Redes Sociales en Formación Profesional

Resumen: Actualmente es muy difícil plantearse un escenario en el que las tecnologías digitales de la información y las comunicaciones y, por tanto, las competencias digitales, no estén involucradas. Dentro del contexto social en el que la sociedad se desarrolla, y más aún, después de la pandemia por Covid-19 que se inició en 2020, se exige el uso de herramientas tecnológicas, y esta situación, también se reproduce dentro de las aulas de Formación Profesional. El profesorado puede aprovecharse del éxito de las redes sociales como Instagram entre el alumnado y apoyarse en ellas para la utilización de metodologías activas, con el objetivo de fomentar su motivación y su aprendizaje en el módulo de Formación y Orientación Laboral.

 

Palabras Clave: Formación y Orientación Laboral; Metodologías activas; Competencia Digital; Instagram; Storytelling; Gamificación; Flipped Classroom.

 

Abstract: Currently, highly difficult to consider a scenario in which digital information and communication technologies and therefore digital skills, are not involved. Within the social context in which society develops, and even more so, after the Covid-19 pandemic that began in 2020, the use of technological tools is required, and this situation is also reproduced within Vocational Training classrooms. Teachers can take advantage of the success of social networks as Instagram among students and rely on them for the use of active methodologies, with the aim of promoting their motivation and their learning in the Training and Labor Guidance subject.

 

Keywords: Training and Labor Guidance; Active methodologies; Digital Competence; Instagram; Storytelling; Gamification; Flipped Classroom.

REDES SOCIALES EN FORMACIÓN PROFESIONAL

La Formación Profesional (en adelante, FP) tiene un largo recorrido en nuestro país y no es ajena ni a la evolución del proceso enseñanza-aprendizaje ni a la implicación que tienen las TIC y las competencias digitales en ella.

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Este artículo plantea a Instagram como herramienta en el aula, para dinamizar la adquisición de las competencias en el módulo de Formación y Orientación Laboral (en adelante, FOL) y conectar con el alumnado utilizando un lenguaje tecnológico que le es propio.

Formación Profesional y módulo de FOL

Los orígenes de la FP a nivel educativo, acorde a Fernández y González (1975), y a Hernández (2018), son la Ley Moyano y la creación en 1886 de las Escuelas Profesionales de Artes y Oficios. En 1924 se publica el Real Decreto de Enseñanza Industrial, que diferencia la enseñanza general de la enseñanza profesional y en 1955 se crean las Universidades Laborales, en colaboración con las Mutualidades Laborales, que proporcionan enseñanzas regladas y cursos más cortos de perfeccionamiento y “readaptación” profesional.

Tal y como recoge De Castro-Acuña (2013) en 1974 se dividen las enseñanzas en FP I y FP II, alcanzando a todos los sectores profesionales. Y a partir de los años 80 se van sucediendo diferentes reformas educativas que contemplan la FP, siendo la LOGSE la primera en expresar la necesidad de utilizar metodologías didácticas específicas en este nivel educativo y en crear el módulo de Formación y Orientación Laboral (FOL).

Recientemente se ha publicado la Ley Orgánica 3/2022, de 31 de marzo, de ordenación e integración de la Formación Profesional, que organiza la FP en 5 niveles ascendentes, siendo el cuarto nivel en el que se sitúan los Ciclos Formativos, enseñanzas regladas donde se imparten módulos profesionales asociados a estándares de competencia y módulos profesionales no asociados a estándares de competencia, con un carácter más transversal, como el módulo de FOL.

Según los diversos Decretos que regulan los distintos ciclos formativos y tal y como recoge Álvarez (2020), el módulo de FOL, de 96 horas en Grado Superior y de 99 horas en Grado Medio, se compone de dos bloques: Relaciones laborales y búsqueda de empleo (46 horas o 49 horas); y Prevención de Riesgos Laborales (50 horas), dando este último acceso al alumnado al nivel básico en Prevención de Riesgos Laborales.

El módulo de FOL tiene contenidos procedimentales, conceptuales y actitudinales, por lo que las metodologías a utilizar deben ayudar en el proceso educativo del alumnado para prepararle en las demandas profesionales y sociales. Para ello, es importante el uso de herramientas que puedan resultar útiles y motivantes, puesto que este módulo transversal suele resultar a priori menos atractivo, al no estar vinculado con las unidades de competencias asociadas al ciclo formativo que el alumnado esté cursando.

