Resumen: La biblioteca es un espacio esencial del centro educativo. Por medio de su uso diario, el conjunto de la comunidad puede interactuar y realizar actividades culturales que impliquen un espacio de aprendizaje dialógico dentro del contexto escolar. Teniendo en cuenta el rápido avance de las nuevas tecnologías en todos los ámbitos de la sociedad, la biblioteca también tiene capacidad para poder adaptarse a las necesidades digitales que el alumnado demanda. Así, se genera una convivencia entre los medios más tradicionales con un formato basado en el papel al tiempo que se presentan nuevos contenidos en soportes digitales.

 

Palabras clave: Biblioteca escolar; TIC; Dispositivos digitales; Aprendizaje dialógico; Lectura; Actividades culturales.

 

Abstract: Libraries are an essential space inside schools. Through their daily use, the community can interact and carry out cultural activities involving a common space of dialogic learning in the school environment. Taking into account the fast development of new technologies in all areas of society, the library also has the ability to adapt to the digital needs that students demand. Thus, a coexistence is created marrying traditional media with newer content based on digital media.

 

Keywords: School library; IT; Digital devices; Dialogic learning; Reading; Cultural activities.

APRENDIZAJE DIALÓGICO Y TIC

La biblioteca escolar es un espacio del centro educativo que con el tiempo ha ido adquiriendo especial relevancia dentro del mismo, tal y como indica Díaz (2017). Así, constituye un punto de encuentro donde el componente lector es un elemento clave. Partiendo del concepto de biblioteca escolar, pueden surgir diversas interpretaciones sobre el mismo, adquiriendo formatos adaptados a nivel del conjunto de la comunidad educativa, o bien con respecto al alumnado de una clase en concreto. Sin importar la zona del centro en la que se ubique, sus destinatarios e incluso decoración, todas ellas cuentan con el libro como elemento común.

Aprendizaje dialógico y TIC #CedRevistaDigitalDocente Clic para tuitear

Así, se convierte en un punto donde la socialización constituye un elemento intrínseco al mismo. De este modo, todos los miembros de la comunidad educativa pueden interactuar para propiciar un enriquecimiento de los conocimientos expuestos en ese intercambio de saberes teóricos y prácticos.

¿Qué entendemos por aprendizaje dialógico?

La biblioteca tradicionalmente se ha visto como un espacio destinado únicamente a la lectura individual. No obstante, estableciendo algunas modificaciones en esa concepción de dicho lugar, puede convertirse en una zona que incorpore un aprendizaje dialógico acompañado por las nuevas tecnologías. De este modo, a nivel de centro puede verse como un punto de encuentro entre distintos miembros de la comunidad educativa. Así, se favorece la implementación del aprendizaje dialógico, siguiendo una serie de principios como indican Aubert, García y Racionero (2009).

 

Entre ellos cabe destacar el diálogo igualitario, haciendo posible esa interacción donde participan activamente el alumnado, equipo docente y familias sin tener en cuenta el cargo que cada uno ocupa dentro de la misma. Para poder llevarse a cabo resulta clave que cada uno de los participantes pueda aportar al resto todos los conocimientos a nivel teórico y práctico que supongan un enriquecimiento para el resto de miembros.

Es en ese diálogo dinámico donde se produce un aprendizaje significativo ya no solamente para los niños y las niñas, sino para el equipo docente e incluso en las familias que se ven implicadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado. Este modelo basado en las aportaciones de estos colectivos hace posible que la lectura no se vea como un acto aislado del resto de la sociedad, ya que resulta interesante que otros miembros de comunidad educativa puedan leer las mismas obras y aportar sus puntos de vista en torno a una misma realidad.

De este modo, el alumnado parte de la motivación añadida al contar con la implicación de sus familias en estas dinámicas. En ese encuentro entre los familiares y el equipo docente se fortalece la relación en el conjunto de la comunidad educativa, al compartir opiniones, ideas y proyectos en favor del enriquecimiento cultural del alumnado. Por tanto, el tiempo destinado al uso de este espacio del centro educativo también puede ser propicio para desarrollar en el alumnado la creatividad. En la mayor parte de las ocasiones en que se hace referencia a una biblioteca, surge la figura del alumno como lector movido únicamente por el hecho de sumergirse en el contenido que se le presenta en las obras de escritas en papel o algún dispositivo electrónico.

