Estrategias Didácticas en el aula de Educación Primaria

Aprendizaje Cooperativo como metodología alternativa

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estrategias didácticas

El aprendizaje cooperativo ha sido motivo de estudio dentro de las Ciencias de la Educación por todos los beneficios que ha demostrado tener en su aplicación en las aulas de Educación Primaria. Debido a que los procesos de enseñanza-aprendizaje son variables y cambian con el paso del tiempo, viéndose influenciados por distintas corrientes y metodologías, las estrategias que el trabajo cooperativo aportan son bastante enriquecedoras tanto para el profesorado como para el alumnado durante toda la enseñanza obligatoria.

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ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS Y APRENDIZAJE COOPERATIVO

Conceptualización del término

Para poder entender el concepto se tiene que partir de una premisa básica y contundente: aprender es algo que el alumnado hace y no algo que se les hace a ellos o a ellas (Johnson y Johnson y Holubec, 1999). Así pues, el alumnado no puede ser mero espectador; el aprendizaje requiere de su participación directa y activa.

De la misma forma que hacen los alpinistas, los alumnos y alumnas escalan más fácilmente las cimas del aprendizaje cuando lo hacen formando parte de un equipo cooperativo. Por tanto, el aprendizaje cooperativo se puede definir como aquella interacción entre discentes unidos en pequeños grupos heterogéneos que trabajan de manera conjunta para responder a las cuestiones sugeridas dentro del aula.

Lo ideal sería aplicar este aprendizaje cooperativo cuando el alumnado se encuentre en la zona de desarrollo próximo, término empleado por Vigotsky que se relaciona con aquello que un individuo puede llegar a conseguir con ayuda[1]. En este sentido, Fathman y Kessler (1993) lo describen como una labor grupal, estructurada con el fin de intercambiar información y valoraciones entre los diferentes miembros.

Pujolás (2009), en cambio, atiende al aprendizaje cooperativo como:

El uso didáctico de equipos reducidos de alumnos, generalmente de composición heterogénea en rendimiento y capacidad, aunque ocasionalmente pueden ser más homogéneos, utilizando una estructura de la actividad tal que asegure al máximo la participación equitativa […] y se potencie al máximo la interacción simultánea entre ellos, con la finalidad de que todos los miembros de un equipo aprendan los contenidos escolares, cada uno hasta el máximo de sus posibilidades y aprendan, además, a trabajar en equipo.

[1] La ZDP (Zona de Desarrollo Próximo) se encuentra entre el desarrollo efectivo del niño, es decir, sobre las actividades que realiza de forma autónoma y el desarrollo potencial del mismo, lo que podría hacer con apoyo de algún compañero o familiar.

Principios del Aprendizaje Cooperativo

Para que se pueda hablar de aprendizaje cooperativo como tal es preciso que éste cumpla una serie de requisitos o principios que, según Johnson y Johnson (1999) son los que siguen.

El primer principio fundamental en el aprendizaje cooperativo es la interdependencia positiva. Este es uno de los elementos más importantes, donde se determina si el grupo es cooperativo o no, si todos los integrantes aportan algo provechoso para la consecución del objetivo común.

El segundo principio es la responsabilidad individual y grupal. Este principio implica que todos los miembros del grupo deben compartir tanto los éxitos como los trabajos, y no depende el triunfo más de unos que de otros. Igualmente, el peso de las normas de obligado cumplimiento debe ser compartido. Y, por supuesto, nadie podrá incorporarse al grupo de manera tardía y beneficiarse del trabajo de otros miembros.

El tercer principio es la interacción estimuladora. La relación entre los miembros del grupo y el profesor que les asigna la tarea influirá en la actitud del alumnado frente a las actividades propuestas. Los alumnos deben realizar labores en las que se promueva el éxito de aprendizaje grupal, compartiendo los recursos existentes entre unos y otros y siendo apoyados para llegar al óptimo aprendizaje. Los grupos de aprendizaje actúan como sistema de apoyo y respaldo personal. Al promover personalmente el aprendizaje de los demás, los miembros del grupo adquieren un compromiso personal los unos con los otros.

El cuarto y último principio se centra en la enseñanza de los alumnos en prácticas interpersonales y grupales. El aprendizaje cooperativo es más complejo que el individualista o el competitivo, pues requiere que el alumnado aprenda tanto las prácticas interpersonales para funcionar como un integrante más del grupo.

Asimismo, estos autores mantienen que una vez claros los objetivos, los alumnos deberán ser capaces de evaluar el progreso realizado, la consecución de esos objetivos y los esfuerzos individuales de cada miembro. Esto vendrá condicionado por la responsabilidad individual que existe cuando se evalúa el trabajo y esfuerzo de cada niño. Posteriormente, los resultados de la evaluación se comunican al grupo para determinar quién necesita apoyo o ayuda, tanto para ejecutar la tarea en cuestión como para explicarla.