Metodologías activas

Tal y como establece Hernández (2018), para hablar de metodologías es obligatorio nombrar a autores como Montessori o Piaget, que buscaban incentivar la curiosidad del alumnado, llevándole a desarrollar sus competencias de una manera más plena, y poniendo a su alcance, además, los medios que le facilitaran su desarrollo espontáneo y su autonomía.

Se entiende por metodología, según Hernández (2018), el conjunto de procedimientos y técnicas que permite “ir más allá, a través del camino del estudio” para cumplir ciertos objetivos en el marco de una ciencia. Según Álvarez (2020), se entiende como el conjunto de estrategias, procedimientos y acciones organizadas y planificadas por el profesorado, de manera consciente y reflexiva, con la finalidad de posibilitar el aprendizaje del alumnado y el logro de los objetivos planteados.

Últimamente existe de las llamadas metodologías activas. Se pueden definir, según Marmolejo (2016), como estrategias para el aprendizaje que facilitan que el alumnado aprenda mediante la construcción de la propia actividad y no siendo mero receptor de información. Es decir, se busca el protagonismo del alumnado, que se responsabiliza de desarrollar competencias como la autonomía, la actitud participativa, las habilidades de comunicación y una mayor creatividad, entre otras. Gracias a ello, se favorecen los procesos de aprendizaje en la FP.

Algunas de las metodologías activas más comunes son el aprendizaje basado en problemas, el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje cooperativo, el método de estudio de caso, las aulas invertidas o flipped classroom, la gamificación o el storytelling.
Según Hernández (2018), este tipo de metodologías en las que el propio alumnado se responsabiliza de la construcción de su propio conocimiento deben apoyarse en recursos didácticos variados, y por ello, vienen enlazadas normalmente con las nuevas tecnologías.

Competencia Digital Docente

Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han beneficiado al sistema educativo enormemente, pues han brindado herramientas que ayudan tanto en la innovación de los procesos de gestión educativa como en el propio aula (Castro-Acuña, 2013).

El término Competencia Digital tiene su origen en 2010. Una persona digitalmente competente es aquella que puede manejar las TIC e Internet de forma segura y creativa, para desarrollar y utilizar el aprendizaje a lo largo de la vida, de forma autónoma, crítica, ética, y en colaboración con los demás (Díaz y Loyolla-Illescas, 2021).

Siguiendo a Cabero-Almenara, Barroso-Osuna, Palacios-Rodríguez y Llorente-Cejudo (2020), podemos decir que la Competencia Digital Docente es el conjunto de conocimientos, capacidades y actitudes del docente para hacer uso de las TIC a nivel tecnológico, multimedia, comunicativo y ético, de forma integradora en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Para la adquisición de estas competencias digitales, desde diferentes instituciones se han propuesto una serie de marcos competenciales con los que se pretenden medir los parámetros en torno a los cuales los docentes deben mostrar formación digital. Algunos de esos marcos más relevantes son los siguientes: Marco de la Unión Europea de Competencia digital Docente (DigCompEdu); Marco de la “International Society for Technology in Education” (ISTE) para docentes; Marco de Competencias TIC para docentes (UNESCO); Marco común de referencia de la competencia digital docente (INTEF), etc. En España, el Ministerio de Educación y Formación Profesional también elaboró en 2017 su propio “Marco Común de Competencia Digital Docente”, apoyado en el DigCompEdu.

Según el estudio realizado por Cabero-Almenara et al (2020), de todas las propuestas institucionales sobresale DigCompEdu respecto a los demás, seguido del Marco de referencia dependiente de INTEF, y por ello, para este artículo, es él que se va a tomar de referencia.

El Marco Europeo para la Competencia Digital de los Educadores (DigCompEdu) responde a la creciente concienciación de muchos Estados miembros europeos de que los educadores necesitan un conjunto de competencias digitales específicas para su profesión, con el fin de poder aprovechar el potencial de las tecnologías digitales para mejorar e innovar en educación (Redecker, 2020).

Este Marco Europeo de Competencia Digital del profesorado se articula alrededor de seis áreas competenciales diferenciadas: compromiso profesional, recursos digitales, pedagogía digital, evaluación y retroalimentación, empoderar a los estudiantes y facilitar la competencia digital a los estudiantes.

Cada área, lleva una serie de competencias asociadas que los docentes deben trabajar para generar estrategias de aprendizaje utilizando las TIC.

