Resumen: El Aprendizaje Basado en Proyectos y los Rincones de Aprendizaje son metodologías activas ya conocidas y estudiadas por importantes autores, aunque no están lo suficientemente aprovechadas en la realidad educativa.  Por ello, a través de este artículo se pretende analizar el posible uso de esta metodología y desarrollar una propuesta de disposición espacial de un aula de Educación Infantil para una satisfactoria puesta en práctica de las metodologías de Aprendizaje Basado en Proyectos y Rincones de Aprendizaje.

 

Palabras clave: Espacios Educativos; Ambientes de Aprendizaje; Educación Infantil; Aprendizaje Basado en Proyectos; Rincones de Aprendizaje.

 

Abstract: Project Based Learning and Learning Corners are active methodologies already known and studied with important authors, although they are not sufficiently used in the educational reality. Therefore, this article aims to analyze the possible use of this methodology and to develop a proposal for the spatial arrangement of an Early Childhood Education classroom for a satisfactory implementation of Project Based Learning and Learning Corners methodologies.

 

Keywords: Educational spaces; learning environments; Early Childhood Education; Project-based Learning; Learning corners.

ESPACIOS Y AMBIENTES EDUCATIVOS

La Educación persigue un desarrollo cognitivo, social y afectivo de calidad en el alumnado, y para ello son determinantes las decisiones y prácticas de los docentes y todo miembro que participe en la práctica educativa. Uno de los propósitos generales de las instituciones educativas, psicólogos y agentes que intervienen en la educación es generar experiencias enriquecedoras que refuercen el desarrollo integral de los niños en la infancia, en el ciclo de Educación Infantil, es decir de los cero a los seis años (Ibáñez, 1992).

La enseñanza basada en metodologías activas es una enseñanza centrada en el estudiante, en su nivel de desarrollo y capacitación. Estas estrategias conciben el aprendizaje como un proceso constructivo y no repetitivo.

Las metodologías activas son procesos dinámicos movidos, a través del propio interés, por la creación de procedimientos que lleven a la consecución de un aprendizaje significativo (Ros, 2018)

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La psicología cognitiva ha demostrado que una de las estructuras más importantes de la memoria es la estructura asociativa. Los últimos estudios (Mora, 2013) corroboran esto que la psicología cognitiva afirma. La nueva información se suma a una ya existente, y se van complementando y haciendo más compleja. Dependiendo de cómo se realice la conexión entre informaciones el aprendizaje será efectivo y utilizado o no.

Una metodología adecuada permite que el aprendizaje sea autodirigido, es decir, a partir del empleo de habilidades metacognitivas se promueve un mejor y mayor aprendizaje. El Aprendizaje Basado en Proyectos y los Rincones de Aprendizaje ponen un gran énfasis en la importancia de conectar la enseñanza con los problemas del mundo real, presentando situaciones cercanas y asociativas, para que les sirva en un futuro. La contextualización de la enseñanza promueve una actitud positiva en los alumnos hacia el aprendizaje y una rápida comprensión. Es por ello que la disposición espacial en un aula influye en el grado de motivación al alumnado y en la consecución de su mayor desarrollo global en la etapa escolar, como afirmaba Malaguzzi (1950): “el espacio es el tercer educador”.

Índice de contenidos

Metodología: ¿Qué es y qué hay que tener en cuenta?

La metodología es la forma en que se organiza la práctica educativa en el aula, cómo se enseña y qué mecanismos de aprendizaje se utilizan. La Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley 2/2006, de 3 de mayo, de educación (en adelante, LOMLOE) en su artículo catorce, dice que los métodos de trabajo en Educación Infantil deben estar basados en las experiencias, en la actividad y el juego, todo ello en un ambiente de confianza y seguridad que favorezca la autoestima e integración en el alumnado. Por su parte, en su anexo sobre orientaciones metodológicas hace referencia a los principios que deben guiar la labor docente:

  • Atención individualizada. Los niños presentan diferentes niveles de desarrollo evolutivo o distintos intereses, por lo que es fundamental atender a sus necesidades concretas, ritmos de aprendizaje y motivaciones.
  • Atención a la diversidad. Se debe adecuar la intención educativa a las características particulares de cada niño. En este caso, se plantea un aula con rincones para trabajar las Inteligencias múltiples, y que cada alumno pueda aprender desde su motivación.
  • Creación de un ambiente lúdico, cálido y acogedor. Ayuda a fomentar la autonomía y la autoestima, y favorece la participación activa en las actividades del aula propuestas. Se debe ofrecer la posibilidad de desarrollarse en un clima afectivo y de confianza, ya que se da importancia a la conversación en la asamblea y al intercambio de ideas. Todos los alumnos son importantes y todas sus aportaciones enriquecedoras.
  • Principio de globalización. En el currículo, los contenidos están diferenciados en tres áreas, que en su conjunto responden a la realidad concreta del niño, por lo que deben ser expuestos de manera global e integral. En el aula se trabajan los mismos contenidos desde distintas áreas de desarrollo.
  • Aprendizajes significativos. Se debe partir del nivel previo de aprendizaje de los alumnos, y ofrecerle a partir de ahí la posibilidad de ampliar esos conocimientos estableciendo relaciones entre lo que conocen y desean conocer. Todo ello de forma lúdica y funcional. Se parte de las ideas previas, para adaptar el nivel y las actividades para que se acerquen a su realidad.
  • Pensamiento creativo. En esta edad los niños tienen un pensamiento fantástico e imaginativo, a través del cual comprende su realidad. Es por ello, que se debe fomentar la creatividad, dejando que cada uno de los niños desarrolle al máximo su potencial. Por ello, los contenidos no son presentados de manera expositiva, si no que se deja margen a la imaginación y descubrimiento del niño siendo el maestro el orientador.
  • Actividad infantil y juego. El niño aprende a través de su propia experiencia. De este modo, los contenidos deben ser trabajados con actividades manipulativas, juegos, actividades grupales y actividades experimentales y de descubrimiento, convirtiendo al niño en un aprendiz activo de su aprendizaje. Gracias a la distribución del aula por rincones de aprendizaje y juego, los niños aprenden los contenidos jugando.

En los siguientes apartados, se va a exponer de forma clara como llevar a la práctica una metodología siguiendo los principios que deben guiar la actuación docente según la LOMLOE.

La Organización de espacios

La normativa vigente especifica que debe prestarse atención a las decisiones sobre la organización de los espacios, tiempos y materiales, respondiendo en todo momento a la intencionalidad educativa y a las necesidades, características e intereses de los alumnos.

Un espacio educativo significativo es un ambiente de aprendizaje que promueve y fortalece el desarrollo de competencias sociales y cognitivas en los niños. Según la forma en que se organice y distribuya el espacio hará que se propicien unas relaciones u otras, se realicen un tipo de actividades, la comunicación sea efectiva o no, y se tengan en cuenta los intereses de los aprendices.

El término espacio se refiere al espacio físico, es decir a los locales para la actividad, caracterizados por los objetos, materiales, mobiliario y decoración, mientras que el término ambiente se refiere al conjunto del espacio físico y a las relaciones que en él se establecen como son los afectos, las relaciones interindividuales entre los niños, entre niños y adultos, entre niños y la sociedad (Iglesias, 2008).

Desde el punto de vista escolar se entiende el ambiente como una estructura de cuatro dimensiones claramente definidas e interrelacionadas entre sí:

  • Dimensión Física: ¿Qué hay en el espacio y cómo se organiza?
  • Dimensión Funcional: ¿Para qué se utiliza y en qué condiciones?
  • Dimensión Relacional: ¿Quién y en qué condiciones?
  • Dimensión Temporal: ¿Cuándo y cómo se utiliza?

