Resumen: Los Colegios Rurales Agrupados han dado respuesta desde 1986 (año en el que fueron instaurados bajo ese nombre) a la necesidad educativa del alumnado de zonas rurales en las que el número de alumnos es escaso, creando aulas unitarias donde se establecen grupos de diferentes edades dentro de una misma clase. A lo largo de este artículo se proporcionará una visión general de su funcionamiento en la etapa concreta de la educación infantil.

 

Palabras clave: Colegio Rural Agrupado; Educación Infantil; Metodologías activas; Diversidad; Sistema educativo multinivel.

 

Abstract: The Joint Rural Schools (colegios rurales agrupados in spanish) have since 1986 catered to the educational needs of students in rural areas where they are scare in numbers, creating unit classrooms where groups of different ages are established within the same class. Throughout this paper, an overview of its operation in the specific stage of early childhood education will be provided.

 

Keywords: Grouped Rural Schools, Early childhood education, Active methodologies, Diversity, Multilevel educational system.

LA REALIDAD EDUCATIVA DE LOS COLEGIOS RURALES AGRUPADOS

En la década de los 50 se produjo una masiva emigración de la población joven a las ciudades que condujo a un éxodo rural estuvo causado, entre otros motivos, por la lejanía de lugares de ocio o falta de oportunidades laborales.

Puede decirse que esta situación se está revirtiendo en la actualidad, encontrándonos cada vez con más familias que vuelven a sus pueblos de origen, entre otras causas, por la situación sanitaria provocada por la covid19 y los cambios producidos en los modelos de educación parental. En este último año se ha aprendido a valorar la libertad que ofrecen los pueblos, así como se han incrementado las oportunidades de teletrabajar, lo que ayuda a este regreso hacia lo rural, registrándose en 2021 la menor cifra de éxodo rural desde 2011.

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En el ámbito educativo, estos cambios han ayudado a que numerosos colegios rurales no sean cerrados por la llegada de más alumnos, aunque aún son muchos los pueblos que, de no incrementar su número de habitantes en edad escolar, tendrán que prescindir de sus centros escolares.

Pasemos a profundizar más en el concepto de Colegio Rural Agrupado (CRA, en adelante).

Colegios Rurales Agrupados

Cada vez son más utilizadas las siglas CRA en el medio educativo, lo que ha originado un debate sobre la validez de la educación ofrecida en este tipo de centros, pues su forma de trabajar se aparta considerablemente de la implantada en colegios con un número de clases, alumnado y profesorado mucho mayor.

Los CRA están ubicados en localidades rurales en las que el número de alumnos es muy reducido, por lo que no se puede establecer un aula para cada curso escolar. De esta manera, se organizan centros escolares en los que se imparten las enseñanzas de educación infantil y educación primaria en aulas heterogéneas donde el alumnado de diferentes edades está mezclado, creando una gran diversidad de aprendizajes.

 

Estos centros, que se han constituido en diversos municipios cercanos con un reducido número de habitantes, se agrupan y forman un CRA. Cada uno de estos centros posee completa capacidad académica y de gestión, siendo uno de ellos, normalmente el ubicado en la localidad con más recursos sociales y económicos, el que asume la organización y gestión de todos los centros que forman dicho CRA.

En cuanto al profesorado, ha de tener una gran capacidad de adaptación, pues en su grupo de alumnos encontrará niños desde los 3 hasta los 12 años en la misma aula. Han de asumir una gran responsabilidad y es la de ofrecerles una educación de calidad que no les frene al reunirse con niños de su misma edad en un futuro educativo, sino todo lo contrario, aportarle aprendizajes individualizados que les aventajen.

Los CRA son centros en los que el docente crece, tanto personal como laboralmente, pues requieren de una continua adaptación a nuevas metodologías para favorecer la completa integración de los educandos de diferentes edades y el máximo de sus aprendizajes.

Organización y funcionamiento de los CRA

En el Real Decreto 2731/1986, de 24 de diciembre se le da libertad al CRA para establecer una organización acorde a las circunstancias del entorno, del alumnado y del profesorado, respetando siempre los principios básicos establecidos en las Leyes de Educación actuales vigentes. De esta manera, se autoriza al CRA a revestir las formas de organización más adecuadas a las características geográficas y socioculturales de cada ámbito rural mediante una distribución flexible de las instalaciones docentes y deportivas de los equipamientos y de la propia actividad docente.

Los docentes de un CRA

Un CRA, en comparación con un centro escolar en el que la cantidad de alumnos matriculados es más elevada, cuenta con un número de docentes mucho más reducido.

Existe mucha diversidad de Centros Rurales Agrupados, pues dependiendo del total de alumnos y sus edades se forman los diferentes grupos.