El Aprendizaje Cooperativo como estrategia metodológica

Contar con una buena estrategias metodológicas puede ser clave para lograr el éxito educativo. En este sentido, Rojas (2011) expone que para definir una buena estrategia metodológica se debe conceptualizar antes qué es una estrategia, afirmando que una estrategia metodológica es una experiencia o condición que el maestro crea para favorecer el aprendizaje en el estudiante.

Por otra parte, lo que conocemos como método se corresponde con el camino que utilizamos para alcanzar un fin educativo, mientras que la técnica es una sucesión ordenada de pasos para obtener un resultado específico.

Cuando hablamos de aprendizaje cooperativo como metodología y el uso de sus técnicas, podemos afirmar que éstas poseen un bagaje investigador empírico bastante amplio. Además, existe una trayectoria investigadora bastante amplia en lo que al aprendizaje cooperativo se refiere. En nuestro país encontramos los estudios como los de Díaz-Aguado (2003), Ovejero (1990) o Pujolás (2008), entre otros. Asimismo, a nivel internacional, autores de gran prestigio como son Johnson y Johnson (1999) y Kagan (1997) ahondan en este tema y en el uso de diversas técnicas para poder implementarlo exitosamente.

Seguidamente, vamos a analizar dos estrategias con las que poder desarrollar el aprendizaje cooperativo en Educación Primaria. Es relevante recordar que en este apartado son muchos los autores como Parrilla (1992), Johnson y Johnson (1999), Echeita y Martín (1990) o Pujolás (2012) entre otros, que consideran las técnicas que se nombrarán como estrategias clave para una adecuada implantación del aprendizaje cooperativo en el aula de Educación Primaria.

Grupo de Investigación

Es una forma de trabajo en grupo muy común en las escuelas y comúnmente es conocida como trabajo por proyectos, pues reúne muchas similitudes con esta forma de trabajo.

Esta técnica consta de tres fases: Una primera que consiste en la búsqueda de información sobre el tema que se esté trabajando; una segunda en la que se analiza y sintetiza la información recabada; y una tercera fase que consiste en presentar los hallazgos al resto de la clase.

Esta forma de trabajar será cooperativa y requerirá que cada miembro del grupo se encargue de un aspecto y una tarea, de tal forma que cada uno tiene que preservar aquella parte que le ha sido asignada para asegurarse el buen funcionamiento de todo el equipo.

TGT (Equipos, Juegos y Torneos – Teams, Games and Tournaments)

Esta técnica basada en equipos, juegos, torneos y/o competiciones la describen Johnson, Johnson y Holubec (1999) como una formación de equipos de base, heterogéneos, agrupados según el nivel de rendimiento de los miembros, y bajo las indicaciones que el profesor ofrece para asegurar la consecución del objetivo propuesto.

El equipo estudia el material y una vez aprendido el contenido se procede a realizar el torneo, estableciendo previamente unas reglas claras y concisas. El maestro previamente dispondrá de un juego de fichas o láminas con cuestiones y sus correspondientes respuestas. Cada equipo recibirá una lámina con cuestiones acerca del contenido que se ha trabajado de forma cooperativa y sus integrantes intentarán responder a las preguntas que les ha tocado. Si aciertan se les asignará una ficha, en cambio, si no es correcta deberá devolverla e introducir la pregunta otorgada en el montón.

Como se ha podido ver a lo largo de este trabajo, el aprendizaje cooperativo es una estrategia adecuada para trabajar en Educación Primaria porque permite al alumnado la adquisición de múltiples destrezas que solamente se adquieren gracias al trabajo con los demás. Es muy interesante llevar a la práctica las técnicas cooperativas en Educación Primaria no sólo como forma de trabajo conjunto sino como una dinámica de organización, para promover el orden y la estabilidad en el aula, así como el tratamiento de una serie de valores fundamentales y transversales que deben impregnar el currículo de cualquier etapa educativa.

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El artículo Estrategias Didácticas en el aula de Educación Primaria. Aprendizaje cooperativo como metodología alternativa forma parte del número 8 de Campus Educación Revista Digital Docente un proyecto destinado a la divulgación de publicaciones de carácter educativo que permite la difusión del conocimiento y pretende el enriquecimiento de toda la comunidad educativa.

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Francisco Alejandro Lázaro Santana
Francisco Alejandro es Graduado en Educación Primaria con un Máster en Formación del Profesorado en Educación Secundaria Obligatoria, Bachillertao y Enseñanza de Idiomas. En la actualidad es Maestro en Las Palmas de Gran Canaria.