Los beneficios de la Música en la Educación Especial

Aplicaciones y aportaciones

19749
Los Beneficios de la música en Educación Especial

Resumen: En este artículo se pretende destacar la importancia y las ventajas del uso de la música con niños que tengan necesidades específicas de apoyo educativo, desde una perspectiva inclusiva, según la cual es importante garantizar condiciones idóneas para que estos niños desarrollen sus capacidades cognitivas sin menoscabo de sus particularidades y en atención a sus necesidades puntuales, procurando ofrecerles ambientes de aprendizajes adecuados y estimulantes. Para tal fin, se desarrolla una serie de consideraciones derivadas de una investigación documental, bajo la intencionalidad de promover y destacar el uso de la música como medio y como fin en la Educación Especial.

Palabras clave: Música; Musicoterapia; Educación Especial; Necesidades Educativas Especiales.

Abstract: This article aims to highlight the importance and advantages of using music with children with special needs from an inclusive perspective, according to which, it is important to ensure suitable conditions for these children to develop their cognitive abilities without detriment to their particularities and in response to their specific needs, trying to offer them suitable and stimulating learning environments. To this end, we develop a series of considerations derived from a documentary research, under the intention of promoting and highlighting the use of music as both a mean and an end in Special Education.

Keywords: Music; Music therapy; Special education; Especially Education Necesitties.

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LOS BENEFICIOS DE LA MÚSICA EN EDUCACIÓN ESPECIAL

La música como lenguaje universal no es sólo un arte o una manifestación estética; tampoco es mero entretenimiento y deleite.  Muchas investigaciones (Casas, 2001) han demostrado que también puede usarse la música con fines sanitarios, mejorando la salud tanto física como mental, hasta tal punto que se considera como un área más para la mejora de la salud y cada día hay mayor profesionalización en su estudio y su práctica.

Uso de la música en el terreno educativo

Una expresión de los estudios en esta materia es la musicoterapia aplicada al tratamiento de diversas condiciones psicológicas o psicopedagógicas, generando un área de profesionalización que ha ofrecido valiosos aportes a la educación.

El musicoterapeuta es un profesional con unos conocimientos y una identidad tanto en el ámbito musical como en el terapéutico, y que integra todas sus competencias desde la disciplina de la Musicoterapia, para establecer una relación de ayuda socio-afectiva mediante actividades musicales en un encuadre adecuado, con el fin de promover o restablecer la salud de las personas con las que trabaja, satisfaciendo sus necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas y promoviendo cambios significativos en ellos (Bruscia, 1997).

Con una clara distinción entre lo que es la Educación Musical y la musicoterapia, ésta última se ha convertido en una valiosa herramienta de trabajo para multiplicidad de casos y escenarios, requiriendo una preparación especial por parte de los profesionales de áreas como la Psicología, la Psicopedagogía y la Educación Especial. En tal sentido, muchos estudios (Hill, 1999) señalan que se puede emplear la música en el ámbito educativo gracias a los efectos que ésta tiene en los procesos de aprendizaje y en las funciones cognitivas de los estudiantes, y gracias a su manera de convertirse en una forma de comunicación que estimula la sensibilidad, la creación y la imaginación.

Es por ello que la enseñanza de la música ha sido incorporada al ámbito educativo español integrándola en el currículo, en vista de su contribución a los procesos generales del aprendizaje (Guillén, 1992; Frega, 1996; Pascual, 2010). Sin embargo, no es lo mismo enseñar música que valerse de ella como medio, como recurso, como herramienta para favorecer el desarrollo psicológico y cognitivo de los niños en sus diversas edades, etapas y/o condiciones.

A este respecto, tratremos de destacar la importancia y las ventajas del uso de la música con niños con necesidades educativas específicas, desde una perspectiva inclusiva, según la cual es importante garantizar condiciones idóneas para que desarrollen sus capacidades cognitivas sin menoscabo de sus particularidades, y en atención a sus necesidades puntuales, procurando ofrecerles ambientes de aprendizajes adecuados y estimulantes.