Además, ligado a ese proceso lector también puede fomentarse el desarrollo de la expresión escrita, no solamente por medio de los recursos más tradicionales, sino aplicando nuevas tecnologías al alcance de cualquier estudiante. En lo referente a los niveles de competencia lectora, Jiménez (2014) dedica uno de ellos especialmente a la capacidad presentada para aquellos lectores que llegan más allá de la comprensión de un texto y deciden convertirse en autores de sus propias obras.

Leyendo en comunidad

En el contexto del intercambio de ideas entre el alumnado también cabe destacar la planificación en la biblioteca de una tertulia dialógica literaria. Por medio de estas dinámicas se pretende que el estudiantado tenga un contacto directo con las obras consideradas como clásicos de la literatura universal.

La tertulia dialógica es el proceso intersubjetivo de leer y comprender un texto sobre el que las personas profundizan en sus interpretaciones, reflexionan críticamente sobre el mismo y el contexto, e intensifican su comprensión lectora a través de la interacción con otros agentes, abriendo así posibilidades de transformación como persona lectora y como persona en el mundo (Valls, Soler y Flecha, 2008).

A lo largo de una sesión dedicada a esta actividad, el docente puede actuar como moderador de la misma, disponiendo previamente al alumnado en asamblea y controlando los turnos de palabra para que puedan expresar sus ideas extraídas a partir de la lectura de fragmentos de una obra. Por medio de la implementación de esta tertulia se fomenta el desarrollo de una competencia literaria, al mismo tiempo que cada estudiante aprende a respetar las opiniones del resto de compañeros y expone sus argumentos partiendo de las aportaciones anteriores. Trabajando este tipo de dinámicas con frecuencia se favorece el desarrollo de la expresión oral y se interiorizan elementos característicos del texto literario que posteriormente podrán ser empleados por el alumnado en futuras ocasiones. Para lograr alcanzar un aprendizaje significativo entre todos los miembros que participan en la tertulia, resulta necesario tener en cuenta una serie de elementos entre los que existe una estrecha relación.

¿Qué recursos podemos incorporar en la biblioteca escolar?

Con respecto a las nuevas tecnologías que pueden incorporarse a dicho espacio educativo, destacan distintas aplicaciones online como Storyboard that y Storyjumper, donde existe la posibilidad de registrarse sin coste alguno para poder crear contenidos personalizados. Por medio de estos recursos se logra un acercamiento progresivo al ámbito digital, al mismo tiempo que favorece el proceso lector. En este sentido, puede decirse que en ambos casos se trabaja la lectura a partir del álbum ilustrado y el cómic. La elaboración de los mismos, especialmente en pequeño grupo, favorecerá la socialización entre el alumnado. Al mismo tiempo, permite desarrollar en cada estudiante una serie de competencias artísticas y enriquece su intertexto lector.

Este último concepto resulta clave para que los niños y las niñas puedan contar con un conjunto de recursos literarios que posteriormente puedan aplicar en la lectura de futuras obras. El hecho de tener un intertexto lector consolidado permite al alumno establecer conexiones entre el texto al que en ese momento se acerca y las obras que previamente ha podido leer (Mendoza, 2001). Al ser competente en este sentido, se conocen previamente tipologías textuales, vocabulario e incluso elementos literarios que puede aplicar en cada nueva lectura, haciendo de esta una experiencia mucho más enriquecedora.

Partiendo de las aportaciones de Gardner (1983), el aprendizaje que se produce en la biblioteca también posibilita la interrelación entre las diversas inteligencias múltiples. Así, se hace posible que en este espacio del centro educativo cada estudiante se acerque al ámbito de la lectura por medio de diversos canales sensoriales.

De este modo, el formato de presentación de la obra en tinta queda complementado por otras oportunidades de experimentar el contenido de la misma. Es así como se introducen diversos recursos como el audiolibro, dando lugar a la interiorización de la lectura por medio de un canal que habitualmente no se encuentra ligado a este ámbito.