Así pues, a rasgos generales, un CRA cuenta con:

  • Un tutor por cada ciclo escolar: 2º ciclo de Infantil (3-6 años); 1er ciclo de Primaria (6-8 años); 2º ciclo de Primaria (8-10 años) y 3er ciclo de Primaria (10-12 años) que permanece en el centro sin itinerar con otros pertenecientes al resto de Colegios Rurales Agrupados.
  • Maestros especialistas: los profesores de Educación Física, Música, Lengua Extranjera y Religión itineran con el resto de Colegios Rurales Agrupados, excepto en casos en los que a la vez que especialistas son tutores y permanecen en el mismo centro.
  • Especialistas de Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje y Fisioterapia: se desplazan por todos los Centros buscando dar respuesta a los alumnos con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo.

Distribución del alumnado

A la hora de distribuir al alumnado se trata de actuar según recomienda la legislación, agrupando a los alumnos por ciclos. Pero puede ocurrir, y es lo común, que el número de alumnos sea tan escaso que la repartición sea desde 1º hasta 3º de Primaria en un aula y desde 4º a 6º en otra. Incluso, sucede en ocasiones que comparten aula los más pequeños de educación infantil con 1º de primaria, creando aulas mixtas entre etapas escolares.

Al limitado número de alumnos en el CRA se añade la existencia de alumnos temporeros. Atendiendo a la definición de Herrera (2014), son alumnos que han de viajar por diferentes localidades debido al trabajo temporal de los miembros de sus familias. Residen durante unos meses en un lugar concreto donde son escolarizados y cuando el trabajo escasea inician una nueva búsqueda en otras zonas.

Esta realidad tiene como consecuencia un desigual número de alumnos durante el curso escolar que dificulta una distribución estable, por lo que es importante, como se ha dicho anteriormente, contar con libertad organizativa para crear contextos educativos en el centro donde se beneficie un aprendizaje global de los alumnos con aprovechamiento, en especial, por parte del alumnado que sufre las secuelas del fenómeno temporero.

Asignación de tiempos

La asignación de tiempos y distribución de horarios es un aspecto que va a depender, fundamentalmente, del número de alumnos y las aulas formadas, así como de la cantidad de centros que formen el Colegio Rural Agrupado.

El equipo directivo organizará horarios en los que los maestros itinerantes puedan cubrir las exigencias de todos los centros que están bajo el mismo CRA, buscando una disposición de las materias que favorezca tanto a éstos como al alumnado, conforme lo dispuesto en la legislación.

Recursos y materiales económicos

Los CRA cuentan con los mismos recursos por parte de la Administración Educativa que el resto de los centros, pero tienen la dificultad de tener que repartirlos entre cada uno de los centros por los que está formado.

Cuando hablamos de recursos materiales como equipamiento para Educación Física (balones, aros, picas…), materiales impresos o juegos didácticos, por ejemplo, es más sencillo que vayan rotando con el maestro itinerante que se mueve entre los distintos centros.

 

El hándicap se muestra cuando se trata de materiales TIC (pizarra digital, ordenador…), pues estos no son tan fáciles de transportar. Por ello, se ven más limitados que los centros no rurales a la hora de repartir dicho material, siendo en la mayoría de las ocasiones insuficientes para formar aulas Plumier y ser aprovechados por la totalidad del alumnado.

Actividades complementarias y extraescolares

Un CRA dispone de la misma variedad de actividades complementarias y extraescolares que el resto de los centros que no lo son, adaptándose éstas al entorno en el que esté situado y la variedad de propuestas que se ofrezcan.

Es cierto que existen ciertas diferencias en cuanto a colegios ubicados en zonas más urbanas. En los colegios agrupados en un CRA prevalecerán las actividades más enfocadas a la actividad deportiva multiaventura, agrícola o artesanal por los recursos disponibles en el medio rural y su facilidad para obtenerlos. Estas actividades, al poder realizarlas cada escuela en su localidad, destacan por ser más individuales y fáciles de llevar a cabo.

Las actividades organizadas en entornos más urbanos, como pueden ser visitar un teatro, un museo o un monumento importante, son en las que participan todos los centros que forman el CRA y suelen ser una especie de convivencia en la que se encuentran todo el alumnado y profesorado y comparten esa misma experiencia. Para ello, disponen de servicio de autobús, siendo la recogida en la localidad donde se encuentra el colegio principal, trasladándose todos los educandos al mismo punto de encuentro.

Metodologías activas para los CRA

Martínez (citado por Mosquera, 2020) define las metodologías activas como “el botón que “activa” al alumno y transforman el aprendizaje en una experiencia educativa donde el alumnado adquiere los conocimientos de forma motivada, por la necesidad que se genera y a través del constructivismo”.

