Enseñanza de vocabulario en materias bilingües

Gamificación del proceso educativo para el aprendizaje de idiomas

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Enseñanza de vocabulario en materias bilingües

En centros bilingües que desarrollan la metodología AICLE (Aprendizaje de un Idioma en Currículo Integrado) se utiliza una segunda lengua como medio para desarrollar las clases y transmitir contenidos. Los profesores de materias bilingües tienen que asegurarse de que sus alumnos conocen el vocabulario necesario para comprender los conceptos y, a pesar de que los alumnos reciben muchas horas de clase en esa segunda lengua, es aconsejable realizar actividades específicas para la adquisición del vocabulario propio de la materia, que no ha sido estudiado en ninguna otra asignatura y sin el cual no es posible comprender los contenidos de la misma. Un enfoque tradicional ha sido estudiar listas de vocabulario, que parece ser poco efectivo. Un nuevo enfoque iría encaminado a la introducción de juegos cuyo propósito sea el aprendizaje del vocabulario específico.

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ENSEÑANZA DEL VOCABULARIO EN MATERIAS BILINGÜES

Falta de comprensión

Uno de los problemas más destacables en materias bilingües es que los alumnos no comprenden o no son capaces de explicar los contenidos de la materia porque no conocen o no comprenden el vocabulario propio de dicha materia. En muchas ocasiones introducen palabras en castellano para traducir esos términos que desconocen. En otras, directamente los traducen de forma errónea porque no comprenden su significado, lo que conlleva un error en la comprensión de los contenidos. Conocer y dominar el vocabulario en la segunda lengua utilizada es esencial tanto para comprender la materia como para poder expresar ideas con corrección. Por lo tanto, el aprendizaje del vocabulario específico tiene que ser una parte fundamental a desarrollar en las materias bilingües.

El vocabulario de las asignaturas bilingües

Los libros de texto bilingües suelen incorporar una lista de palabras clave para facilitar el estudio del vocabulario propio con el que los alumnos no están familiarizados. Sin embargo, el estudio de listas de vocabulario parece no ser el método más efectivo para que los alumnos integren y comprendan el significado de los términos, puesto que en la mayor parte de las veces no las estudian y, quienes lo hacen, lo hace de forma totalmente mecánica y memorística, de tal forma que no relacionan el significado del concepto que están estudiando con el significado del término dentro de los contenidos de la materia, estando su aprendizaje exento de significatividad.

Los profesores de materias bilingües, pese a no ser profesores de inglés propiamente dichos, necesitan desarrollar, para conseguir los objetivos de la materia, actividades que faciliten el aprendizaje del vocabulario en esa segunda lengua, pero estas actividades tienen que ser pensadas y estudiadas con detenimiento, siendo diseñadas de tal forma que motiven a los alumnos y les lleven a un aprendizaje real, con sentido y significativo del vocabulario.

A continuación veremos diferentes estudios relacionados con varias metodologías orientadas al aprendizaje dinámico de vocabulario en la enseñanza bilingüe, en concreto en lengua inglesa. El objetivo será interpretar cómo el uso de distintas estrategias metodológicas para la enseñanza del vocabulario puede afectar a la adquisición del mismo por parte de los alumnos.

Niveles de vocabulario

La importancia de conocer más de una lengua es de sobra reconocida en la actualidad. Muchas oportunidades de trabajo conllevan desplazarse al extranjero. El acceso a la información facilitado por Internet se incrementa si podemos entender y localizar información en otros idiomas. Dentro de las distintas posibilidades, en nuestro país el mayor número de centros bilingües lo son en lengua inglesa.

Aprender un segundo idioma es una tarea que conlleva un esfuerzo extra. Según Alemi (2010), una de las cuestiones de mayor dificultad durante el aprendizaje de una lengua extranjera es la retención del vocabulario.

Siguiendo la metodología AICLE[1], los alumnos aprenden el idioma al mismo tiempo que los contenidos de distintas asignaturas. De acuerdo a un estudio realizado por Kelly (2010) durante el desarrollo de las sesiones de la materia que se imparte en una segunda lengua, los alumnos van a necesitar tres niveles de vocabulario:

  • PRIMER NIVEL: Vocabulario específico de la materia: indispensable para el aprendizaje de la asignatura. (Ejemplo: “organismo procariota”)
  • SEGUNDO NIVEL: Vocabulario académico general: es inter-curricular, utilizado en más de una asignatura para el desarrollo de las clases en el contexto académico. (Ejemplo: “causa y efecto”).
  • TERCER NIVEL: Vocabulario periférico: el vocabulario utilizado durante las sesiones. (Ejemplo: “corregir”).

Los niveles segundo y tercero se trabajan de forma conjunta en todas las asignaturas, y los alumnos adquieren ese vocabulario debido a la alta exposición al mismo. El mayor problema es el primer nivel correspondiente al vocabulario específico de materia, puesto que los alumnos tienen una exposición menor y su complejidad es bastante mayor (términos más especializados, menos generales).

Respecto a la complejidad del vocabulario específico, algunos autores sugieren que relacionar los términos científicos con vocabulario conocido y cercano a los alumnos (relacionado con su vida diaria), ayuda a la comprensión y al aprendizaje del mismo (Colibaba et al. 2015).

[1] Este término, utilizado por vez primera por David Marsh en 1994 para describir una corriente de la lingüística aplicada, se utiliza a menudo como sinónimo de inmersión lingüística.

