que tiene a su lado, siguiendo

el sentido de las agujas del reloj, de

manera que cada alumno escriba

su parte de la tarea en dicho folio, y

así sucesivamente hasta que todos

la hayan completado. No obstante,

mientras que cada miembro del

grupo está desarrollando su parte,

el resto ha de estar atento para co-

rregirle en caso necesario, ya que

todos son responsables de la buena

producción del equipo.

• Estructuras cooperativas com-

plejas:

se aplican en el aula para

generar la necesidad de cooperar,

Fig.1. Técnicas de aprendizaje cooperativo (Pujolàs (2008); De la Herrán y

Paredes (2013); Escamilla (2014)