Se parte, entonces, de la experiencia docente y de las diversas indagaciones que se han realizado en este sentido, ofreciendo una serie de consideraciones en torno a esta temática, con la finalidad de insistir en el uso de la música como recurso en la educación especial, tomando como punto de inicio lo planteado por Díaz (2005), al afirmar que la música es un importante elemento educacional durante los primeros años de vida del niño.

Beneficios de la música

Otro aspecto que se ha estudiado en cuanto al uso de la música en ámbitos educativos ha sido el modo en que ciertos tipos de música favorecen la concentración y predisponen hacia la alegría y la tolerancia, el trabajo cooperativo y la organización. Así mismo, se ha podido demostrar que ciertos patrones rítmicos estimulan el desarrollo de algunas funciones cerebrales y cognitivas requeridas en ciertas etapas, así como las operaciones lógico-matemáticas y el desarrollo del lenguaje y la interacción (Casas, 2001).

Un aspecto importante al momento de considerar el uso de la música en estudiantes con necesidades especiales es el relativo a la comunicación, ya que al incorporar música, con melodías o ritmos determinados, se crea un ambiente que puede invitar al niño a interactuar con su entorno y con los demás, con más apertura y menos dificultad.  Esto incluye la habilidad de reconocer y asociar señales y códigos propios de la socialización que inciden directamente en la capacidad para comunicarse adecuadamente según su contexto (Martí, 2014).

Hay que resaltar, de igual modo, el efecto que tiene el uso de la música en lo relativo al aprendizaje matemático (Pascual, 2002): aprender los números, el funcionamiento del reloj, las operaciones básicas, figuras geométricas, etc.  Por otro lado, la incorporación de la música estimula considerablemente las funciones vinculadas con la creatividad, desde el sencillo reconocimiento de los colores, hasta la posibilidad de expresarse mediante dibujos, escritos, expresiones corporales, entre otros. Esto puede aportar mejores resultados si se combina con movimientos, gestos y expresiones. Esto también implica una incidencia del uso de la música directamente sobre la expresión corporal y la motricidad, al ayudar a desarrollar movimientos coordinados y articulados, seguir modelos y fijar la atención (Stern, Budson, & Ally, 2010).

Valerse de la música como recurso educativo no consiste en “colocar música de fondo”,; más bien se refiere a la incorporación de juegos que utilicen música y movimientos rítmicos, al aprendizaje de canciones con contenidos que promuevan la socialización y la cooperación, así como letras que contengan aprendizaje de números, figuras, partes del cuerpo u otros contenidos de interés según las características del niño (Casas, 2001).

A este respecto, podemos señalar los planteamientos de Del Barrio (2011) al proponer el trabajo con la música desde una doble perspectiva:

  1. La música como terapia se centrará en el acto de escuchar y en las sensaciones y sentimientos que proporcionan al niño las características musicales de la obra escuchada. La audición podrá ser una obra musical grabada, una canción o una melodía interpretada por el terapeuta durante la sesión, construida de acuerdo con los propósitos de trabajo.
  2. La música en la terapia se refiere a la experimentación y la improvisación musical entendidas como técnicas fundamentales compartidas por el maestro y el niño (terapeuta y paciente) en el proceso terapéutico.

Alumnado con Necesidades Educativas Especiales

Conviene recordar que existe una Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud, publicada por la Organización Mundial de la Salud (2001), basada en un enfoque biopsicosocial orientado a la búsqueda de opciones que mejoren sustantivamente la calidad de vida de las personas que cuenten con algún tipo de diversidad, en el marco del respeto a sus derechos humanos y la inclusión.

Esta clasificación contempla dos grandes partes: por un lado, el funcionamiento y la discapacidad; y, por el otro, los factores contextuales. En cuanto al primer aspecto, se consideran las funciones y estructuras corporales (se refieren al estado biomédico del cuerpo y sus funciones), las actividades (referidas a las áreas vitales en las que se desempeña todo individuo), y la participación (que indica el grado de vinculación del individuo con su entorno social). Por su parte, lo contextual remite a los factores ambientales(externos) y los factores personales (internos) con los que interactúa el individuo.