Además, al mismo tiempo, DigCompEdu propone seis niveles de competencia progresivos que establecen diferentes niveles de manejo e integración educativa de las tecnologías en la práctica educativa: novato, explorador, integrador, experto, líder y pionero.

El profesorado debe ser capaz, por tanto, de alcanzar de forma progresiva dichos niveles para poder utilizar correctamente las herramientas digitales.

En este aspecto, desde la Consejería de Educación de Castilla y León, se ha apostado por trabajar desde el Marco de Competencia Docente Digital, ya que considera fundamental el desarrollo de las TIC para favorecer la innovación en la enseñanza y por tanto, mejorar la calidad educativa. Por ello, ha generado el proyecto CoDiCe TIC, en el que se han establecido diferentes cursos y seminarios para que el profesorado pueda obtener un aprendizaje profesional al formarse en metodologías activas y en el uso de las TIC, creando recursos para sus grupos de alumnado como: páginas web, formularios, juegos digitales, imágenes y vídeos interactivos, etc. Con ello, se busca mejorar el uso de las tecnologías digitales en el aprendizaje.

Uso de redes sociales

Díaz y Loyolla-Illescas (2021) especifican que las aplicaciones de la web 2.0, como son las redes sociales, se comprometen con el protagonismo que tiene el alumnado en su propio proceso de aprendizaje, ya que permiten dar voz al usuario, pudiendo ser este generador de contenidos con imágenes, vídeos, enlaces u opiniones, y no solo consumidor de los mismos. De hecho, como también afirman Rodríguez y López (2017), cada vez más surgen defensores de las aplicaciones educativas de las redes sociales, porque pueden ser un medio para aprender y estimular el interés del alumnado por su formación, ante las posibilidades de interactuar con otros estudiantes.

Es cierto que uso de las redes sociales en el mundo educativo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Como ventajas caben destacar: el fomento del desarrollo de nuevas destrezas necesarias en el contexto tecnológico actual; la mejora de habilidades sociales y comunicativas, así como de la difusión de resultados, la creatividad, el trabajo colaborativo y el pensamiento crítico; el desarrollo del aprendizaje autónomo; y también se favorece la retención de lo aprendido al aprender haciendo.

Por otro lado, no pueden olvidarse sus principales inconvenientes: adicción, distracción, problemas derivados de la seguridad y privacidad de la información, pérdida de la intimidad y la privacidad, o pérdida de la conciencia de escribir correctamente.

Es obvio que la motivación del alumnado hacia el estudio no depende únicamente de incluir tecnologías familiares en estrategias didácticas, ya que éstas se encuentran vinculadas a sus espacios de ocio. Por tanto, la solución consiste en el uso de las redes sociales en el aula con fines didácticos, diseñando estrategias para favorecer el aprendizaje de la materia, mejorar el aprendizaje de las habilidades transversales (soft skills) y motivar al alumnado mediante la utilización de sus herramientas TIC habituales (Rodríguez y López, 2017).

Propuesta para el módulo de FOL

La propuesta para el módulo de FOL pasa por el uso de metodologías activas utilizando como herramienta las redes sociales, en concreto la aplicación Instagram, para que el alumnado pueda encontrar un espacio más interactivo en el que desarrollar su proceso de aprendizaje.

Nos situaremos en el primer curso del Grado Superior de Mantenimiento Electrónico. Este ciclo formativo se encuentra regulado por medio del Decreto 45/2013, de 31 de julio, por el que se establece el currículo correspondiente al título de Técnico Superior en Sistemas de Telecomunicaciones e Informáticos en la Comunidad de Castilla y León.

Dentro del desarrollo de las competencias profesionales, personales y sociales del título de Técnico Superior en Sistemas de Telecomunicaciones e Informáticos, desarrolladas en el Real Decreto 883/2011, de 24 de junio, en algunas de ellas es factible trabajar en grupos para fomentar el aprendizaje colaborativo, como por ejemplo, resolver situaciones, problemas o contingencias (…) con creatividad, innovación y espíritu de mejora; organizar y coordinar equipos de trabajo con responsabilidad, supervisando el desarrollo del mismo, manteniendo relaciones fluidas y asumiendo el liderazgo; adaptarse a las nuevas situaciones laborales, manteniendo actualizados los conocimientos (…) utilizando las tecnologías de la información y la comunicación; o comunicarse con sus iguales, superiores, clientes y personas bajo su responsabilidad, utilizando vías eficaces de comunicación, transmitiendo la información o conocimientos adecuados.