Teniendo en cuenta lo que entendemos como ambiente de aprendizaje, los cinco criterios que hacen que éste se constituya en un espacio educativo significativo son:

  • Situaciones estructuradas, alrededor de objetivos centrales y metas específicas.
  • Situaciones intensivas, que exija la resolución de problemas relacionados con metas de la cultura.
  • Situaciones extensivas, que permitan manipular la complejidad de las metas en el tiempo, es decir, que los agentes educativos logren observar y diagnosticar el conocimiento que los niños logran durante la repetición de esas actividades, para saber si logran los objetivos planteados y las metas propuestas.
  • Situaciones que favorezcan contextos complejos de interacción.
  • Situaciones generativas, que exijan el uso de variadas y múltiples competencias.

Considerando las cuatro dimensiones del ambiente de aprendizaje y todo lo expuesto anteriormente, entendemos los espacios educativos como un elemento curricular más, con una importante fuerza formativa.

Propuesta práctica sobre la disposición espacias en el aula

El centro y el aula constituyen un espacio social de interacción y participación, un contexto natural privilegiado donde se adquieren recursos para el desarrollo personal y social de quienes conviven en dicho espacio.

Siguiendo a Miralles e Izquierdo (2015), la disposición espacial debe:

  • Proporcionar oportunidades de vinculación a distintos grupos sociales.
  • Posibilitar el aprendizaje y práctica de las reglas que rigen la convivencia.
  • Permitir el reconocimiento de costumbres, señas de identidad, cultura, etc.
  • Favorecer el desarrollo de competencias vinculadas con las ciencias.

Para identificar los aprendizajes que el alumnado de Educación Infantil debe realizar en el ámbito de habilidades sociales y planificar su tratamiento, se deben organizar los contenidos en torno a ejes vinculados directamente con la organización del aula y con las tareas de la vida diaria, para que el alumnado de los niveles iniciales se acerque al conocimiento social y cultura de manera natural y constructiva. Se propone, como elemento indispensable en el desarrollo de contenidos, que se establezca de manera estable una organización del tiempo y del espacio a través de rutinas, y Rincones de Aprendizaje (en adelante, RA).

Los RA, junto con los talleres y las rutinas, se basan en un planteamiento de la práctica escolar colaborativa y que se opone a la pedagogía tradicional.

Los rincones son espacios organizados donde los niños, en grupos poco numerosos, realizan pequeñas investigaciones, desarrollan sus proyectos, manipulan, desarrollan su creatividad a partir de las técnicas aprendidas en los talleres, se relacionan con los compañeros y con los adultos y satisfacen sus necesidades.  Persiguen el desarrollo de una metodología basada en la libertad de elección, en el descubrimiento y en la investigación. Organizar la clase por rincones es una estrategia metodológica que hace posible la participación activa del niño en la construcción de sus conocimientos (Torio, 1997).

Los RA no son simples rincones de juego, pues deben programarse como rincones de actividades, según contenidos y objetivos determinados.

Se acepta la idea de que los mecanismos de aprehensión del tiempo en infantil van unidos a los del espacio ya que cada acción (tiempo) ocurre en un lugar (espacio). Establecer una secuencia a nivel temporal lleva consigo establecer una distribución espacial, pues los niños asocian el momento de jugar o el de comunicarse al espacio destinado a ello.

Los criterios a tener en cuenta para una adecuada organización espacial son:

  • Ambiente estimulante y ordenado, que ofrezca distintas posibilidades de acción.
  • Cálido y confortable, próximo al hogar.
  • Que los elementos del ambiente ofrezcan posibilidades de manipulación e inviten al juego y a la recreación.
  • Que la organización facilite el encuentro entre los miembros del grupo a la vez que permita el trabajo y el juego individual.
  • Que cubra sus necesidades, pero también las preferencias e intereses.
  • Crear espacios comunes donde puedan coincidir.
  • Dispone de espacios polivalentes que puedan ser utilizados para distintas funciones según los momentos del día.
  • Que los espacios ofrezcan distintas ofertas.
  • Que sea cambiante ofreciendo novedades continuas.
  • Que todo tenga intencionalidad educativa y se coloque a nivel de los niños.
  • Que no entrañe peligros.