Bajo estos planteamientos se han venido incorporando nuevos códigos, lenguajes y significaciones en esta materia, por lo que hoy día se habla de personas con diversidad funcional y de capacidades diferentes, para superar la antigua concepción según la cual se hablaba de deficiencia, minusvalías y discapacidades. Por eso hablamos de estudiantes con necesidades educativas especiales y de diferentes capacidades y condiciones. Es importante destacar que, en nuestro país,

La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE), modificada por la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa (LOMCE), recoge en el Título Preliminar los principios y los fines de la educación, entre los que se destaca la calidad de la educación para todo el alumnado, independientemente de sus condiciones y circunstancias; así como la equidad, que garantice la igualdad de oportunidades, la inclusión educativa, la igualdad de derechos y oportunidades que ayuden a superar cualquier discriminación, la accesibilidad universal a la educación y la flexibilidad para adecuar la intervención educativa a la diversidad de aptitudes, intereses, expectativas y necesidades del alumnado (Gobierno de Canarias, 2018).

Adicionalmente, y como ejemplo autonómico, las acciones para atender las necesidades educativas especiales están orientadas a través de la Orden del 13 diciembre 2010, en la cual se desarrolla el Decreto 104/2010, de 29 de julio, por el que se regula la atención a la diversidad del alumnado en el ámbito de la enseñanza no universitaria de Canarias. De igual modo, la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes ya ha ido perfilando el marco jurídico de desarrollo de la LOE, con la promulgación en los últimos años de una serie de disposiciones generales que inciden colateralmente en este tipo de alumnado, como la Orden de 7 de junio de 2007, por la que se regulan las medidas de atención a la diversidad en la enseñanza básica en la Comunidad Autónoma de Canarias

Allí se plantea que la educación especial tiene como propósito que todos los alumnos que requieren atención especial en el ámbito educativo puedan alcanzar un grado de desarrollo óptimo para garantizar su calidad de vida social, familiar, laboral y personal; y esto debe garantizarlo el mismo sistema educativo. Del mismo modo, el Decreto 25/2018 del Gobierno de Canarias, regula la atención a la diversidad en el ámbito de las enseñanzas no universitarias de la Comunidad Autónoma, y establece una serie de medidas contempladas para

favorecer el desarrollo de una atención a la diversidad, desde un enfoque inclusivo, que dé respuesta a las características y necesidades de todo el alumnado y, en especial, a aquel que pueda encontrarse en situación de riesgo de abandono escolar temprano y, por ende, de exclusión social (Gobierno de Canarias, 2018).

En este marco normativo, se establece en Canarias las Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE), cuyo alumnado presenta necesidades especiales por presentar Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA), por Trastornos por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH), por Especiales Condiciones Personales o de Historia Escolar (ECOPHE), por Incorporación Tardía al Sistema Educativo (INTARSE) o por Altas Capacidades Intelectuales (ALCAIN), y que puedan requerir determinados apoyos en parte o a lo largo de su escolarización. Con estas consideraciones, se establecen unas concreciones curriculares en la Orden de 10 de febrero de 2016, adaptadas para el alumnado con necesidades especiales de las aulas enclave y los centros de educación especial de la Comunidad Autónoma de Canarias.

Formación docente

Lo planteado en estos marcos legales sugiere que debe hacerse especial énfasis en la búsqueda de estrategias, herramientas y recursos que atiendan las necesidades particulares de cada caso, que pueden ser temporales o permanentes, y que deben ser atendidas por el sistema educativo con profesionalismo y dedicación, creatividad y esmero. En este sentido, es un reto para el docente en tanto implica un alto compromiso en la búsqueda permanente de nuevas herramientas y nuevos medios para adaptarse a las demandas de sus estudiantes, en función de la diversidad de condiciones que estos presenten.

