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ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016

AÑO III - Nº 9 - ABRIL 2018

le enseñó una imagen, esperando

que ella misma realizara el signo

correspondiente a la imagen.

Una vez realizada la intervención,

los resultados finales obtenidos

mostraron que la participante re-

producía 5 signos icónicos y 4 sig-

nos arbitrarios, por lo que no repro-

ducía 5 signos icónicos y 6 signos

arbitrarios. Además, reconocía 8

signos icónicos y 2 signos arbitra-

rios, y no reconocía 1 signo icónico

y 9 arbitrarios.

Como se puede observar, en lo

referente a la reproducción de sig-

nos no hubo apenas variabilidad

entre los signos icónicos y no icó-

nicos. Además, es importante te-

ner en cuenta que la reproducción

de dichos signos se dio con cierta

ayuda. Por otro lado, en lo que al

reconocimiento se refiere, se puede

observar una ventaja de los signos

icónicos. La participante reconocía

con más facilidad y rapidez los sig-

nos icónicos que los arbitrarios.

Como se esperaba, estos resul-

tados concuerdan con los estudios

previos, como es el de Thompson

(2011), que afirma que los signos

icónicos se aprenden con más faci-

lidad que los arbitrarios. De hecho,

el estudio de Thompson mostró

que existe una ventaja de la iconici-

dad en el procesamiento del léxico

cuando una propiedad específica de

un objeto se dejaba entrever a tra-

vés del signo.

A su vez, cabe destacar que gra-

cias a este estudio se suma un

nuevo elemento al paradigma, y es

la diferencia entre la reproducción

y la comprensión de signos, ya

que los resultados dejan entrever

que la iconicidad tiene un efecto

más notable en el reconocimiento

que en la reproducción de signos.

Mientras que a la hora de aprender

a reproducir los signos icónicos y

arbitrarios la superioridad numéri-

ca de signos icónicos aprendidos

resultó insignificante; la diferencia

entre la cantidad de signos icónicos

frente a la cantidad de signos arbi-

trarios que comprendía fue notable.

La comprensión de signos se daba

más fácilmente ante signos icóni-

cos que ante signos arbitrarios.

Clarck y Hecht (1983) afirman que

niños que empiezan a reproducir

sus primeras palabras reconocibles

parecen responder apropiadamente

a muchas más palabras que se pro-

ducen a su alrededor. Aunque, los

mismos autores comentan que la

cuestión de si la comprensión o la

expresión se adquiere de forma más

avanzada que el otro es complicado

de resolver debido a los problemas

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

Reproduce

Reconoce

Signo icónico

Signo arbitrario

Fig. 1.

Gráfico de barras de los signos icónicos y arbitrarios que recono-

ce y reproduce el sujeto estudiado tras la intervención

que surgirían porque las medidas de

evaluación serían sobre-estimadas.

Por ejemplo, respecto a la compren-

sión, resultaría difícil determinar si

el niño responde de manera correc-

ta porque comprende lo que se le

está pidiendo o por una mera inter-

pretación de nuestro lenguaje cor-

poral. Al mismo tiempo, referente a

la producción, a veces los niños re-

producen frases por imitación y no

por ello comprenden las palabras de

forma individual.

Por todo eso, este estudio corro-

bora estudios realizados con ante-

rioridad y confirma la teoría de que

los signos icónicos se aprenden con

más facilidad que los arbitrarios. A

la hora de llevarlo a la práctica, hay

que tener en cuenta que cuando se

trata de comunicarse con niños que

están aprendiendo lengua de sig-

nos, es importante partir de los sig-

nos icónicos, ya que los asimilarán

con más rapidez.