Se pueden definir los rincones como lugar, permanente o no, en el que se desarrollan actividades muy determinadas, libres o dirigidas, individuales, en grupos pequeños o colectivos: biblioteca, grafismo, cocina, tienda, muñecas, garaje, etc.

En este tipo de organización pueden presentarse actividades individuales, colectivas, de libre elección, o dirigidas, con el fin de que los alumnos en grupos más reducidos manipulen y elaboren a través de conocimientos, habilidades y técnicas, formando en su conjunto una metodología de elección e investigación. Se debe procurar conseguir un alejamiento de las concepciones tradicionales del rincón, al que se le suele atribuir únicamente la función de juego simbólico, o la de taller, que va referida a actividades manuales.

Los RA junto al resto de momentos o rutinas que componen la actividad diaria facilitan al profesorado que se aborden de manera regular habilidades, conocimientos y valores básicos de la comunidad y cultura a la que pertenece el alumnado.

La siguiente propuesta de disposición espacial del aula siguiendo la metodología de los RA busca generar aprendizajes significativos, en una perspectiva globalizada y constructivista y con la participación activa del alumnado. Esta metodología se aplica en un ambiente afectivo, donde se le da importancia al juego, dando confianza a los alumnos para aumentar su autoestima e integración.

 

En estos rincones se plantean juegos de ampliación o refuerzo y las fichas a realizar se organizarían en tres pases por rincones de trabajo, es decir: en cada equipo se trabajaría un área distinta, realizando cada equipo tareas diferentes, y pasados tres días las áreas y sus correspondientes actividades habrán sido trabajadas por cada uno de los niños de la clase.

Esta forma de organizar las fichas beneficia que el docente pueda centrar más la atención en aquellas con mayor grado de dificultad, además de conseguir que el alumnado permanezca más motivado y participativo. Toda esta propuesta metodológica responde a una intencionalidad educativa que tiene en cuenta las características del alumnado para dar una atención individualizada.

La clase puede estar dividida en tres zonas o equipos donde se trabajen las tres áreas del currículo y éstas, a su vez, pueden subdividirse en seis rincones de aprendizaje en trabajar múltiples tipos de inteligencia mediante el reconocimiento y diversidad de las habilidades y capacidades expresadas en ellos (Gardner, 1995).

En estos rincones de aprendizaje se proponen actividades de ampliación y refuerzo de los contenidos que se están trabajando.  En la tabla (Tabla 1) se observa la relación que se establece entre rincones e inteligencias. Como puede apreciarse, hay dos inteligencias que no se trabajan en los rincones: la musical, puesto que se trabaja diariamente en la zona de la asamblea, y la cenestésica, que se desarrolla diariamente en la hora de psicomotricidad.

Los rincones y materiales se mantienen fijos en ese espacio, siendo los niños los que se mueven cada día mediante una rotación organizada con el fin de que todos realicen las mismas fichas al terminar cada pase semanal.

El sentido de los rincones

La asamblea es el espacio común que ocupa un tercio del aula más o menos y está destinado a las actividades rutinarias y hábitos diarios (pasar lista, identificar el tiempo atmosférico, escribir la fecha y el nombre, cantar canciones, explicar las fichas y actividades, ver películas, etc.). Al reunir al grupo completo en la zona de asamblea se favorece el intercambio de ideas, afianzamos hábitos y normas de convivencia, se favorece el desarrollo de la comprensión y expresión oral gracias a las conversaciones espontáneas y resolución de problemas.

En el rincón de la lógico-matemática se trabajan las fichas de números, colecciones, conteo o clasificaciones entre otras cosas. Una vez acabada la ficha, los niños tienen una actividad de refuerzo o ampliación propuesta en forma de juego dirigido planteada por la maestra a través del Método ABN o Montessori.