Trabajo práctico del vocabulario en el aula

Con referencia a cómo trabajar ese vocabulario, hay autores que defienden se ha de dar una adquisición casual por el hecho de estar expuestos al mismo durante el transcurso de las sesiones, que suelen ser abundantes. Otros autores defienden que, además de esa adquisición natural que se puede dar durante las clases, el hecho de realizar actividades específicas para trabajar el vocabulario ayuda al aprendizaje del mismo, sobre todo para estudiantes de nivel principiante o intermedio en la segunda lengua (Choudhury, 2010). Por su parte, Alemi (2010) constata que los juegos de palabras pueden ser buenas herramientas para mejorar las habilidades de recordar significados, inferir significados, comprender mejor y facilitar la comunicación.

Teniendo en cuenta que vivimos en una era dominada por la tecnología, muchos docentes basan sus clases en recursos digitales, que en principio resultan más atractivos para los alumnos.

A este respecto, Uzun, Cetinavci, Korkmaz, y Salihoglu (2013), quienes reivindican el poder del juego en la clase, reconocen las posibilidades de los recursos digitales, pero afirmando que las clases se pueden beneficiar todavía de los juegos tradicionales.

Así, los estudios constatan que el aprendizaje del vocabulario específico es esencial dentro de las materias bilingües, y que realizar actividades concretas para trabajarlo ayuda al aprendizaje del mismo. Dentro de las posibles actividades que se pueden realizar, distintos estudios parecen apoyar la idea sobre que introducir juegos en el aula puede resultar de mucha ayuda, además de motivar a los alumnos.

Gamificación de la enseñanza del vocabulario

Siguiendo el razonamiento apoyado por la literatura especializada, planteamos la realización de experiencias basadas en juegos conocidos por los alumnos para trabajar el vocabulario principal de la que sea nuestra asignatura. En concreto, desarrollaremos una propuesta con el motivo de intentar descubrir nuevas metodologías didácticas que ayuden a la adquisición del vocabulario específico de la materia en inglés.

Lejos de proporcionar a los alumnos las típicas listas de vocabulario específico de cada una de las unidades, con sus correspondientes definiciones en inglés, lo que proponemos es jugar al conocido “Tabú” para aprender nuevo vocabulario. En dicho juego, los alumnos tienen que dar una definición de una palabra sin poder incluir otras tantas, consideradas como prohibidas, y el resto de los alumnos han de averiguar de cuál se trata.

Este juego reúne una serie de características que lo hacen idóneo para la adquisición de vocabulario dentro una asignatura desarrollada bajo los principios de inmersión lingüística:

  • Es un juego conocido, cuyo procedimiento suele ser ya conocido de antemano por los alumnos
  • El juego invita a elaborar definiciones sin utilizar ciertas palabras, lo que “obliga” a los alumnos a buscar nuevas formas de expresar las ideas.
  • Ayuda mucho a aquellos alumnos que tienden a aprenderse de memoria las definiciones y se bloquean cuando se les ha olvidado una de las palabras de la definición.
  • Es atractivo y suele motivar bastante
  • No requiere necesaria preparación, simplemente elaborar fichas con cada palabra clave indicando las palabras prohibidas.

Beneficios de contar con actividades lúdicas

Si los docentes optan por llevar a cabo iniciativas de este tipo, podrán comprobar cómo el vocabulario adquirido por los alumnos incrementa y mejora notablemente. A este respecto, sería interesante considerar:

  • Comenzar la dinámica del juego desde principios de curso, para que los alumnos lo integren dentro de su rutina y consideren que es una actividad dentro de las que se realizan en clase.
  • Incluir a los alumnos dentro del diseño de la propia actividad del juego del vocabulario, pudiendo algunos de ellos diseñar las tarjetas para el resto de los compañeros de su clase o para los compañeros de otra clase del mismo curso, decidiendo qué palabras incluirían como “prohibidas”.
  • Dar la posibilidad de ir variando el juego con el que se trabaja el vocabulario siempre bajo la premisa de mantener el objetivo didáctico del mismo.
  • Trabajar el vocabulario al principio de cada unidad de trabajo y no como actividad final, para que el conocimiento del vocabulario pueda ayudar a entender los contenidos de la materia.
  • Evaluar el conocimiento de vocabulario de forma separada a los conocimientos de la materia, y previamente al examen de cada una de las unidades didácticas, temas o unidades de trabajo.

Un componente importante dentro de la profesión docente es el de la autoevaluación y el intento de mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje, adaptándolo a la realidad del alumnado de cada año.

Buscar nuevas alternativas en la metodología de enseñanza nos puede ayudar a facilitar el aprendizaje de los alumnos, aunque para buscar la actividad que más se adecúe al grupo es necesario ir probando distintas variantes hasta encontrar la que más funcione.

A pesar de encontrarnos en la era digital y valorando los interesantes recursos que nos proporciona, en ocasiones realizar actividades sencillas que no dependan de la tecnología también puede ser atractivo y motivador para los alumnos (quienes, por otra parte, ya ocupan suficiente tiempo de ocio con la tecnología).

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María de la Luz Sánchez Alonso
Licenciada en Ciencias Ambientales y Máster en Educación Bilingüe, María de la Luz ejerce de profesora de Educación Secundaria en IES Cortes de Cádiz de El Molar (Madrid).