Ello supone una disposición y un esfuerzo constantes por mantenerse actualizado, formarse continuamente, investigar e indagar en función de adquirir siempre nuevos conocimientos y buscar mecanismos que le ayuden a dar las respuestas que se le requieren en el nuevo contexto educativo, inclusivo y diverso.

Ante esta realidad, planteamos el valiosísimo aporte que representa el uso de la música en estudiantes con necesidades educativas especiales, lo cual representa también una formación en el docente, quien debe estudiar el modo más adecuado de utilizar dicho recurso de acuerdo a las características de sus estudiantes, así como nutrirse con un repertorio variado para atender diversas situaciones de aprendizaje.

Uso de la música

Vale la pena insistir en la necesidad de diferenciar dos aspectos: por un lado, tenemos el uso de la música como recurso, mediante el cual se promueven otros aprendizajes y el desarrollo de habilidades diversas contempladas en el currículo; por otra parte, tenemos la enseñanza de la música o la educación musical, como parte de dicho currículo, y cuya enseñanza conlleva al uso de unos métodos propios y unos contenidos y habilidades particulares.

Musicoterapia

Del mismo modo, es oportuno distinguir entre una musicoterapia pasiva, basada en la escucha y en la cual el paciente o alumno se involucra poco con la música; y una musicoterapia activa, donde el protagonista se involucra con la música y su ejecución (canto, ejecución instrumental, movimiento a partir de patrones rítmicos, juegos, entre otras). Esta distinción es útil toda vez que permite visualizar qué grado de implicación se pretende desarrollar con los alumnos según sus necesidades particulares y el contexto en el cual se desarrolla la actividad, en este caso pedagógica.

También es útil destacar los objetivos de la musicoterapia para trabajar con personas con necesidades educativas especiales, expuestos por Lacarcel (1995)en los siguientes términos: “Mejorar la afectividad, la conducta, la perceptivo-motricidad, la personalidad y la comunicación; y mejorar las funciones psicofisiológicas, tales como el ritmo respiratorio y cardíaco, y el restablecimiento de los ritmos biológicos a través de la música”.

Este mismo autor menciona una serie de mejoras observadas en estudiantes con necesidades especiales, que vale la pena considerar:

  • Desarrollo de las facultades perceptivo-motrices que permitan un conocimiento de las organizaciones espaciales, temporales y corporales.
  • Favorecimiento del desarrollo psicomotor: coordinación motriz y óculo motriz, regulación motora, equilibrio, marcha, lateralidad, tonicidad
  • Integración y desarrollo del esquema corporal.
  • Desarrollo sensorial y perceptivo.
  • Desarrollo de la discriminación auditiva.
  • Adquisición de destrezas y medios de expresión: corporales, instrumentales, gráficos, espaciales, melódicos, de color, temporales.
  • Desarrollo de la locución y de la expresión oral mediante la articulación, vocalización, acentuación, control de la voz y expresión.
  • Sensibilización afectiva y emocional.
  • Reforzamiento de la autoestima y personalidad mediante la autorrealización.
  • Elaboración de pautas de conducta correctas.
  • Desarrollo de la atención y observación de la realidad.
  • Aumento de la confianza en sí mismo y la autoestima.
  • Establecer o restablecer relaciones interpersonales.
  • Integrar socialmente a la persona.

Todos estos aspectos son altamente valiosos en el caso de la educación especial, ya que se ofrecen como vehículos, objetivos y contenidos que favorecen el desarrollo de las diversas capacidades y habilidades en todo niño. En el caso particular de los niños con necesidades educativas especiales, tal como señalamos antes, se convierten en una oportunidad de avanzar prontamente en la madurez de cada particularidad.