El rincón de experiencias ofrece a los niños la oportunidad de expresarse, manifestar sus sentimientos y crear mediante los diferentes materiales, técnicas y experiencias plásticas que mejoran con la práctica su motricidad fina. Algunos de los materiales que se encuentran son pintura, punzones, plastilina y dibujo libre. Junto a este se encuentra el rincón temático que lo protagonizan objetos llevados por los propios niños o la maestra en relación con el centro de interés que se trabaja en ese momento, además de la casita que convierte el juego en simbólico (identificación de emociones propias, sentimientos y la de los demás; favorece la manipulación de objetos cotidianos; establece relaciones interpersonales, se acepta la diversidad y se favorece la comunicación y socialización).

El rincón del proyecto fomenta la observación, el interés por el tema de estudio, es decir, el aprendizaje por descubrimiento y el aprendizaje significativo partiendo de las ideas previas y los intereses de nuestros alumnos.

El rincón de las letras permite a los niños trabajar el trazo y sonido de las letras a través de fichas y juego dirigido posterior a ellas. En estas fichas también se recrean textos de tradición oral como son las poesías o las adivinanzas e incluso da la oportunidad de representar cuentos tradicionales o inventados. Además, este rincón incluye una biblioteca donde se puede disfrutar de los libros del aula con los que aprender y adquirir habilidades culturales y el uso del ordenador con juegos educativos.

En cuanto a la organización por rincones, podemos decir que un rincón es un territorio de experiencia y aprendizaje, y un centro de aprendizaje es una zona delimitada del aula asociada a determinados propósitos:

 

  • Promueven la exploración (no sólo de lo que hay a su alrededor, sino de sí mismo: sus intereses), la elección de actividades acorde con esos intereses y tener experiencia directa de las consecuencias de su elección.
  • Invitan al juego.
  • Promueven las relaciones, particularmente entre iguales, y la colaboración, aunque, a la vez, pueden estar promoviendo el trabajo autónomo e incluso el sentido de competencia.
  • Constituyen un entorno donde el niño y la niña adquiere mayor seguridad (por ser de su elección, por ser más próximo a experiencias con las que esté más familiarizado, por ser más manejable, entre otros).
  • La enseñanza que se obtiene es más adaptable a las particularidades del niño.

 

Distribución de tiempos

El tiempo en Educación Infantil tiene dos vertientes: el tiempo en relación al alumno, es decir, a la satisfacción de sus necesidades básicas y su ritmo de aprendizaje, y el tiempo en cuanto al horario escolar y la organización de rutinas a lo largo de la jornada escolar. Esta doble vertiente hace que la organización de la jornada se haga de forma flexible.

El niño va adquiriendo percepción sobre el tiempo gracias a la interiorización de las actividades que se van sucediendo y que conforman las rutinas diarios, lo que supone ofrecerle puntos de referencia claros.

La organización de las actividades de forma ordenada, continua y repetitiva a lo largo de las diferentes sesiones de trabajo irá contribuyendo a que el niño desarrolle la noción del tiempo tomando conciencia de ella de forma significativa a través de sus propias acciones.

Para establecer una adecuada organización temporal podemos seguir los siguientes criterios:

  • Prever tiempos acordes con las necesidades biológicas de los niños: alimentación, descanso, aseo, control de esfínteres, actividad, juego, etc.
  • Prever secuencias de actividades y rutinas que suceden siempre en el mismo orden.
  • Flexibilidad de horarios.
  • Organizar la asignación de tiempos al uso de los diferentes espacios.
  • Previsiones relativas a la adaptación de los nuevos escolares al centro.
  • Respeto a la globalidad del niño.
  • Alternancia actividad-juego.
  • Tener en cuenta la edad de los alumnos, características del grupo, duración de la jornada escolar, intenciones educativas.
  • Es conveniente que los alumnos participen en la organización horaria mediante asambleas y conversaciones y realizando un seguimiento de las actividades desarrolladas en el tiempo, fecha, el mes, utilizando colores y pictogramas.

Tipos de actividades

Como ya hemos indicado, los agrupamientos dependerán del tipo de actividad que se lleve a cabo. Las actividades que se presenten al grupo han de ofrecer la posibilidad de experimentar e interaccionar con el medio, permitiendo a su vez que esas experiencias sean compartidas entre los alumnos.