La presencia del audiolibro en la biblioteca constituye un acercamiento hacia la inclusión, ya que originalmente fueron planteados para ser implementados por usuarios con dificultades en la visión, como indica Cordón-García (2018). Teniendo en cuenta el alumnado que presenta dicha afectación sensorial y todavía no haya alcanzado un dominio del Braille, esta supone una buena oportunidad para acercarse a las obras literarias que el resto de compañeros puede leer en la biblioteca del centro.

Los cuentos musicales, una experiencia para todo el centro.

Además, la Teoría de las Inteligencias Múltiples permite que la lectura se convierta en una experiencia educativa donde el alumnado pueda poner en práctica sus diversas capacidades. Entre los recursos que permiten relacionar el ámbito musical y kinestésico con la lectura destaca la presencia de los cuentos musicales. Por medio de estos, el alumnado comienza a formar parte de la propia obra literaria, pues en ellos existe la posibilidad de cantar y bailar al compás de la melodía que acompaña a la narración. De este modo, la conjunción de ambos elementos constituye una oportunidad de enriquecer el acto de la lectura.

La narración del cuento y la audición musical incentivan la fantasía ampliando la imaginación, a la vez que ayudan a mantener la atención, concentración, reflexión y participación (Martínez e Iñesta, 2017,).

 

Como puede verse esta herramienta educativa favorece el desarrollo de los procesos cognitivos básicos necesarios para poder llevar a cabo un aprendizaje efectivo. Estas dinámicas planteadas en la biblioteca del centro educativo posibilitan ese aprendizaje en el que intervienen los diferentes miembros de la comunidad educativa. Así, existe la posibilidad de preparar una decoración acorde al cuento que se va a representar. Teniendo en cuenta la importancia del componente musical en este recurso educativo, el conjunto de docentes de esta especialidad puede colaborar para componer las obras en su parte instrumental.

En lo referente a la parte kinestésica de la obra, resulta relevante citar la intervención del profesorado de educación física, encargado también de diseñar unas coreografías que acompañen al ritmo creado por los especialistas anteriormente citados. Al mismo tiempo, el resto del equipo puede intervenir aportando las ideas que constituyan las narraciones de la obra. De este modo, resulta significativo para el aprendizaje del alumnado, que también pueda ser partícipe de ese proceso de creación de los cuentos que se representarán. Para ello, cada tutor puede fomentar la creatividad de los niños y las niñas a partir de lluvias de ideas que en su conjunto permitan crear la trama de la historia. Por ello, la creación y posterior puesta en práctica de los cuentos musicales constituye una interesante dinámica que puede trabajarse a lo largo de un amplio periodo de tiempo, y en la que pueden participar todos los miembros de la comunidad educativa en favor del aprendizaje del alumnado del centro.

Gamificación

Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente, existen diversas posibilidades para que el alumnado se acerque a la lectura de un modo distinto a la metodología más convencional. Por medio de la gamificación se establece una estrecha relación entre el componente lúdico que mueve al alumnado a acercarse a los contenidos y la lectura de las obras clásicas.

En relación a este concepto pueden aplicarse en la biblioteca diferentes recursos y actividades:

  • Juegos de mesa. Actualmente existe una amplia variedad de juegos de mesa relacionados con el ámbito de la literatura, que pueden llamar la atención del alumnado. Este es el caso de Érase una vez, donde cada participante podrá trabajar el concepto de narrador y su papel en desarrollo de la obra. También destaca la presencia de juegos que están centrados en determinadas novelas clásicas, como La vuelta al mundo en 80 días, cuyo funcionamiento permite al estudiante formar parte de esta obra y superar los retos a los que Willy Fog se tuvo que enfrentar. No obstante, si se prefiere ser más creativo y no emplear recursos ya preparados, también pueden emplearse las nuevas tecnologías.
  • Scape room literario. La biblioteca puede convertirse en el escenario de una obra que previamente se haya leído en el aula. Siguiendo los principios de esta dinámica, se pretende que los estudiantes resuelvan los enigmas planteados a partir de los contenidos del libro en el que está ambientada. En relación al uso de las nuevas tecnologías, el docente puede establecer rincones para cada una de las pruebas a superar, tenido en cuenta que para la lectura de las mismas será necesario escanear un código QR. De esta manera, puede trabajarse la socialización y el trabajo en equipo al mismo tiempo que se desarrolla la competencia digital del alumnado. En la implementación del scape room en relación al concepto de gamificación resulta relevante citar la presencia de puntos que pueda acumular cada equipo a medida que logra superar los retos planteados en el conjunto de la prueba.
  • Dentro de las dinámicas planteadas en el ámbito de la gamificación, esta propuesta permite al alumnado contar con un papel activo dentro de su propio aprendizaje literario. Así, Vieites (2004) indica que este concepto se basa en liberar libros en lugares públicos. De esta manera, se busca lograr que el mundo donde vivimos se convierta en una gran biblioteca. Es en ese intercambio entre personas que nunca hemos visto a partir del cual surge una propuesta que llama la atención del alumnado.

Préstamo

En la biblioteca el préstamo constituye otro elemento clave para fomentar el hábito lector en cada uno de los estudiantes. En este sentido, cabe destacar el préstamo en papel o formato digital.

En relación al segundo, tal y como indican Gómez-Díaz Y García-Rodríguez (2018) puede ser una buena opción crear un libro en el que el alumnado recopile por medio de unos adhesivos todas las portadas de las obras que lea electrónicamente. Por medio de la concesión de estas pequeñas recompensas se pretende que el estudiantado se muestre más partícipe a la hora de hacer uso del préstamo. En este sentido, puede fomentarse en la biblioteca el préstamo de tabletas que contengan aplicaciones literarias o libros previamente descargados.  Por último, también existe la posibilidad de crear un carnet de la biblioteca personalizado para cada estudiante en el que, además de sus datos personales, pueda aparecer un código QR que proporcione información adicional como un listado de las obras prestadas.

Por medio de la implementación de todas estas propuestas educativas, la biblioteca deja de entenderse como un espacio dedicado únicamente a la lectura individual en silencio. Sin abandonar en ningún momento los libros en tinta, puede verse cómo la presencia de las nuevas tecnologías en combinación con el aprendizaje dialógico constituye una oportunidad para lograr un aprendizaje significativo en el alumnado, siendo en todo momento protagonista del mismo. El conjunto de los recursos y actividades planteadas no solamente permite cambiar el concepto de biblioteca al alumnado que acude al centro, sino que tiene un alcance mucho mayor, ya que permite a la población adulta representada en las familias del centro poder entender estos cambios adaptados a la sociedad actual.

Al convertirse la biblioteca en un espacio de socialización, también puede convertirse en un punto del centro propio para el intercambio cultural, teniendo en cuenta la diversidad de nacionalidades presentes en las comunidades educativa. Como reflejo de la multiculturalidad presente en la sociedad actual, los encuentros entre familias hacen una realidad la unión entre literatura y diversidad cultural.

 

Las dinámicas y recursos presentados son adaptables a las diversas características que puede presentar este espacio del centro educativo. De este modo, no solamente será necesario desplazarse a la biblioteca general, sino que cada rincón de la clase destinado a la lectura puede convertirse en este punto de encuentro entre el alumnado e incluso las familias, de manera que los padres del estudiantado puedan conocer la realidad educativa del aula y sean partícipes de ese proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado.

Por ello, puede decirse que la biblioteca se convierte en un espacio con capacidad para adaptarse a las nuevas demandas de la sociedad, especialmente en lo referente al emergente desarrollo de las nuevas tecnologías. A partir de una buena formación del profesorado con respecto al ámbito literario y digital, puede darse la creación de una amplia variedad de oportunidades para que el alumnado y sus familias crezcan juntos en conocimientos y valores.

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Eduardo Aranda Hortelano
Graduado en Educación Primaria, con mención en Pedagogía Terapéutica y declaración Eclesiástica de Competencia Académica (DECA), Eduardo es en estos momentos maestro en Torrevieja (Alicante).