En base al marco DigCompEdu que acabamos de mencionar, es importante que el profesorado de FOL se maneje en las distintas áreas que componen la competencia digital. De manera específica, para las propuestas que se detallan en este artículo, es básico que manejen las siguientes: recursos digitales, empoderamiento de los estudiantes y facilitar las competencias digitales del estudiante.

Se trata de que el profesorado sea capaz de transformar y crear recursos (con licencias abiertas) como imágenes interactivas, vídeos, vídeos interactivos, etc. Para poder trabajar en la transformación de recursos, desde la Consejería de Educación de Castilla y León existe el Centro de Recursos OnLine (CROL), el cual es un espacio web con recursos educativos realizados por profesorado de la Comunidad Autónoma, destinados a su uso y difusión para la Comunidad Educativa.

Debido a que es un módulo que, por su transversalidad y lejanía respecto de la introducción del alumnado en el mundo laboral, no suele generar a priori el interés deseado, es importante trabajar el empoderamiento de los estudiantes mediante su compromiso activo en el aprendizaje, potenciando su expresión creativa y proporcionando herramientas como las redes sociales para aumentar su atractivo.

Por último, se busca que los docentes puedan progresar en su competencia digital mediante la incorporación de actividades que requieran el uso de las TIC para la comunicación y la participación (interacción entre alumnado mediante las TIC), así como actividades en las que se creen y/o modifiquen contenidos digitales (vídeos, imágenes, etc.), permitiendo que pueda existir una expresión más creativa, actual y ajustada a su realidad fuera del centro educativo.

Para alcanzar todas estas competencias necesarias para las propuestas que se plantean a continuación, es necesario alcanzar niveles B1 o B2. Para las áreas Recursos Digitales (2) y Empoderar a los Estudiantes (5), sería necesario el nivel B2, mientras que para Facilitar las competencia digitales del estudiante (6), sería suficiente con alcanzar el nivel B1.

El objetivo que se busca para aumentar la motivación del alumnado es aprovecharse de lo que ya conocen para mejorar su uso y aplicarlo en clase, mientras desarrollan sus competencias profesionales, personales y sociales inherentes del módulo.

La edad media del alumnado de 1º curso de Grado Superior suele estar en la franja de entre 18-25 años. Este perfil utiliza diferentes redes sociales, siendo Instagram la más adecuada para compartir, comunicarse y crear contenido para las propuestas de este artículo.

Para evitar conflictos con el derecho a la intimidad de las personas regulado en la Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, el profesorado es quién creará una cuenta específica y con nombre fácilmente reconocible. No se trabajará con las posibles cuentas personales que ya tenga el alumnado. El perfil creado será privado, de modo que será el profesorado quien permita el acceso, evitando una excesiva exposición. También será importante un compromiso para utilizar la crítica constructiva y evitar las posibles difamaciones o situaciones de acoso.

Para que esta cuenta de FOL en Instagram tenga una calidad mínima en cuanto a las actividades entregadas, de forma previa será necesario enseñar al alumnado aplicaciones y programas sencillos de edición de imágenes y de vídeo de software libre, así como nociones básicas de encuadres, planos y ritmo visual.

Aplicación del Storytelling

Se parte del Storytelling para narrar con imágenes o vídeos alguna situación concreta. Para que la red social pueda utilizarse como un cuaderno visual del trabajo del aula, se busca dividir a la clase en grupos de dos a tres personas y adjudicarles algún tema relacionado con el módulo, repartido a lo largo de todo el temario: derecho laboral, Seguridad Social, orientación profesional y prevención de riesgos laborales.

Podrán narrar en imágenes o vídeos alguna situación en la que tengan que determinar su presentación, su nudo y su desenlace, apoyándose para ello en lo aprendido en clase.

• La primera actividad que se plantea es realizar un carrusel de imágenes donde se escenifique en la primera a una persona trabajadora que esté centrada en su trabajo y cerca de determinados factores de riesgo; una segunda imagen tras un supuesto accidente; y una tercera imagen con todas las medidas preventivas y de protección necesarias para haber evitado dicho accidente.
• La segunda actividad consistirá en recrear vídeos cortos de cinco a diez segundos, donde un alumno (entrevistador) realiza una pregunta comprometida a un alumno (entrevistado). Y a partir de ahí, generar en el carrusel varios vídeos de igual duración, donde en los primeros se proporciona una respuesta mal contestada o errónea y en el último, se plantea un modelo de respuesta correcta. En descripciones, se deben detallar las explicaciones de cada respuesta incorrecta y correcta.