Podemos citar varios tipos de actividades que se pueden realizar.

  • Introductorias o motivadoras. La Educación Infantil debe presentar al niño los contenidos de forma significativa, por lo que es necesario acercarse a la realidad del niño y conseguir su motivación. En este tipo de actividades se encuentran las de destinadas a ambientar el aula (para cada uno de los centros de interés es necesario decorar e introducir elementos en el aula que acerquen al niño al tema a trabajar) y la lectura de cuentos (con los cuentos se puede despertar en el niño la curiosidad por los centros de interés que se van a trabajar)
  • Recogida de ideas previas. Es fundamental conocer el punto desde el que partimos a la hora de presentar a los alumnos los contenidos, descubrir sus intereses y motivaciones. En este sentido, la asamblea es un momento ideal para lanzar preguntas para que entre todos compartan sus conocimientos y se enriquezcan.
  • Experimentación. El niño aprende a través de su propia acción por lo que debemos ofrecerle oportunidad de observar, explorar y manipular. Dentro de este tipo de actividades destacan las salidas del centro.
  • Expresión. Es un mecanismo de comunicación de sentimientos o deseos que se puede desarrollar mediante juego simbólico y la expresión plática y artística.
  • Refuerzo y ampliación. Los niños representan diferentes ritmos de aprendizaje y encuentran diferentes dificultades a las que se debe atender de forma individualizada. Para ello se pueden idear actividades específicas en los rincones (lectoescritura, vocabulario y experimentación) y valerse de la rotulación, un recurso para realizar trazos y formas que permite trabajar la motricidad fina y favorecer la iniciación a la escritura.
  • Seguimiento y evaluación. Realizar un adecuado seguimiento es elemental para conocer aquello que los niños han aprendido. Pueden aprovecharse los momentos de asamblea o idear fichas y trabajos
  • Colaboración con la familia. La participación de la familia es un aspecto clave en la Educación Infantil. Pueden diseñarse talleres integrales con los que invitar a los padres y familiares a que se involucren en la vida del aula, tales como visitas para enseñar oficios, lectura y dramatización de cuentos, etc.

El espacio educativo tiene infinitas posibilidades y está en manos del docente explorarlas y elegir las más adecuadas según las necesidades que desee cubrir. Los beneficios que aportan las metodologías activas en la Educación Infantil, es decir, la forma de organización del aula y la forma de mostrar contenido, influyen notablemente en el desarrollo global del niño.

 

Los rincones de aprendizaje facilitan el aprendizaje significativo y el constructivismo ya que ponen al alumno como protagonista y aprende desde la propia experiencia contenidos relacionados con la realidad y entorno que le rodean. Una buena contextualización de los contenidos asegura que la comprensión y aprendizaje sean eficaces.

Las metodologías activas y espacios educativos aumentan la motivación del alumnado y deseo por aprender, activan la curiosidad, la imaginación y la creatividad, necesarios en este periodo fundamental del desarrollo humano, donde se comienza a forjar la personalidad y se producen aprendizajes para la vida adulta. Poner en marcha estas metodologías en el aula y centros educativos tiene como resultado la formación de personas con capacidad de pensamiento crítico, reflexivas, y capaces de superar problemas mediante la búsqueda de soluciones. El aprendizaje cooperativo que está inmerso en estas metodologías hace que la socialización entre los alumnos aumente, haciendo que estos sean cada vez más inteligentes emocionalmente, aprendan a comunicarse correctamente y a trabajar en una comunidad donde cada individuo es capaz de aportar una idea distinta desde su área más desarrollada, dando así con un resultado óptimo.

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Ana Isabel García Martínez
Graduada en Magisterio de Educación Infantil y Educación Primaria, Ana Isabel tiene la mención en Inglés y en Audición y Lenguaje y es máster en Competencias Docentes Avanzadas. Lorca (Murcia)