Son metodologías en las que el alumno se empodera por ser el propio protagonista de su aprendizaje, marcando sus tiempos y necesidades, dotándole de este modo al proceso educativo de un carácter más vivencial e individualizado, dejando de lado la naturaleza “adultocéntrica” de la educación tradicional, aspecto fundamental en la etapa de educación infantil.

 

Actualmente, en esta etapa, existen infinidad de metodologías activas que están en auge y en el tintero de muchos docentes. Fernández (citado por Mosquera, 2020) afirma que “usar metodologías activas no es innovar, son muy antiguas y van desde el método socrático de la Grecia clásica a la Escuela Nueva de finales del siglo XIX y a los grandes pedagogos de principios del siglo pasado”.

Innovación y metodologías activas pueden ir de la mano, pero no siempre lo están cuando estas metodologías no son aplicadas correctamente en el aula. No se trata solo de permitir al alumno participar más en su aprendizaje, sino también de basar el proceso educativo en el trabajo cooperativo, colaborativo, inclusivo, donde en las aulas quepa la observación, el ensayo-error y un sólido compromiso por parte del equipo docente.

La educación infantil es una etapa en la que los niños aprenden vivencialmente, a través de sus sentidos, tocándolo todo, oliendo, comparando… Un CRA brinda la oportunidad de acercar este aprendizaje a los niños, gracias a la naturaleza que les rodea, a una adaptación de tiempos por parte del profesorado más abierta, dotándole al niño de infantil de la posibilidad de descubrir el mundo por él mismo, actuando el docente como una figura de apoyo y guía, asignándole su papel de protagonista.

¿Qué mejor escenario para aplicar estas metodologías activas e innovadoras que un CRA?

Algunas de las ventajas que nos aportan estos centros son:

  • Partimos de una ratio muy reducida por aula, lo que ya favorece un proceso más individualizado y centrado en cada uno de los alumnos.
  • Mejor respuesta al alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo, pues reciben más atención específica, no solo del maestro tutor, sino también del especialista en PT, AL o Fisioterapeuta.
  • Se produce una relación muy cercana con las familias que pueden participar directamente en la enseñanza-aprendizaje de sus niños.
  • Ofrecen la posibilidad de hacer actividades en la naturaleza en el día a día, trasladando el aula al aire libre, siendo un fundamento importante en el proceso educativo, especialmente en la educación infantil.
  • El hecho de ir escuchando los contenidos de cursos inferiores y superiores favorece un continuo repaso de la materia ya aprendida y ofrece la posibilidad, al alumnado que pueda alcanzar conocimientos de cursos superiores, de adquirirlos.
  • Cercanía del colegio y del hogar, lo que ayuda a que los alumnos/as puedan irse autónomamente a casa, en grupos según donde vivan, incluso los más pequeños de Educación Infantil que son acompañados por los más mayores, dándoles así pequeñas responsabilidades.
  • Horarios más flexibles, lo que favorece dinamismo y la planificación de diferentes tipos de actividades, sin tener que seguir un horario estricto.

Posibles inconvenientes

Ahora bien, al formar parte de un CRA, ¿todo son ventajas?

No, también existen inconvenientes, siendo uno de los principales el cambio de etapa educativa de educación primaria a educación secundaria. Por norma general, cuando terminan la etapa de Primaria tienen que desplazarse a otro centro educativo para cursar secundaria. Sucede que pasan de un ambiente escolar en el que todos los alumnos se conocen, así como al profesorado con el que tienen una relación de más cercanía, a un ámbito académico totalmente diferente.

 

Las aulas ya tienen una ratio mayor, lo que dificulta la individualización que recibían en el CRA y tienen que socializar con un número superior de compañeros, lo que les puede resultar más complicado que a un alumno que proceda de un colegio ubicado en el entorno urbano.

Existen algunas desventajas más, como unas instalaciones escolares anticuadas, dificultad de desplazamiento de los maestros itinerantes entre los centros o la poca formación recibida para afrontar una educación de esta envergadura.

Como se ha recogido, y a modo de conclusión, existen algunos inconvenientes, pero ganan fuerza todos los aspectos positivos citados anteriormente, pues un CRA te ofrece la oportunidad de crear escuelas de las que los niños quieran formar parte, escuelas convertidas en un segundo hogar donde se aprende con y desde el corazón.

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Sarai Blázquez Bautista
Diplomada en Magisterio de Educación Infantil y Técnico Superior de Educación Infantill, Sarai es, además, Máster en Atención, Diversidad y Necesidades Educativas Especiales y Directora del Campamento FAHYDA. Actualmente es profesora de adultos en el CEA Alto Guadalentín de Lorca (Murcia)