En esta propuesta, dentro del marco DigCompEdu, se trabajan las áreas 5 y 6 mediante la generación de vídeos e imágenes, poniendo el uso activo de las tecnologías digitales en el centro del proceso educativo.

Propuestas mediante la gamificación

En la mayoría de los centros integrados de Formación Profesional se planifican actividades para celebrar el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo. Así pues, utilizando como base las posibilidades de la gamificación, se puede plantear lo siguiente.

Se puede realizar una primera actividad consistente en lanzar un concurso de carteles digitales al grupo de alumnos con el que se esté trabajando, estableciendo las bases de la convocatoria, los premios, el plazo, la etiqueta y el hashtag que deben añadir para la publicación del cartel. Posteriormente, se hará saber el ganador y su cartel tras la deliberación del jurado y, para finalizar, se publicará imagen de los que han quedado en segundo y tercer lugar.

Una segunda actividad podría ser trabajar con adivinanzas. Se trata de subir varias imágenes, una al día, relativas al bloque de contenidos que se esté trabajando en el aula, donde el grupo de alumnos tendrá que responder en los comentarios las soluciones de la adivinanza.

En esta propuesta, dentro del marco DigCompEdu, se trabajan las áreas 2, 5 y 6, integrando los diferentes recursos digitales que genera el profesorado como un juego, para que en la actividad el alumnado utilice las tecnologías digitales para comunicarse con respeto y asertividad.

Propuesta Flipped Classroom

En esta ocasión se plantea utilizar la cuenta de Instagram para proporcionar pequeñas píldoras de contenido generado por el profesorado, con una duración inferior a un minuto, mediante vídeos, vídeos trabajados con imágenes y voz en off, e infografías. En ellos se tratan temas muy concretos de la materia: ERTES, los contratos de trabajo tras la reforma laboral, uso de LinkdIn… El alumnado los visualizará de forma previa a las clases con un acceso fácil y cómodo desde el móvil cuantas veces considere necesario, y una vez en el aula, se plantearán preguntas en relación a la visualización del material y se utilizarán de base para las explicaciones.

En esta propuesta, dentro del marco DigCompEdu, se trabaja el área 2, mediante la creación de vídeos interactivos (bien generados de forma propia o utilizados desde CROL acorde a las licencias de uso que estos tengan atribuidos).

Evaluación de la propuesta

Todas las propuestas mencionadas con anterioridad deben servir para un propósito claro en el aula, y no únicamente para tratar de instaurar un ambiente lúdico. El alumnado debe reflexionar sobre la materia antes de realizar la creación de contenidos, investigar sobre la misma, determinar cómo enfocar su realización e interactuar con sus compañeros.

El profesorado, por su parte, debe trabajar las propuestas para tener claros los objetivos, los contenidos y competencias a trabajar, la duración de la actividad, los tiempos para la generación de contenidos, la creación de los propios contenidos y los criterios de evaluación en cuanto a calidad, uso y manejo de TIC, además del desarrollo de competencias profesionales, personales y sociales. Es importante que el alumnado conozca con suficiente antelación los criterios y porcentajes de calificación de cada una de las actividades.

Puesto que se trata de trabajar también algunas de las soft skills, las cuales son elementos subjetivos, se apuesta por utilizar rúbricas de valoración. En ellas se incluyen la mejora de las habilidades comunicativas (visuales, orales y escritas), uso adecuado de las TIC, y resolución de problemas con creatividad, entre otras, junto con las propias de la actividad (comprensión, ejecución, objetivos alcanzados…), que estarán adecuadas al nivel del alumnado.

El profesorado debe encontrar un vehículo de comunicación común con su alumnado durante su proceso de enseñanza-aprendizaje, y en este caso se apuesta por las redes sociales como plataforma de transmisión, organización, creación, gestión e innovación de contenidos.

Sin embargo, no es aconsejable introducir todas las propuestas planteadas con el mismo grupo de alumnado, sino que es recomendable utilizar de forma flexible tanto metodologías tradicionales como activas, buscando evitar que el alumnado solo responda ante premios o refuerzos positivos. De esta forma, también se evitarán parte de los inconvenientes de las redes sociales nombrados anteriormente. Para ello, es importante que el uso de las metodologías activas esté repartido y planificado a lo largo de los diferentes trimestre.

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