Así pues, entre los beneficios del uso de la música en la Educación especial, se pueden contar los mencionados por Vaillancourt (2009):

  • Aumento de la comunicación y expresión, favoreciendo el desarrollo emocional.
  • Mejora de la percepción y la motricidad.
  • Favorecimiento de la expresión de problemas, inquietudes, miedos, bloqueos, actuando como alivio y disminuyendo la ansiedad.
  • Equilibrio psicofísico y emocional.
  • Mejora de las respuestas psicofisiológicas registradas en diferentes parámetros: encefalograma, ritmo cardíaco, amplitud respiratoria.
  • Mejora del rendimiento corporal. Aumento también del riego sanguíneo cerebral.
  • Acercamiento a niños que, por su problemática, resulta más complejo: autismo, trastorno generalizado del desarrollo.

Nuevos aportes y orientaciones

En cualquier caso, fue el movimiento de la Escuela Nueva el que dio el gran impulso al uso pedagógico de la música, así como a su incorporación en la educación como contenido y estrategia, como objetivo y recurso (Bravo y De Moya, 2006).  Con ello se coloca la música al servicio de la educación, incorporando los métodos activos que priorizan el disfrute lúdico y el carácter creativo. Estos planteamientos pedagógicos fueron desarrollados fundamentalmente por Dalcroze, Kodaly, Orff y Willems, y fueron considerados en el II Congreso de la UNESCO sobre Pedagogía Musical, en 1958.

Sus propuestas incluyen una serie de métodos, muchos de los cuales están especialmente orientados al trabajo con niños con necesidades especiales, y cuyo estímulo a través de la música significó un cambio muy importante en su proceso de desarrollo, al servir para estimular en ellos sus sentidos, habilidades y capacidades, en función de sus condiciones particulares y con el propósito de ofrecerles nuevas alternativas para mejorar su calidad de vida.

Con sus aportes, hoy día los educadores contamos con orientaciones amplias y detalladas acerca de cómo trabajar con los niños que tienen necesidades especiales, utilizando la música como recurso o planteándola como objetivo.

Gran abanico de posibilidades

En definitiva, la incorporación de la música en la Educación Especial contempla varias alternativas y muchos beneficios. Se le puede manejar como objetivo o como recurso; se puede desarrollar para cumplir orientaciones curriculares o para interactuar cotidianamente con los alumnos; se puede trabajar en función de unos contenidos preestablecidos, o a partir de las necesidades que emerjan en el intercambio pedagógico; se pude desarrollar de acuerdo con objetivos generales o de acuerdo con necesidades individuales; se pude orientar a mejorar la ejecución musical al mismo tiempo que para aprovechar terapéuticamente a ejecución de un determinado instrumento.

En nuestro país, a pesar de que se han creado diversas asociaciones de profesionales de la musicoterapia, esta rama del saber requiere de mayor desarrollo y apoyo para profundizar en sus estudios y aportes tanto hacia la conducta como a los ámbitos educativos. Por lo que consideramos que esta área puede desarrollarse con mayor amplitud y así aprovechar sus beneficios en nuestro contexto, mediante las psicoterapias verbales (que generan asociaciones con la música que se escucha), el uso de patrones rítmicos para estimular la psicomotricidad, las terapias de relajación mediante sonidos, y otras tantas aplicaciones que favorecen el desarrollo de habilidades diversas, con especial atención a los alumnos con necesidades educativas especiales.

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El artículo Los beneficios de la Música y en la Educación Especial. Aplicaciones y aportaciones forma parte del número 12 de Campus Educación Revista Digital Docente un proyecto destinado a la divulgación de publicaciones de carácter educativo que permite la difusión del conocimiento y pretende el enriquecimiento de toda la comunidad educativa.

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Paula Carlota Medina Sánchez
Paula Carlota es Diplomada y Graduada en Educación Primaria , Licenciada en Psicopedagogía y Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria, por la especialidad Orientación Educativa, además de en Contextos de Educación Formal y No Formal. También posee el título Profesional de Piano y es Doctorada en Educación. En estos momentos es maestra en el CEIP Clorinda Salazar, de Santa Cruz de Tenerife.